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El Espíritu prometido por Jesús

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Presentación del tema: "El Espíritu prometido por Jesús"— Transcripción de la presentación:

1 El Espíritu prometido por Jesús
Lectio divina Pentecostés T. O. Ciclo C. 9 Junio Catequistas de Cádiz y Ceuta Música: El Espíritu de Dios…/ Ven Espíritu Santo Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual

2 ORACIÓN INICIAL Espíritu Santo, viento impetuoso de Dios,
sopla sobre nosotros. Sopla en nuestros corazones y haznos respirar la ternura del Padre. Sopla sobre la Iglesia y empújala hasta los confines lejanos para que, llevada por ti, no lleve nada más que a ti. Sopla sobre el mundo el calor suave de la paz y la brisa que restaura la esperanza. Ven, Espíritu Santo, cámbianos por dentro y renueva la faz de la tierra. Amén.

3 TEXTO BÍBLICO Jn. 20, 19-23 Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

4 LECTURA ¿Qué dice el Texto?

5 Pentecostés es la gracia de perpetuar día tras día, lugar tras lugar, lengua tras lengua, la Palabra y la Presencia de Jesús. Así lo prometió Él: “os he dicho todo estando entre vosotros, pero mi Padre os enviará al Espíritu Santo para que os enseñe y os recuerde todo lo que yo os he dicho”. Esta ha sido la promesa cumplida de Jesús.

6 Y la historia cristiana da cuenta que en todo tiempo, en cada rincón de la tierra, y en todas las lenguas, Jesús se ha hecho presente y audible cuando ha habido un cristiano y una comunidad que ha dejado que el Espíritu Santo enseñe y recuerde lo que el Padre nos dijo y mostró en Jesús.

7 El Espíritu prometido por Jesús, nos hace continuadores de aquella maravilla, cuando hombres asustados y fugitivos pocos días antes, comienzan a anunciar el paso de Dios por sus vidas en cada una de las lenguas de los que les escuchaban.

8 si consentimos que también en nosotros el Espíritu enseñe y recuerde a Jesús, de modo que podamos ser testigos de su Reino, de la Bondad y Belleza propias de una nueva creación, en donde la vida de Dios y la nuestra pueda brindar en copa de bienaventuranzas. Quiera Dios que podamos prolongar tal Acontecimiento, siendo portadores de otra Presencia y portavoces de otra Palabra, más grandes que las nuestras,

9 ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
MEDITACIÓN ¿Qué me dice el Señor en el Texto?

10 «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo … y seréis mis testigos».
Los discípulos, que al principio estaban llenos de miedo, atrincherados con las puertas cerradas también después de la resurrección del Maestro, son transformados por el Espíritu y, “dan testimonio de él”. De vacilantes pasan a ser valientes y, dejando Jerusalén, van hasta los confines del mundo. Llenos de temor cuando Jesús estaba con ellos; son valientes sin él, porque el Espíritu cambió sus corazones.

11 El cambio del Espíritu no revoluciona la vida a nuestro alrededor, pero cambia nuestro corazón; no nos libera de repente de los problemas, pero nos hace libres por dentro para afrontarlos; no nos da todo inmediatamente, sino que nos hace caminar con confianza, haciendo que no nos cansemos jamás de la vida.

12 El Espíritu… previene el único envejecimiento malsano, el interior
El Espíritu… previene el único envejecimiento malsano, el interior. ¿Cómo lo hace? Renovando el corazón, transformándolo de pecador en perdonado. Este es el gran cambio: de culpables nos hace justos y, así, todo cambia, porque de esclavos del pecado pasamos a ser libres, de siervos a hijos, de descartados a valiosos, de decepcionados a esperanzados. De este modo, el Espíritu Santo hace que renazca la alegría, que florezca la paz en el corazón.

13 “Ven, Espíritu Santo, ven a mi corazón, ven a mi jornada”.
En este día, aprendemos qué hacer cuando necesitamos un cambio verdadero. Sobre todo cuando estamos hundidos, cuando estamos cansados por el peso de la vida, cuando nuestras debilidades nos oprimen, cuando avanzar es difícil y amar parece imposible. “Ven, Espíritu Santo, ven a mi corazón, ven a mi jornada”. Entonces necesitamos un fuerte “reconstituyente”: es él, la fuerza de Dios. Es él que «da la vida». Qué bien nos vendrá asumir cada día este reconstituyente de vida. Decir, cuando despertamos:

14 El Espíritu, después de cambiar los corazones, cambia los acontecimientos. Como el viento sopla por doquier, así él llega también a las situaciones más inimaginables. En los Hechos de los Apóstoles asistimos a un dinamismo continuo, lleno de sorpresas. Cuando los discípulos no se lo esperan, el Espíritu los envía a los gentiles. Abre nuevos caminos… Cuando está el Espíritu siempre sucede algo, cuando él sopla jamás existe calma.

15 Cuando la vida de nuestras comunidades atraviesa períodos de “flojedad”, donde se prefiere la tranquilidad doméstica a la novedad de Dios, es una mala señal. Quiere decir que se busca resguardarse del viento del Espíritu. Cuando se vive para la auto-conservación y no se va a los lejanos, no es un buen signo. El Espíritu sopla, pero nosotros arriamos las velas.

16 A menudo, precisamente en los períodos más oscuros, el Espíritu ha suscitado la santidad más luminosa. Porque Él es el alma de la Iglesia, siempre la reanima de esperanza, la colma de alegría, la fecunda de novedad, le da brotes de vida. Obra un continuo renacer. Reaviva el amor de los comienzos. No nos cansemos de invitar al Espíritu a nuestros ambientes, de invocarlo antes de nuestras actividades: “Ven, Espíritu Santo”.

17 El Espíritu trae unidad en la fragmentariedad, paz en las aflicciones, fortaleza en las tentaciones, …regala la intimidad con Dios, la fuerza interior para ir adelante. Envía, convierte en testigos y por eso infunde amor, misericordia, bondad, mansedumbre. Quien vive según el Espíritu se encuentra orientado a la vez hacia Dios y hacia el mundo. Pero al mismo tiempo empuja hacia el exterior. El que lleva al centro es el mismo que manda a la periferia, hacia toda periferia humana.

18 ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
ORACIÓN ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?

19 Ven Espíritu Santo. Haz que Jesús ocupe el centro de tu Iglesia
Ven Espíritu Santo. Haz que Jesús ocupe el centro de tu Iglesia. Que nada ni nadie lo suplante ni oscurezca. No vivas entre nosotros sin atraernos hacia su Evangelio y sin convertirnos a su seguimiento. Ven Espíritu Santo. Abre nuestros oídos para escuchar tus llamadas las que nos llegan hoy, desde los interrogantes, sufrimientos, conflictos y contradicciones de los hombres y mujeres de nuestros días.

20 Ven Espíritu Santo. Haznos vivir abiertos a tu poder para engendrar la fe nueva que necesita esta sociedad nueva. Ven Espíritu Santo y purifica el corazón de tu Iglesia. Pon verdad entre nosotros. Enséñanos a reconocer nuestros pecados y limitaciones. Libéranos de nuestra arrogancia y falsa seguridad. Haz que aprendamos a caminar entre los hombres con más verdad y humildad.

21 Ven Espíritu Santo. Enséñanos a mirar de manera nueva la vida, el mundo y, sobre todo, a las personas.

22 Ven Espíritu Santo. Enséñanos a mirar como Jesús miraba a los que sufren, los que lloran, los que caen, los que viven solos y olvidados. Ven Espíritu Santo. Haz de nosotros una Iglesia de puertas abiertas, corazón compasivo y esperanza contagiosa.

23 Ven Espíritu Santo. Que nada ni nadie nos distraiga o desvíe del proyecto de Jesús: hacer un mundo más justo y digno, más amable y dichoso, abriendo caminos al reino de Dios.

24 Ven Espíritu Santo. En tu mundo no hay paz.
Nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo ensangrentado por las guerras. Despierta en nosotros el respeto a todo ser humano. Haznos constructores de paz. No nos abandones al poder del mal.

25 ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
CONTEMPLACIÓN ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?

26 Contempla al Espíritu que desciende sobre ti como en Pentecostés a los discípulos. Al Espíritu, que te va liberando de tus miedos, prejuicios, envidias, pecados... Al Espíritu que te enardece y te anima para que otros conozcan y vivan el Evangelio.

27 Desde aquel día de Pentecostés, y hasta el fin de los tiempos, la santidad se entrega a todos aquellos que se abren a la acción del Espíritu Santo, y se esfuerzan en serle dóciles. Es el Espíritu el que hace experimentar una alegría plena, vence la sequedad, abre los corazones a la esperanza, estimula y favorece la maduración interna en la relación con Dios y el prójimo.

28 Reflexionando sobre el momento particular que estás viviendo, ¿cómo están las puertas de tu corazón, cerradas al igual que las del Cenáculo? ¿Qué te lleva a cerrar estas puertas?, ¿es por seguridad o para no sentirte molestado/a por otro? ¿Tus puertas están cerradas para hablar de Dios a los demás?

29 El encuentro con Jesús llena de alegría ¿Eres motivo de alegría para los demás? ¿Tu familia, tu comunidad, tu grupo, compañeros…?

30 ¿Qué cosas te dan o transmiten Paz? ¿Es Cristo tu verdadera Paz?
El Señor de la Paz te envía para anunciarlo, ¿como y con qué animo lo haces? ¿Cómo vives y comprendes que también tú como discípulo/a del Señor eres constructor/a de la Paz? ¿Cómo vives esto?

31 ACCIÓN ¿A qué me comprometo?

32 Hoy el Señor te invita a ser un constructor de la Paz, y a perdonar para ser perdonado. La Paz y la Reconciliación van de la mano, la primera suele ser el resultado de la segunda. Si hay alguna persona con la cual reconciliarte, es el momento de acércate a ella, para perdonar o ser perdonado.

33 Piensa en alguna persona que puedas ayudar y llevar “algo” que represente y comunique que para ella también ha llegado el Espíritu Santo.

34 El Espíritu Santo es el aliento vital del Resucitado que actúa en nosotros. Su presencia no se ve, pero… ¿de qué modo debería notarse en tu vida?

35 Pide diariamente la presencia del Espíritu Santo para que ilumine y guíe tu actuar.

36 Repasa los dones del Espíritu Santo (sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios) y pide a Jesús te conceda un espíritu dócil para dejarlos germinar y actuar en ti.

37 Da gracias al Padre y al Hijo por la donación del Espíritu para tu vida y porque has sido elegido para la misma misión que Jesús: ser testigo del Amor ante las personas.

38 Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Siéntete enviado para ser testigo de la Resurrección y del Espíritu Santo

39 FIN al terminar el canto


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