Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
Publicada porEmigdio Baltodano Modificado hace 10 años
1
La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada
4
EN RESURRECCIÓN Hospitalidad que se transforma
5
La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada
6
Lc 10, 38 Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, Jesús solía hospedarse en su casa La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada
7
Juan 11, 1-45 En aquel tiempo, se encontraba enfermo Lázaro, en Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. María era la que una vez ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera. El enfermo era su hermano Lázaro. Por eso las dos hermanas le mandaron a decir a Jesús: “Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo” La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada
9
«¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha bañado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada Lc
10
La hospitalidad en el relato: Amor hecho servicio (Dimensión física) Ella, en cambio, ha bañado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos”. Expresión de un amor que nos habita (D. afectiva) Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Expresión de un amor que dignifica nuestras vidas (D. transcendente) Ella ha ungido mis pies con perfume. La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada
11
Lavar los pies: atender su cansancio y necesidad Besar: sanar la dimensión afectiva... Ungir: reconocer lo divino del ser humano La Hospitalidad de Dios – Rasgos de una Hospitalidad Encarnada
12
Los franceses arrinconaron a los militares españoles, heridos o enfermos, sin proporcionarles los auxilios espirituales. Enterado el Padre Juan de la necesidad de aquellos nobles españoles, en su situación de marginados e incomunicados, a pesar de las obligaciones de su empleo en el Hospital y de la larga distancia que tenía que recorrer, acude durante cinco meses, todos los días, a - administrarles los sacramentos y - ayudarles con limosnas, alimentos y vestidos, - y procurar su rescate y liberación
13
Llamadas a amar desde la acogida a hospedar desde el amor El núcleo de la hospitalidad: “mirando en cada uno la persona de Cristo” (1804) “Esta virtud tan grata a Nuestro Señor, tan ejercitada por los santos del Antiguo y Nuevo testamento, es el principal objeto de nuestra hermandad”. “Como a una criatura hecha a la imagen y semejanza de la Santísima Trinidad, a unos prójimos criados para ver y gozar de Dios, a unos hermanos suyos en Jesucristo y al mismo Jesucristo que gusta de ser reconocido y reverenciado en sus pobres y recibe cuantos servicios les hacen como hechos a su misma persona” (1824)
14
JUANBONALJUANBONAL La solidaridad tienen una dimensión de profundidad y la mística tiene como expresión una vida encarnada. Estas dos vertientes son: la persona del otro; y ésta en un doble sentido: - el qué del otro (qué le pasa al otro): su necesidad, su situación su indigencia - el quién del otro (quién es el otro): su dignidad mi/nuestra propia persona: - el cómo: la manera de hacer las cosas -el desde dónde/el porqué: quién mueve mi vida, es mi referente y horizonte
15
Hospitalidad hasta el heroísmo Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran. Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría. Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres: en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres; no tomando la justicia por cuenta vuestra, (…)Antes al contrario: si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; … No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien. ( Rm 12, 9-21 )
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.