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La sarna en perros y gatos: una enfermedad producida por ácaros que en ocasiones se transmite al hombre Puede causar una considerable irritación cutánea.

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Presentación del tema: "La sarna en perros y gatos: una enfermedad producida por ácaros que en ocasiones se transmite al hombre Puede causar una considerable irritación cutánea."— Transcripción de la presentación:

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2 La sarna en perros y gatos: una enfermedad producida por ácaros que en ocasiones se transmite al hombre Puede causar una considerable irritación cutánea que suele complicarse con lesiones e infecciones bacterianas secundarias como consecuencia del rascado. Los ácaros son organismos microscópicos emparentados con las arañas que rara vez suelen tener más de 1 mm de longitud y que pueden parasitar la piel del animal. Las especies que lo hacen son pues parásitos externos o ectoparásitos, ya que viven en la superficie o el interior de las estructuras cutáneas. La sarna producida por algunos de estos ácaros puede afectar a ciertas zonas específicas, como las orejas, o bien en todo el cuerpo del animal. El diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades cutáneas causadas por estos parásitos pueden supo- ner todo un desafío y se recomienda consultar a un veterinario tan pronto como se observen los primeros síntomas. Algunos tipos de sarna pueden transmitirse a otros animales de compañía e incluso, en algunos casos, a las personas (zoonosis), las cuales pueden llegar a presentar síntomas (aunque la enfermedad suele ser menos grave que en las mascotas), por lo que es importante la aplicación de medidas higiénicas y preventivas.

3 Cuadro 1.- Principales tipos de ácaros que producen sarna en perros y gatos

4 ALGUNAS SEÑALES QUE DEBEN ALERTARNOS Los ácaros que parasitan la piel pueden causar una fuerte irritación de este órgano, ya que se desplazan en muchos casos excavando túneles en las capas cutáneas más superficiales. Los síntomas, muchos de los cuales son similares para todas estas infestaciones por ácaros, se producen cuando el animal reacciona frente al picor más o menos intenso que le provoca esta irritación de la piel. Así pues, es común que el animal se rasque, se restriegue, se lama o se mordisquee las zonas afectadas con mayor o menor intensidad dependiendo de las lesiones y del carácter del animal. La irritación de la piel del animal puede dar lugar a lesiones y a infecciones bacterianas secundarias como consecuencia del rascado. Las infecciones bacterianas secundarias son habituales y pueden enmascarar las lesiones originales, lo que complica el diagnóstico de la enfermedad cutánea inicial. Cualquier enfermedad cutánea, especialmente si va asociada a picor y a la aparición de lesiones en la piel, conducirá a un diagnóstico provisional de posible infestación por ácaros. Sin embargo, dado que los síntomas varían y pueden ser similares a los de un amplio número de otras enfermedades cutáneas, es importante llegar a un diagnóstico correcto. Sarna sarcóptica El picor causado por la enfermedad es tan intenso que, en cierto modo, puede ayudar al diagnóstico. En efecto, muy a menudo, cuando los márgenes de las orejas están irritados, el perro tiene el reflejo de rascarse. Esta reacción resulta de gran utilidad al veterinario para llegar a un diagnóstico, pero no se trata de un síntoma específico de esta parasitosis. Otros factores, como el hecho de que la enfermedad se haya transmitido a personas o a otras mascotas de la familia y les haya causado síntomas dermatológicos similares, pueden también hacer sospechar al veterinario que se trata de una sarna sarcóptica. Sin embargo, el diagnóstico suele confirmarse mediante un examen al microscopio de una serie de raspados de la superficie de la piel afectada. Es posible que para la identificación del parásito el veterinario necesite realizar diversos raspados cutáneos; se trata, no obstante, de una técnica sencilla que no resulta en modo alguno dolorosa para el animal.

5 Cuadro 2. Síntomas específicos más relevantes de cada una de estas enfermedades

6 Sarna notoédrica Dado que pocas enfermedades cursan con signos similares (picor intenso y lesiones alrededor de las orejas y la cara), el diagnóstico de la sarna notoédrica en los gatos es relativamente fácil. Los raspados cutáneos pueden también ayudar a llegar al diagnóstico, ya que el ácaro que provoca esta enfermedad es fácilmente identificable en el examen microscópico. La sarna notoédrica debe diferenciarse de la infestación por ácaros de la cosecha y de la sarna sarcóptica, que en ocasiones puede afectar también a los felinos. Sarna otodéctica La presencia de secreción de color marrón oscuro en el interior del canal del oído hace pensar en una posible sarna auricular u otodéctica. El veterinario, cuando lo considere necesario, podrá tomar una muestra de esta secreción para examinarla al microscopio e identificar el parásito. ¿CUÁL ES EL MEJOR TRATAMIENTO PARA NUESTRA MASCOTA? El tratamiento de la infestación por ácaros debe adaptarse a la especie concreta de estos parásitos que se haya identificado como causante de la infección. Las molestias que sufre el animal por la intensa irritación causada por los ácaros y el riesgo de infección bacteriana secundaria de la piel hacen que sea de vital importancia diagnosticar y empezar a tratar la enfermedad lo antes posible. Cuanto más tiempo se tarde en instaurar un tratamiento, más complicado puede llegar a ser éste y más largo el período necesario para la total curación del animal. Esto resulta particularmente cierto si el cuadro se complica con enfermedades secundarias, en especial infecciones bacterianas, ya que de producirse será también preciso tratarlas. Existen varias opciones terapéuticas para conseguir una curación efectiva de la infección. El veterinario puede recurrir a una medicación sistémica, como es el caso de las de aplicación “spot-on” (es decir, mediante una unción dorsal puntual), por ejemplo, en la sarna sarcóptica, o a un tratamiento local (gotas auriculares en la sarna de las orejas); no obstante, algunas preparaciones de aplicación “spot-on” permiten tratar también las enfermedades parasitarias auriculares. Es importante que el tratamiento se realice bajo control veterinario y con productos registrados para la especie de que se trate. Los productos antiparasitarios específicos suelen ser muy eficaces para el tratamiento de los animales infestados, su veterinario le indicará la mejor opción para su mascota. Sin embargo, dependiendo del tipo de ácaro implicado (p. ej., Demodex), es posible que el tratamiento de la sarna con estos productos tenga que ser prolongado. Para evaluar la respuesta al tratamiento y comprobar si se ha conseguido la curación total de la enfermedad son precisas las revisiones en la clínica veterinaria, que incluirán normalmente un examen físico completo y la realización de una serie de raspados cutáneos. El veterinario puede recomendar primero la aplicación de champús y lociones especiales para ablandar y eliminar las costras, lo que facilitará la acción de los productos antiparasitarios. Cuando existe infección bacteriana secundaria suele ser necesaria la administración de antibióticos y, en caso de picor intenso, el veterinario puede recetar además fármacos para disminuirlo y evitar así el rascado.

7 ASPECTOS CLAVE A TENER EN CUENTA Como los ácaros causantes de las sarnas son altamente contagiosos, deben tratarse todos los animales en contacto con la mascota infestada. Es posible que para disminuir el riesgo de reinfestación sea preciso un correcto control del entorno, lo que incluirá el lavado de la cama del animal y la limpieza utilizando una aspiradora. Dado que, es posible la transmisión a las personas en contacto con el animal (zoonosis), resulta de gran importancia aplicar unas buenas medidas de higiene personal, como lavarse las manos y las muñecas después de acariciar a un perro o gato vagabundo o cuando se esté en contacto con una mascota que se sospecha padece una de estas enfermedades. Algunos factores de riesgo se han asociado a estas infestaciones; entre estos factores se encuentran la mala alimentación, las enfermedades inmunodepresoras, otras enfermedades y el acceso al exterior del hogar (contacto con áreas o con otras mascotas infectadas). Resulta también esencial no permitir el contacto estrecho del animal con perros o gatos de los que se ignora el estado sanitario. Esto es en especial importante cuando se trata de animales vagabundos o procedentes de refugios. Los ácaros de la cosecha infestan a los animales cuando éstos pasean o juegan en los bosques o campos en otoño, por lo que las zonas de mayor riesgo (suelos húmedos de creta o caliza) deberían evitarse durante esta estación del año. El cepillado y el acicalamiento regulares del pelo del animal facilitarán la observación de los primeros síntomas de las infestaciones por ácaros (caspa, irritación, pequeñas costras), lo que permitirá acudir al veterinario sin demora.


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