Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
1
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
Breve estudio ortográfico-lingüístico- reivindicativo de las peculiaridades y glorias del desconocido y denostado dialecto madrileño
2
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
El presente estudio tiene por objeto principal la reivindicación del habla particular de la región centro-peninsular, que no solamente constituye un respetable dialecto de pleno derecho, sino que debiera ser apreciado y conservado por las generaciones futuras como parte de un patrimonio noble e imperecedero.
3
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
Esto nos lleva a la necesidad de reformar ortográfica y gramaticalmente la escritura de nuestro dialecto, para adecuarla a las peculiaridades de nuestro uso así como dignificar su estatus en el mapa lingüístico ibérico. Si en Galicia, Cataluña y sobre todo el País Vasco escriben de forma distinta, ¿por qué nosotros no podemos hacer lo mismo?
4
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
La primera característica que cabe resaltar es que el habla de Madrid no es manchega ni castellana, es madrileña. Tampoco es algo propio de quinquis, sino que se da hasta en las capas más altas de la sociedad. En las páginas siguientes desarrollaremos un estudio progresivo de todo lo que caracteriza al habla que nos es propia.
5
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
1. Al contrario de lo que comúnmente se cree, en Madrid no se dice “ej que” a lo Bono, y tampoco se dice “Madriz” como en Castilla. En Madrid, la capital del Reino tiene por nombre Madrí, y Madrí es tan grande que hasta en Australia uno responderá a la pregunta “¿de dónde eres?” con un campechano “de aquí, de Madrí”.
6
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
2. El segundo punto que mencionaremos es el empleo de la terminación “ao” (o “ío”) para los adjetivos, muy extendida en toda la Península, pero particularmente habitual en Madrí, que hace el discurso más fluido y airoso. En Madrí no has andado, has “andao”, no has cantado, has “cantao” y no te mueres, la has “palmao”.
7
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
3. Leísmo y sobre todo laísmo son otros rasgos distintivos que contribuyen a otorgarnos un rango especial a los ojos de todos. A mi madre no le dije algo, “la dije” eso. Si en la panadería no tienen pan es que “no le hay”. Y si a mi chati la quiero mucho, “la compro” unas flores.
8
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
4. En Madrí somos gente pragmática, de ahí que no hagamos distinciones engorrosas entre “elle” e “i griega” como los viejos de los pueblos de Castilla. Si a todo le decimos “y”, pues lo escribiremos todo con “y”, como Castiya, yamada, yave o yegada.
9
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orgullo
De la misma forma, la distinción entre “be” y “uve” es arcaica, no compartimos la forma chunga de pronunciar la “v” de los argentinos, sino que todo es “b” para nosotros. Y si no aspiramos la “h”, ¿para qué escribirla?
10
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
5. Yegamos aora al meoyo de la cuestión, el tan manío “es que”. Para un ojo poco obserbador, en Madrí pronunciamos el “ej que” igual que los manchegos. Esto no es así, en realidad acemos una pequeña pausa en medio, alargando la jota y fundiendo las dos palabras en una: decimos ej-je.
11
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
Este fenómeno se conoce lingüísticamente como “geminación”, y consiste en replicar la primera consonante de una palabra en la última sílaba de la que ba delante. El madrileño utiliza ese fenómeno con profusión, no sólo en el ej-je, sino en muchas más contracciones de uso cotidiano: sej-je; poj-jlaro; pol-lo menos.
12
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
La geminación de la jota explica una de las formas más ermosas y originales del madrileño, la transformación del sonido [sk] o [zk] (en “sc”, “squ”, “zc” o “zq”) en doble jota, que en la nueba ortografía madrileña representaremos como “j-j”. Ejemplos muy extendidos: ¡Qué aj-jo!; pej-jao frej-jo; un fraj-jo; yo la conoj-jo; Veláj-jez el pintor.
13
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
Pero la geminación no se detiene ahí. En realidad surge frecuentemente con la mayoría de las consonantes cuando aparecen juntas, porque los madrileños somos seres musicales y sensibles y amamos las bocales. Algunos ejemplos de esta misma página: de laj-jonsonantes; lom-madrileños; somos-seres; amamol-lab-bocales.
14
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
Puede aparecer entre dos palabras o incluso dentro de la misma, y se representa gráficamente por medio de guiones. Y ej-je el madrileño ej-jomplejo po’n-naturaleza, em-mu difícil pa’ un extraño pillal-le tolo’t-trucos.
15
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
6. Yegadoy-ya a un punto abanzao de nuestro dij-jurrir, podemod-deb-belar la carat-terística má’ importante del madrileño: la abrebiación. Gustamod-de hablar-rápido, comunicar e interactuar fluídamente col-la peña. Lop-pronombres-se resienten de’ta crucial tendencia: t’ap-pasao; m’ad-dao a posta; l’ar-roto; m’ad-dicho que.
16
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
Los-su’tantibos y otraf-formag-gramaticales también se ben modificás pol-la tendencia madrileña a hablar con salero y desemboltura. Berbigracia: En Madrí se piyal-l metro-n Plaza’Ca, se come un bocata-jamón, se pasa pol-Puente’Segobia y se beb’un mini’birra ‘nel Dod-de.
17
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
Aquí termina nue’tro recorrido pol-lap-peculiaridaded-del madrileño, ese ermoso idioma que noj-jarat’eriza y une, que’s-sep-presión de lo más’ondo que guardamo’ en el fondol’l alma. Cualquier madrileño que aya pasao por estap-páginas abrá bil-lumbrao ya’l tesoro que tiene’n sum-manos y lo imperatibo de conserbal-le.
18
EL MADRILEÑO Un dialecto, un orguyo
No t’abergüences, ¡habla’n madrileño! Por DSN (flavio.belisario [a] gmail.com)
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.