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La Oveja Perdida y La Moneda Perdida

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Presentación del tema: "La Oveja Perdida y La Moneda Perdida"— Transcripción de la presentación:

1 La Oveja Perdida y La Moneda Perdida
Lucas 15:1-10

2 Enfoque

3 ¿Ha perdido alguna vez algo que para usted era muy importante?
¿Qué hizo al respecto? ¿Buscó por un corto tiempo y después abandonó la búsqueda? ¿Acudió a alguien pidiendo ayuda para hallarlo? O tal vez recuerde una ocasión en que usted mismo estuvo perdido. ¿Qué se siente estar perdido?

4 Infórmese

5 Lucas 15 tiene registradas tres parábolas para nosotros
Lucas 15 tiene registradas tres parábolas para nosotros. Todas se refieren a cosas perdidas que son halladas después Este estudio concentra la atención sobre las dos primeras: la oveja perdida y la moneda perdida. La tercera es la parábola del hijo perdido, generalmente más conocida como el hijo pródigo. Esta la estudiamos en una clase anterior. En todas estas parábolas alguién ha perdido algo importante, lo busca con tesón y se regocija al encontrarlo. Del mismo modo, nuestro Dios busca personas que están perdidas en pecado, las trae de regreso por medio de Cristo, y se regocija cuando somos salvados.

6 Lucas 15:1-2 Y se acercaban a Él todos los publicanos y pecadores para oírle. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Éste a los pecadores recibe, y con ellos come.

7 ¿Por qué estaban molestos con Jesús los fariseos?
Los fariseos estaban molestos porque Jesús daba la bienvenida a los pecadores y comía con ellos. Estaban ofendidos porque él practicaba la camaradería con gente mala y hasta les enseñaba. Pensaban que Jesús debería dedicar su tiempo a personas más respetables y “santas”. ¡Pero se olvidaban de que ellos también eran pecadores! Jesús vino para salvar a gente pecadora. Esto es lo que estas parábolas enseñan.

8 Lucas 15:3-7 Y Él les relató esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros, gozoso; y viniendo a casa, reúne a sus amigos y a sus vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento.

9 Esta parábola comienza con un problema. ¿Qué es lo que andaba mal
Esta parábola comienza con un problema. ¿Qué es lo que andaba mal? ¿Era realmente algo muy serio? ¿Qué actitud asumió el hombre de la parábola ante el problema? Una oveja perdida constituía el problema. El hombre era dueño de cien ovejas, y una se le había perdido. Aunque esta solo representaba el uno por ciento de su rebaño, el hombre salió buscar su oveja perdida. Le preocupaban sus ovejas y la quería de vuelta.

10 ¿Qué hizo el hombre con las demás ovejas mientras buscaba a la perdida
¿Qué hizo el hombre con las demás ovejas mientras buscaba a la perdida? ¿Podemos llamar a esto comportamiento razonable? El hombre dejó al resto de su rebaño en campo abierto mientras buscaba su oveja perdida. Puede parecernos que abandonó a las otras ovejas, sin embargo ellas estaban seguras. No las había dejado solas: Estaban juntas, y en la cantidad estaba la seguridad. En tanto que la oveja perdida se encontraba en gran peligro, las otras estaban seguras estando juntas.

11 ¿Qué hizo el hombre cuando encontró la oveja que se le había perdido?
Cuando encontró su oveja, el hombre la colocó sobre sus hombros gozoso y regresó a casa. No le gritó ni la golpeó por haberse escapado. Estaba contento de que su oveja se encontraba bien, de modo que la llevó a casa. Después llamó a sus amigos y vecinos para que juntos celebrasen. El hombre quiso compartir su alegría.

12 ¿En qué aspectos se asemeja esta historia de la oveja perdida a nuestra condición humana?
Jesús en realidad, no estaba hablando de ovejas, sino de hombres. Dios es el pastor, y nosotros somos la oveja perdida. Todos los seres humanos están perdidos. Hemos abandonado la seguridad y protección de la familia de Dios, para apartarnos y vivir vidas de pecado y rebeldía. Si bien esto es culpa nuestra, Dios no nos abandona, sino que envía a Jesús a esta tierra para que nos encuentre. Por medio de su muerte y resurrección ha perdonado nuestros pecados y nos ha hecho nuevamente pueblo suyo. Jesús nos ha traído de regreso a nuestro Padre celestial.

13 ¿Qué sucede en el cielo cuando un pecador se arrepiente
¿Qué sucede en el cielo cuando un pecador se arrepiente? ¿Qué nos revela esto? Jesús nos dice que en el cielo hay más regocijo cuando un pecador se arrepiente que el que hay por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse. Dios quiere que los pecadores sean salvos. No nos ama porque somos buenos o justos por esfuerzo propio (y no somos justos). Él nos ama incluso si somos pecadores, y nos hace justos al perdonarnos nuestros pecados.

14 Lucas 15:8-10 ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si perdiere una dracma, no enciende el candil, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la halla, reúne a sus amigas y a sus vecinas, diciendo: Regocijaos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

15 ¿En qué se parece esta parábola a la primera?
La parábola de la moneda perdida tiene el mismo mensaje fundamental que el de la oveja perdida. Una mujer buscó algo de su propiedad que había perdido y se regocijó al encontrarlo. Jesús nos relata esta segunda parábola para que no pasemos por alto el mensaje. Dios quiere que los pecadores sean salvos. Incluso quiere que los pecadores que se creen justos o que emiten prejuicios (tales como los fariseos), sean salvos y conozcan su amor y perdón.

16 Relacione

17 En realidad estas parábolas hablan de nosotros
En realidad estas parábolas hablan de nosotros. ¿Cuando estuvimos perdidos? ¿Quién tiene la culpa de que estuvieramos perdidos? Todos los hombres estaban perdidos en el pecado, y todos nosotros continuamos bregando con nuestra naturaleza y acciones pecaminosas.Tenemos que ser honestos y admitir que nuestros pecados son nuestra propia culpa. Dios no nos extravió, nosotros lo abandonamos, como nos lo recuerda Isaías. Estuvimos perdidos por nuestra propia culpa.

18 En el comienzo de estos versículos, los fariseos se sintieron molestos porque Jesús comía con recaudadores de impuestos y con pecadores. ¿Qué cree usted que Jesús estaba tratando de enseñarles con estas parábolas? ¿De qué manera podemos emplearlo en nuestra vida?

19 Los fariseos se ofendieron porque Jesús le dedicaba su tiempo a los pecadores. Por medio de estas parábolas, Jesús les enseñó que él vino para salvar los pecadores. Nosotros también necesitamos recordar esto. Los cristianos no somos gente perfecta que nunca peca. Somos pecadores que hemos sido perdonados por Jesús. Siendo que él nos perdona con liberalidad, nos regocijamos cuando perdona a otros del mismo modo. El único modo en que los hombres pecadores pueden ser salvos consiste en que Jesús se acerque a ellos y los traiga de regreso.

20 Jesús enseñó que en el cielo habrá alegría cuando un pecador se arrepiente. ¿Qué se siente el saber que en el cielo hay alegría por usted? ¿Qué nos revela esto respecto de lo que valemos delante de Dios? Realmente debe ser emocionante observar que aunque nunca podemos merecer el amor de Dios, Cristo nos salva y el cielo se regocija. Jesús, nuestro Salvador, nos ha hecho valiosos.

21 Percepción

22 Esta parábola habla de nosotros
Esta parábola habla de nosotros. Estábamos perdidos, pero Cristo nos ha encontrado y traído de regreso a su rebaño, la iglesia. Pero existen otras personas que todavía no conocen a Jesús como su Salvador. Jesús no ha renunciado a ellas, sino que continua ofreciendo su gran amor y perdón.

23 ¿De qué modo podemos ser de ayuda a las personas que aún estan perdidas en el pecado?
Los ayudamos cuando les contamos acerca de Jesucristo y de todo lo que él ha hecho por ellos. Lo mejor que podemos hacer por otro ser humano, es hablarle respecto de nuestro Señor que no ha salvado y nos ha otorgado la vida.

24 ¿Cuál es nuestra reacción cuando un pecador se arrepiente y cree el evangelio?
Primero, no podemos atrevernos a ponernos celosos o autosuficientes, cuando comprobamos que los pecadores se arrepienten. Ellos reciben las mismas bendiciones que nosotros también hemos recibido. Nuestra respuesta debe ser sencilla: Cuando alguien más cree, ¡nos alegramos! ¡Tenemos un nuevo hermano o hermana en Cristo!

25 La Oveja Perdida y La Moneda Perdida
Lucas 15:1-10


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