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El marido y la esposa
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La familia es importante para Dios
Tres de los diez mandamientos aluden directamente a la familia: 5° mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Ex. 20:12).
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La familia es importante para Dios
Tres de los diez mandamientos aluden directamente a la familia: 7° mandamiento: “No cometerás adulterio” (Ex. 20:14).
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La familia es importante para Dios
Tres de los diez mandamientos aluden directamente a la familia: 10° mandamiento: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Ex. 20:17).
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La familia es importante para Dios
Dios le dio un énfasis especial al quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Ex. 20:12). “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Ef. 6:2-3).
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La familia es importante para Dios
En el libro de Proverbios la familia ocupa el lugar central. En éste libro hay maravillosas escenas hogareñas : Hijos fielmente criados. Padres unidos y felices.
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La familia es importante para Dios
El libro de Proverbios también desenmascara los pecados que atacan el orden familiar (Prov. 1:18; 2:18; 4:10). Cuando uno viola el plan de Dios para la familia, no podrá hallar la felicidad y acortará su propia vida (recuerde el 5° mandamiento).
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¿QUÉ NECESITAN DEL OTRO?
EL MARIDO ¿ ? LA ESPOSA REVERENCIA (fobéo) “…amad cada uno individualmente a su propia mujer como a sí mismo; y vea la mujer que reverencie a su marido” (Ef. 5:33, VM) AMOR (agapao) “…cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer que tenga en reverencia a su marido” (Ef. 5:33, SSE). Pablo emplea el verbo "agapao", el amor que describe a Dios (1 Juan 4:8; Jn. 3:16), y es el amor que el Espíritu Santo produce en nuestros corazones (Gál. 5:22). Este amor nos mueve a sacrificarnos para el bienestar de la persona amada (Notas sobre Efesios, por Wayne Partain). "la mujer respete a su marido", "reverencie" (Versión Moderna y Versión Hispano-Americana). La Biblia de las Américas dice, en el margen, "Literalmente, tema"). La mujer cristiana tiene una reverencia sana y apropiada para su marido. No es temor, como de un tirano, sino una combinación del amor, respeto, gratitud y sujeción. La palabra "respetar" no es tan fuerte como la palabra griega empleada en este texto; son más correctas las palabras "reverenciar" o "temer". (Notas sobre Efesios, por Wayne Partain). Según Efesios 5:33 Considérese el contexto
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EL MARIDO Y LA ESPOSA Un amor ardiente, apasionado y amistoso: “Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre” (Prov. 5:18-19). Recréate: “te embriague” (LBA). Una clara referencia a “extraviarse”, “tambalear” y “quedar intoxicado”. Compárese: 1 Corintios 7:3-5
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EL MARIDO Y LA ESPOSA Una relación muy profunda: Al no cumplir la promesa matrimonial, uno comete pecado no solamente contra Dios, sino contra un amigo íntimo (Prov. 2:17; Mal. 2:14). La expresión “el compañero de tu juventud” viene de la misma palabra hebrea que se traduce “mejores amigos” (cf. Prov. 16:28; 17:9). Esta es la profundidad de la relación matrimonial en el plan de Dios para todos los hogares.
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EL MARIDO Y LA ESPOSA Una relación muy profunda con responsabilidades compartidas: El entrenamiento de los hijos (Prov. 1:8; 6:20). El estado elevado y noble de la mujer en el matrimonio (Prov. 12:4; 18:22; 19:14; 14:1). La estabilidad del hogar depende en gran manera de la sabiduría constructiva de una buena esposa.
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EL MARIDO Y LA ESPOSA Una relación muy profunda que puede ser destruida por la quejas: “Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa, son semejantes” (Prov. 27:15). “Dolor es para su padre el hijo necio, y gotera continua las contiendas de la mujer” (Prov. 19:13). “Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa” (Prov. 21:9). “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda” (Prov. 21:19).
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Muchas mujeres ya se acostumbraron al mal hábito de quejarse
Muchas mujeres ya se acostumbraron al mal hábito de quejarse. Tales mujeres no son contenidas fácilmente: “el que trata de contenerla refrena el viento, y recoge aceite con su mano derecha” (Prov. 27:16, LBLA).
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EL MARIDO Y LA ESPOSA Una relación muy profunda que puede ser destruida por la promiscuidad sexual: Malgastar fuerzas útiles para la familia (Prov. 5:10). Menospreciar la intimidad verdadera (Prov. 5:19-20). Perder el propio honor (Prov. 5:9; 6:32-33). Tirar a la basura los mejores años (Prov. 5:9-11). Buscar peligro y escándalo (Prov. 6:26, 32-35). Solicitar la muerte (Prov. 2:18-19). Un pecado que “quema” al culpable (Prov. 6:27-29, 33).
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EL MARIDO Y LA ESPOSA Aquel que busca una esposa, debe preguntarse: “¿Tiene ella buen carácter?” (Prov. 31). Aquella que busca marido, debe preguntarse: “¿Tiene él buen carácter?” (Job. 31).
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El matrimonio debe ser cultivado y alimentado
Los dos cónyuges deben hacer cualquier sacrificio y no escatimar en gastos para mejorarlo.
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El matrimonio debe ser cultivado y alimentado
Este esfuerzo debe comenzar desde la luna de miel y antes que comiencen las quejas. Los dos deben anticipar el problema y disponerse a superarlo.
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El matrimonio debe ser cultivado y alimentado
Así, la mujer se enorgullecerá en su labor por el crecimiento de su marido y la edificación de su hogar, y el marido será cada día más feliz sabiendo la bendición de una mujer sabia que le ha ayudado a gobernar el hogar.
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Conclusión En Jesucristo, cualquier deficiencia en estas relaciones temporales puede ser superada. Como miembro de la familia de Dios, el cristiano puede estar casado con Cristo y así experimentar la más alta lealtad (2 Cor. 11:2; Apoc. 19:6-8; Ef. 5:22-33).
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Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios.
Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. -- Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. -- 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.
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