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Publicada porGuillermo Rivas Modificado hace 6 años
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“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”
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Toda relación que se aventure a traspasar el umbral de meros conocidos, tendrá “tiempos de dificultades”. La norma siempre debiera ser la prevención mediante principios cristianos sabios. Pero tarde o temprano, los conflictos se introducirán subrepticiamente incluso en las relaciones más estrechas y saludables. Felizmente, la Biblia está llena de conocimientos para garantizar que los conflictos no se conviertan en conflagraciones que destruyan familias y amistades.
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LOS CONFLICTOS “La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa” (Proverbios 19:11) ¿Qué pasos importantes pueden ayudarnos a evitar conflictos con los demás? Paso 1: Establezca límites para la resolución de conflictos. [...] Los desacuerdos y el debate son componentes saludables de la mayoría de las relaciones y no deben evitarse por completo siempre y cuando todos los presentes cumplan con las reglas preestablecidas. Por ejemplo, si los tonos de voz comienzan a subir, se puede optar por terminar la discusión y aceptar continuarla cuando los ánimos se calmen. Paso 2: Elija sus batallas. [...] Es mejor dejar pasar ciertos asuntos en lugar de armar un alboroto por cualquier diferencia, especialmente durante los días libres, cuando la tensión es alta y se espera la unión familiar. Paso 3: Anime a la familia a poner fin a un conflicto determinado convocando a una reunión para ese propósito. [...] La familia puede aprender a colaborar para poner fin a los conflictos. Ha de designarse a uno de los integrantes de la familia para que modere la discusión y mantenga la conversación hasta que encuentre una solución al conflicto. Paso 4: Permanezca neutral si surge un tema sensible. [...] El miembro de la familia que puede permanecer neutral durante los conflictos familiares puede ayudar a cada uno a articular sus pensamientos. Luego, se pueden reformular los sentimientos para tratar de alcanzar entendimientos mutuos y lograr establecer un compromiso. [...] (Family Seasons Bible Book Shelf 2Q 2019) PIENSA: Los principios fundamentales para la superación y extinción de los conflictos sólo se concretarán por la contribución a la paz y a la edificación del prójimo (Romanos 14:19).
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ALGUNOS PRINCIPIOS PARA EL MATRIMONIO
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Filipenses 2:4-5). ¿Qué dos principios importante podemos usar también que nos ayude no solo en el matrimonio sino también en todas las relaciones? Debemos estar consientes que hay imperfección en los procedimientos humanos y sólo Dios es perfecto, no se exigirá perfección del cónyuge, porque habrá la comprensión de que todos son pecadores y destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). El camino a seguir es el del perdón. Y el perdón se ofrece al cónyuge que no lo merece, pues si lo merecía, no sería perdón, sino un derecho. El perdón es siempre una concesión gratuita, voluntaria y ofrecida por el perdonador y una oportunidad de redención inmerecida y recibida por el ofensor. Si ambos cónyuges mantienen en mente que son pecadores, que están en lucha directa e involuntaria contra Satanás, ambos sabrán concederse el perdón, la paciencia y la benevolencia del amor, pues ambos fueron y son afectados por el pecado, degradando sus fuerzas físicas, emocionales y espirituales. Entonces, sabrán que la única forma de estar preparados para luchar juntos, es buscar la presencia de Dios en oración. PIENSA: Tener en el corazón el mismo sentimiento que hubo en Cristo Jesús, será una bendición no tan solo para los esposos, sino también para toda la familia y para todas nuestras relaciones personales.
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EL PAPEL DEL ENOJO EN LOS CONFLICTOS
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19-20). ¿Cómo podemos aprender a manejar el enojo de tal manera que no se convierta en pecado? En 2 Timoteo 4:5, Pablo le pide a Timoteo que se mantenga calmado, relajado y sereno y que siga cumpliendo con los deberes de su ministerio. Ese es un buen consejo para todos nosotros. Cuando nos enojemos, tratemos de calmarnos y comenzar a hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer. Si algo te hace molestar, en lugar de dejar que te amargue, conviértelo en algo bueno. Vence el mal y la ira orando por los que te lastiman y abusan de ti. Perdónalos y sé una bendición para ellos. Puede que no sea fácil al principio, pero cuando tomas la decisión y la asumes, Dios se encarga del resto. Otro método bíblico para evitar la ira es oír, esperar y pensar para hablar, teniendo siempre en mente que la ira humana no produce justicia (Santiago 1:19-20) Muchas veces es preferible evitar decir algo que sea perjudicial, tomar un tiempo para orar, calmarnos, evaluar cuidadosamente la situación y tratar de resolver el problema a la luz de un nuevo día. PIENSA: Todos tenemos cosas que nos hacen enojar, pero la pregunta es: ¿Cómo hacer, mediante el poder de Dios, para impedir que ese enojo nos haga sentir miserables a nosotros mismos y a los que nos rodean?
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CONFLICTO, ABUSO, PODER Y CONTROL
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8) ¿Qué enseñanzas vitales sobre las relaciones se encuentran aquí y en Colosenses 3:19? La Biblia dice que, si una persona es abusiva, no conoce el amor y no conoce a Dios (1 Juan 4:7-8). La Biblia prohíbe el abuso físico o verbal del cónyuge. Pablo es claro en que ninguno de los cónyuges debe ser hostil o violento. El abuso emocional, verbal, sexual y/o físico no es un comportamiento aceptable en un esposo o esposa cristiano. Lo único aceptable es amar a nuestro cónyuge. La mayor parte de la ira, del conflicto, del abuso se establece por lo general en la "jerarquía de la familia", es decir, de marido a la esposa, de los padres a los hijos, por eso, el consejo divino es para los maridos: "amad a vuestras esposas y no os irritáis contra ellos" (Colosenses 3:19). El deseo de Dios, registrado en Su Palabra, es que toda la familia no cause dolor, animosidad, hostilidad o hasta odio, por el contrario, vivan la verdadera expresión del amor, velando el uno por el otro y por todos en la familia PIENSA: Es lamentable que algunas culturas toleren el abuso hacia las mujeres. ¿Por qué ningún cristiano debería caer en ese tipo de comportamiento, independientemente de lo que su cultura permita?
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PERDÓN Y PAZ “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12). ¿De qué forma necesitamos aplicar el perdón en nuestra vida, dentro y fuera de la familia? El perdón es básicamente una decisión que tomamos para destruir un obstáculo hacia la paz. Por lo demás, es esencial y vital que en la familia haya perdón. Debe ser un camino que reconduzca a toda la familia a vivir en paz, unos con otros y consigo mismos, a través de la permanente búsqueda de la paz entre todos y todos, resultando en la santificación de la familia (Hebreos 12:14). No olvidando que del mismo modo que se juzga, se será juzgado (Mateo 7:2). Incluso, aunque la relación no se restaure por completo, es importante que perdonemos. Lo más importante es la belleza del perdón y la libertad que le confiere al que lo ofrece, incluso cuando la relación debe terminar debido al abuso o la violencia. La búsqueda de la paz y la restauración del ambiente de amor en familia y la oferta del perdón deben partir siempre de dentro de cada uno y, aunque la primera respuesta no sea la de aceptación, mantener la propuesta de paz, restauración del amor entre todos y del perdón a los que hayan ofendido. De esta forma, es responsabilidad de cada uno de nosotros promover ese ambiente de amor envolvente, superior, divino en la familia. Recuerde lo que enseñó Jesús sobre la adoración y la búsqueda de la paz con todos, especialmente, en la familia en Mateo 5:23-24. PIENSA: Aunque la reconciliación puede no ser posible en todas las situaciones, el perdón siempre es necesario.
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Los momentos difíciles, conflictos, ira, irritación, abuso, poder, control son factores que ocurren durante el recorrido de nuestras vidas personales, conyugales, familiares e incluso comunitarias, pero son factores y no la descripción de todo el recorrido. La descripción del recorrido estará compuesta por la actitud de cada ser humano ante cada una de estas ocurrencias, pudiendo ser completamente desvinculada de ellas, si se añaden como parcela resolutiva para cada hecho los principios del conocimiento de que todos somos pecadores y carecemos de la gloria de Dios y, por otro lado, todo se vuelve más equilibrado y facilita la resolución con la adopción de los factores de la comprensión y del perdón. Además de que cada uno haga su parte de búsqueda del equilibrio y de la franca convivencia en busca de la paz y de los actos de amor, de las palabras blandas y de las acciones suaves y en favor del amor y de la presencia de Dios en el seno familiar.
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