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Lectura bíblica: Lectura bíblica: “Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad. Cambiaré la.

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2 Lectura bíblica: Lectura bíblica: “Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad. Cambiaré la suerte de Judá y de Israel, y los reconstruiré como al principio. Los purificaré de todas las iniquidades que cometieron contra mí; les perdonaré todos los pecados con que se rebelaron contra mí. Jerusalén será para mí motivo de gozo, y de alabanza y de gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo le ofrezco” …

3 Lectura bíblica: Lectura bíblica: (Jeremías 33: 6-12, NTV). »Así dice el SEÑOR: “Vosotros decís que este lugar está en ruinas, sin gente ni animales. Sin embargo, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están desoladas y sin gente ni animales, se oirá de nuevo grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del SEÑOR ofrendas de acción de gracias y cantan:»” ‘Dad gracias al SEÑOR Todopoderoso, porque el SEÑOR es bueno, porque su amor es eterno’. Yo cambiaré la suerte de este país — afirma el SEÑOR—, y volverá a ser como al principio”.» Así dice el SEÑOR Todopoderoso: “En este lugar que está en ruinas, sin gente ni animales, y en todas sus ciudades, de nuevo habrá pastos en donde los pastores harán descansar a sus rebaños”. (Jeremías 33: 6-12, NTV).

4 Propósito: Repasar lo que Dios ha hecho en el pasado para obtener esperanza de lo que Dios puede hacer por nosotros en el presente y la garantía de que Dios puede cambiar nuestro futuro.

5 El profeta Jeremías vivió una época triste en la historia del pueblo hebreo. Durante esta época, el pueblo del reino del sur, o Judá, fue llevado por Nabucodonosor a la cautividad en Babilonia, aunque Jeremías quedó en Jerusalén. El reino del norte y gran parte de Judá ya habían caído, solamente quedaba Jerusalén, que persistía en ignorar las repetidas amonestaciones de los profetas, y se endurecía en su idolatría y en su maldad. La política traidora e intrigante de Sedequías, el último rey de Judá, obligó a Nabucodonosor a sitiar a Jerusalén. Los detalles de contexto de los tiempos de Jeremías son mostrados en 2 Reyes 22-25 y 2 Crónicas 34-36 INTRODUCCIÓN

6 ¡Corren lágrimas! Corren lágrimas por las calles de varias ciudades a donde han sido transportados los cautivos. Países enemigos ahora son el albergue de los prisioneros subyugados. Se escuchan lamentos. Es el pasado que reclama y se niega a disiparse de las mentes de los cautivos. Son las lágrimas de los cautivos, prisioneros por sus propias circunstancias y por sus conquistadores. En varios rostros de los cautivos dispersados en Babilonia, corren lágrimas. De sus pechos brotan suspiros ahogados. Nudos en sus gargantas reprimen el dolor. DESARROLLO

7  Ellos fueron llevados. Fueron arrancados por la fuerza de la tierra que había sido símbolo de su identidad nacional. La añoranza del pasado floreciente roba toda esperanza de un futuro más glorioso. La nostalgia mezclada de recuerdos prósperos aprisiona sus ilusiones de bienestar.

8 Un enjambre de mosquitos zumba a la deriva sobre las oscuras calles de Jerusalén. La ciudad está sumida en una oscuridad literal y simbólica. Un silencio sepulcral parece el presagio de algo peor. El fétido olor de carne en descomposición hace imposible permanecer en las vacías calles. Se percibe que un desastre destructor está por pulverizar los huesos quebrados que están tirados por toda la ciudad, son huesos de personas revueltos con los de los animales. Pareciera que con la desgracia venidera habría de poner punto final a cualquier semilla de esperanza.

9  La esperanza es lo primero que perdemos ante el futuro. Las maderas de las puertas desquebrajadas se convirtieron en tizones que acabaron en cenizas. Piedras de todos tamaños conforman montones apiramidadas, estas fueron los proyectiles que se lanzaron por los conquistadores, son mudos testigos de la victoria de unos y la derrota de otros. Esqueletos dispersados son iluminados por los tenues rayos de la luna. Millares de cadáveres y cráneos regados entre calles y callejones son mudos testigos de una matanza increíble, y de que un día, en el pasado, aquí hubo vida. (Jeremías 33:5).

10 Por ahora, el día no es diferente a la noche en Jerusalén y varias ciudades de Judá. Pero aun durante el día, hay una sombra mortífera, un ambiente pesado que huele a agonía. Los pálidos rayos del sol apenas logran penetrar a la polvareda y el humo del fuego que pareciera arderá eternamente. Casas destruidas, construcciones derribadas, murallas pulverizadas. Jerusalén está deshecha, y sus cautivos en luto permanente.

11 La revelación describe mejor lo que ocurriría: “Castigos cada vez más severos iban a ser infligidos a la nación rebelde, hasta que por fin toda la tierra quedase asolada, Jerusalén reducida a ruinas chamuscadas por el fuego, destruido el templo que Salomón había edificado, y el reino de Judá iba a caer para nunca volver a ocupar su puesto anterior entre las naciones de la tierra”. (PR 311.2 versión electrónica). “…La ciudad será entregada en manos de los babilonios y la incendiarán hasta reducirla a cenizas”. (Jeremías 38:18).

12 La condición ya había sido prevista por Jeremías en tiempos del rey Joacim: “…voy a enviar contra ustedes al rey de Babilonia y a todos los pueblos del norte. Ese rey está a mi servicio, así que lo enviaré contra ustedes y contra sus vecinos. Voy a destruirlos por completo; voy a convertirlos en un montón de ruinas, que solo causará terror y burla. Les juro que así será. No dejaré que vuelvan a escucharse los gritos de alegría y de entusiasmo, ni las serenatas de los novios, ni se oirá ruido en las calles, ni se verá luz en las casas. Todo este país quedará convertido en un montón de ruinas, que solo producirá terror. Y durante muchos años todos quedarán bajo el dominio del rey de Babilonia”. (Jeremías 25:9-11)

13 La descripción del futuro de Jerusalén se le había confirmado al rey Sedequías: “…Enviaré guerra, hambre y enfermedad sobre esa nación hasta que Babilonia la conquiste”. (Jeremías 27:8). Las repetidas advertencias habían sido: “El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de pestilencia…”. (Jeremías 21:9, 38:2). “… En las calles la espada mata, y en casa solo hay muerte”. (Lamentaciones 1:20).

14 Todo se cumplió tal como fue predicho. “El hermoso templo que durante más de cuatro siglos había coronado la cumbre del monte Sion, no fue preservado por los caldeos”. (PR 338.1). “Quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron al fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus vasos deseables”. (2 Crónicas 36:19).

15 En Babilonia, hordas de cautivos lloran junto a los ríos, Kevar, Éufrates, y el río Tigris. Lloran, se lamentan, y suspiran por el pasado que no volverá a ser, pero que, si confían en las promesas del Señor, su futuro podrá ser mejor.  Ninguna tragedia puede limitar el poder de Dios para sacarnos de la condición en la que nos encontremos.

16 Ahí donde estaban los deportados se les acercaban los babilonios a burlarse de ellos con solicitudes paradójicas. “Junto a los ríos de Babilonia, nos sentamos y lloramos al pensar en Jerusalén. Guardamos las arpas, las colgamos en las ramas de los álamos. Pues nuestros captores nos exigían que cantáramos; los que nos atormentaban insistían en un himno de alegría: «¡Cántennos una de esas canciones acerca de Jerusalén!». ¿Pero cómo podemos entonar las canciones del Señor mientras estamos en una tierra pagana?”. (Salmos 137:1-4).

17 Ya sea burla, sarcasmo, o interés genuino, la insistencia de los opresores solo hacía más profunda la herida emocional de los cautivos, y refrescaba en su memoria la tragedia del dolor callado.

18 Jerusalén llora Jeremías la describe en sus lamentaciones: “Jerusalén, antes colmada de gente, ahora está desierta. La que en su día fue grande entre las naciones ahora queda sola como una viuda. 2La que antes era la reina de toda la tierra ahora es una esclava. Durante toda la noche solloza; las lágrimas corren por sus mejillas… 3Judá fue llevada al cautiverio, oprimida por la cruel esclavitud. Sus enemigos la persiguieron y la alcanzaron y ya no tiene a quien recurrir.

19 4 Los caminos a Jerusalén están de luto, porque las multitudes ya no vienen para celebrar los festivales. En las puertas de la ciudad hay silencio, sus sacerdotes gimen, sus mujeres jóvenes lloran; ¡qué amarga es su suerte! 5 Sus opresores son ahora sus amos y sus enemigos prosperan… 6 La bella Jerusalén ha sido despojada de toda su majestad… 7 En medio de su tristeza y sus andanzas, Jerusalén recuerda su antiguo esplendor. Pero ahora ha caído en manos de su enemigo y no hay quien la ayude. Su enemigo la derribó y se burlaba cuando ella caía”. (Lamentaciones 1:1-7, NTV).

20 Antes de que el opresor diera el siguiente asalto descrito en el capítulo 34 de Jeremías, en respuesta a su oración, Dios le dio un mensaje al profeta quien sobrevivía en el patio de la cárcel. El Señor se le presentó como el Creador de la tierra. (Jeremías 33:2). Se le hizo al profeta un recordatorio del poder creador, y que, por lo tanto, de esa situación de devastación total, del desorden y la catástrofe a causa de la destrucción babilónica, del vacío por la destrucción y el saqueo de los conquistadores, Dios los volvería a recrear.

21  Con esta idea, quedaba claro que Dios puede crear de la nada o recrear lo que estaba totalmente destruido. Se le hizo saber que sus oraciones y súplicas tendrían respuestas. Se le aseguró que Dios escucha cuando atravesamos por la dolorosa experiencia del dolor y la tragedia. Y que ninguna situación por amarga, triste y desesperante durará para siempre. “Clama a mí y yo te responderé”. (Jeremías 33:3).

22 Luego, con palabras consoladoras sobre el futuro, les hace saber los planes gestados en la misma mente de Dios: “Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz. Restableceré el bienestar de Judá e Israel y reconstruiré sus ciudades. Los limpiaré de sus pecados contra mí y perdonaré todos sus pecados de rebelión”. (Jeremías 33:6- 8, NTV).

23 Llegará el día… siempre estamos en la espera de un mejor día. Uno en el que nuestros más sublimes sueños se hagan realidad. a. El enfermo espera el día en que sane. b. El estudiante espera el día en que gradúe. c. El atleta espera el día en que obtenga su victoria. d. El vendedor, espera el día de una buena venta.

24 e. El hijo abandonado espera un encuentro con sus padres. f. Los novios esperan el día en que nunca más se separen. g. El doliente frente al féretro, espera el día de volver a escuchar la voz del amado en un feliz encuentro. h. La embarazada, espera vehemente el día de ver el rostro de su bebé. i.Los ancianos padres esperan anhelantes el día del regreso del hijo que se fue. j. El abandonado/a espera ávido el regreso de su amado/a que se ha marchado.

25 Todos esperamos un día. Todos estamos en la espera de que algo mejor nos ocurra en el futuro. Todos esperamos que algo, o alguien contribuya a hacernos mejores. En este caso, es Dios quien indica que esperen un mejor día.  Pero no es tanto por el día en sí. Sino por lo que Él hará en ese día. Dios les promete una restauración holística del ser humano, que abarque, pero no se limite al bienestar mental, bienestar emocional, físico, espiritual y económico.

26 Sanaré las heridas La versión Reina-Valera 1960 expresa así el versículo: “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré”. La NVI, lo expresa de esta manera: “Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré…”. Es claro que Dios está sumamente interesado en nuestra salud física, como en nuestro bienestar emocional, físico, espiritual y económico. a. La palabra hebrea rapha, o rofe significa “sanar”, “curar”, “restaurar” o “restablecer”.

27 Al 12 de junio de 2022, el número de casos confirmados de COVID- 19 a nivel mundial se situaba en torno a los 535,1 millones. Esos eran los números reportados por las autoridades, pero se sabe que la cantidad real es superior. (https://es.statista.com/estadisticas/1107712/covid19-casos- confirmados-a-nivelmundial-por-region/).https://es.statista.com/estadisticas/1107712/covid19-casos- confirmados-a-nivelmundial-

28 Hoy, el mundo entero yace entre el dolor y las enfermedades letales. La humanidad se debate entre la decepción, la angustia, la frustración y la depresión. Ya estamos cansados de portar protectores contra el virus, estamos angustiados ante el futuro incierto. Los ahorros se nos acaban sin poder generar nuevos ingresos para el sostén de la familia. Ya no sabemos cómo pagar las deudas mensuales. No tenemos seguro el dinero para la colegiatura de nuestros hijos. Hemos exprimido las últimas gotas de lágrimas por el llanto de ver partir a amigos, vecinos, familiares, hermanos de la iglesia.

29 Pareciera que nosotros mismos nos encontramos en las filas de la muerte con una ficha en mano mientras esperamos el turno que nos corresponde para enfrentarnos a la muerte. Salimos de la casa, y vamos a la calle con el temor del contagio que asegura la muerte.  Los rostros humanos llevamos la marca del cansancio y las derrotas. Somos sobrevivientes de una plaga mortífera. ¡Es por la gracia del Señor que estamos vivos!

30 Le daré prosperidad La palabra elegida por Dios para hacer saber sus planes futuros para su pueblo en cautiverio y pobreza es athereth, que significa abundancia o copiosidad, o una porción que sobrepasa cualquier medida. Así que, de la pobreza extrema, de la devastación total, Dios los llevaría a la abundancia en extremo. Es que en los planes de Dios nunca se ha incluido la pobreza para sus hijos. Él mismo ordenó: “Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones…”. (Deuteronomio 15:4).

31 Dios condicionó esas bendiciones que nos enriquecerían a la obediencia radical. “Y así será, siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno”. (Deuteronomio 15:5).

32 Le daré verdadera paz La palabra seleccionada por Dios para referirse a sus intenciones futuras para su pueblo es shalom, aunque es traducido como paz, no se refiere solamente a paz como un estado de tranquilidad o la ausencia de conflictos y hostilidades. Shalom significa una vida en equilibrio, una vida de desarrollo integral, que involucra el bienestar del cuerpo, el bienestar de la mente, bienestar espiritual, bienestar emocional, bienestar económico.

33 Restableceré el bienestar La frase en el original es: “...haré volver la cautividad...”. Dios los liberaría en el momento en el que, según su itinerario celestial, fuera el mejor, y no en el tiempo en el que ellos deseaban. Como los cautivos, casi nadie está en las condiciones que sueña. Casi nadie está satisfecho con lo que tiene. Nadie está conforme donde está, o hasta dónde ha llegado. Pero un buen número de personas están en peores condiciones que en las que nos encontramos. Todos anhelamos algo mejor. Y Dios se lo estaba proponiendo a su pueblo. Esa promesa también es para nosotros. Dios puede restaurar nuestras pérdidas, y también puede mejorar nuestras condiciones en todos los aspectos de la vida.

34 Reconstruiré sus ciudades Jerusalén había sido destruida. El templo y las casas habitacionales habían sido derribados. La ciudad estaba en catástrofe. Unos cuantos sobrevivientes, entre ellos Jeremías, se encontraban luchando por su existencia. Dios nunca estará satisfecho de ver a sus criaturas humanas sin una casa donde vivir en esta tierra. Siendo la vivienda digna una necesidad primordial del ser humano, les propone que él reconstruiría sus ciudades, y por obviedad, se incluyen las casas que conforman una ciudad.  Aunque nuestra ciudadanía está en los cielos, todavía vivimos en esta tierra, donde las casas son una necesidad básica del ser humano. Una necesidad que Dios conoce y cuyo corazón desea suplir.

35 Limpiaré y perdonaré todos sus pecados Dios se compromete a quitar o hacer expiación del pecado. De ese modo, aparecerían limpios delante de los ojos de Dios todos los pecados que habían causado la invasión, el cautiverio, la destrucción de la ciudad y el templo. Usa la palabra taher, para indicar que quedaban purificados ceremonialmente como físicamente.  Aunque no hubiera un templo donde estuviera el altar para la ofrenda por el pecado debido a su destrucción, Dios haría provisión para la expiación.

36 Fulgores de un mejor futuro “Dios también me dijo: “Según dicen ustedes, este lugar está destruido y no hay en él gente ni animales. Es verdad. Las ciudades de Judá están en ruinas, y por las calles de Jerusalén no se ve gente ni animales, pero yo les aseguro que de nuevo se poblará la ciudad”. (Jeremías 33:10, TLA) “… y volverán a oírse las serenatas de los enamorados, y los gritos de gozo y alegría. También se escucharán las alabanzas de los que van hacia mi templo llevando ofrendas de agradecimiento. Irán cantando…”. (Jeremías 33:11, TLA).

37 “Den gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno”. (Jeremías 33:11, NVI). » ¡Yo les juro que los haré volver del país adonde fueron llevados prisioneros, y todo volverá a ser como al principio!”. (Jeremías 33:10-11, TLA) Destruida y en ruinas, son dos adjetivos con los que Dios refiere que han calificado los cautivos a Jerusalén, y el Señor secunda tal apreciación, diciendo que es verdad, ambos describen un cuadro catastrófico, lúgubre y desesperanzador.

38  El Dios de la creación es especialista en crear de la nada, en iluminar la oscuridad, en poner orden a lo desordenado, y llenar el vacío. No importa el desastre en el que se encuentren, pronto si así lo quieren y están dispuestos a colaborar, pronto las cosas cambiarían.

39 Todos pensaban que el país quedaría desolado a perpetuidad, que nunca más habría animales en tierras de Judá, ni habitantes en las calles de Jerusalén. (Jeremías 33:10); Jeremías describe la horrible destrucción de la ciudad y la tierra de Judá, sin animales y sin habitantes. En tres ocasiones anteriores Jeremías había descrito la situación desesperante del pueblo con la falta de las voces de alegría de los novios. (Jeremías 7:34; Jeremías 16:9; Jeremías 25:10)

40 Con el regreso de los cautivos, se restauraría el ambiente de vida social y religiosa, se reanudarían los gritos infantiles, y el alegre bullicio de los niños en feliz convivencia familiar. (Jeremías 33:11; Jeremías 7:34; Jeremías 16:9; Jeremías 25:10; Jeremías 30:19; Jeremías 31:4, Jeremías31:5, Jeremías 31:13; Isa 51:3). Judea no sería morada de indigentes, sino de ganaderos y terratenientes productores de alimentos.

41 Esta feliz restauración es un anticipo de lo que sucederá cuando seamos liberados de este mundo de pecado y regresemos a casa del Padre. (Jeremías 33:14). A los deportados les resulta imposible de creer estas promesas hasta que recuerdan estas palabras: “…nada hay que sea difícil para ti”. (Jeremías 32:17 b). Jeremías aún permanece en la cárcel mientras Dios le está hablando. En la prisión, le han comunicado de las condiciones en las que se encuentra la ciudad y el país. Ahora, no puede contener la alegría de lo que está escuchando, su corazón está fortalecido por las promesas que Dios le está informando para que se las haga saber a los deportados.

42 Mientras imaginamos las escenas de las calles vacías, casas destruidas y el templo en ruina siendo objetos de la mirada divina, la voz del Señor sigue expresándole a Jeremías la forma cómo Él ve las cosas a futuro, nunca por lo que son en el presente, sino por lo que pueden llegar a ser. Y Dios agrega: “También se escucharán las alabanzas de los que van hacia mi templo llevando ofrendas de agradecimiento”. (Jeremías 33:11).

43 Dios incluye como parte de la restauración, las canciones de alabanzas de quienes se dirigen al templo con sus ofrendas de agradecimientos.  ¿Cómo no se habrían de elevar voces de gratitud por todo lo que Dios les estaba prometiendo?  ¿Cómo quedarse callado cuando se es objeto del amor de Dios manifestado en todo lo que Él está dispuesto a hacer por su pueblo?

44 Por eso, para garantizar las promesas del regreso de los deportados y la restauración de Jerusalén, Dios empieza a cantar de manera anticipada: “Den gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno”. (Jeremías 33:11, NVI). Imaginen a Dios cantar esa canción memorable, pero la canta como una promesa en la que se compromete a que todo se cumplirá tal como se lo ha declarado a Jeremías. Como sabemos, este fue el canto de David en su faceta simbólica de Jesús. (Salmos 118:29). Esta fue también la canción que Jesús cantó antes de salir de la última cena al monte de los olivos. (Mateo 26:30).

45 En Esdras 3:11,12 se registra el fiel cumplimiento de Dios a sus promesas. Pero las promesas dadas a Jeremías contenían una profecía. En Jeremías 33:15, se observa una clara referencia al reino mesiánico de la dinastía davídica para gobernar eternamente a su pueblo.  Ese es el reino que nosotros los adventistas estamos esperando.

46  No importa qué tan destruida se encuentre tu vida.  No importa en qué catástrofe personal estés hundido.  No importa qué tan desordenada y vacía hayan dejado tu vida.  No importa la oscuridad por la que estés atravesando.  No importa que hoy estés capturado por situaciones que no puedes cambiar.  No importa que estés en el cautiverio de una deuda.  No importa que estés prisionero de la pobreza.  No importa que estés esclavo del pecado.  No importa que tu cuerpo esté debatiéndose entre la enfermedad y la muerte. CONCLUSIÓN

47 ¡Pronto llegará el día de nuestra liberación! ¡Pronto volveremos como cautivos liberados a la Jerusalén celestial! ¡Pronto llegará el día en que todo será restaurado! ¡Pronto iremos a casa del Padre, a nuestro verdadero hogar! Mientras ese día llega, te invito a cantar como el pueblo de Dios durante muchos años, como cantara David, como lo hiciera Dios, y como lo hiciera Jesús:

48 “Den gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno”. Y mientras elevamos nuestra canción personal, también podemos caminar hacia este lugar para entregar la ofrenda de gratitud que expresa de manera palpable, visible, y tangible, nuestro agradecimiento a Dios por todo lo que él nos ha provisto y por lo que él está dispuesto a proveernos en el futuro.


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