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Publicada porBlanca Carrizo Modificado hace 6 años
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TEN COMPASIÓN DE MÍ Lectio divina Domingo XXX T. O. Ciclo B.
28 Octubre Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: del vídeo “Mtos of Peace 8” P Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
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ORACIÓN INICIAL Gracias, Jesús, porque pasas continuamente junto a mí,
para invitarme a suplicarte mi sanación y para seguir tus huellas. Gracias, Jesús, porque me das la fuerza para romper con mis ataduras de pecado y de esclavitudes. Gracias, Jesús, porque siempre eres para mí la Luz, para no caminar en tinieblas.
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TEXTO BÍBLICO Mc Y llegan a Jericó. Y al salir él con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «Rabbuni, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
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LECTURA ¿Qué dice el Texto?
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Salen de Jericó. Los ojos cerrados (de Bartimeo) le tenían allí postrado al borde del camino pidiendo limosna. …Debió escuchar más jaleo del usual y preguntando qué pasaba o quién pasaba, le respondieron que era Jesús. Entonces él comenzó a gritar: “Hijo de David, ten compasión de mí”. Debió hacerlo con tanta fuerza e insistencia que llegó a molestar a algunos del cortejo de Jesús.
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Bartimeo… tenía más luz interior que bastantes de los que acompañaban al Señor. Un ciego que no puede andar y unos viandantes con ceguera en el corazón. No se debe censurar el grito de la vida. Es el grito de quien sabe que ha nacido para ver y para andar…
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En la historia de los hombres no todo es bello, ni bueno, ni justo, ni verdadero. Y entonces la misma creación se resiente, se rebela, y de mil modos grita a través de los hambrientos de todas las hambres, a través de los invidentes de tantas cegueras y a través de quienes sufren ataduras en su libertad o en su corazón.
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Todos estos gritos desafinan, molestan, crean conmoción
Todos estos gritos desafinan, molestan, crean conmoción. La tentación siempre es la de acallarlos, la de censurarlos en algún sentido. ¿Quién tuviera los oídos de Dios para escuchar tantos gritos y responderlos adecuadamente?
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En el camino de Jericó, porque pasaba Jesús, Bartimeo no dejó de gritar, y cada vez más fuerte… La vida amordazada, acorralada, mutilada o censurada... no dejará de gritar y de gritarse. “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi”, es la oración de todos los pobres y sencillos que han querido alguna vez levantarse de sus cegueras y de sus forzosas postraciones.
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Había encontrado la Luz y abandonó su ceguera; había hallado el Tesoro y dejó de pedir limosna; había encontrado el sentido de la vida, y se puso a caminarlo, abrazado a Aquel que es Camino y con nosotros Caminante. Jesús le curó alabando su fe y Bartimeo se levantó y lo siguió como discípulo.
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¿Qué me dice el Señor en el Texto?
meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
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Bartimeo fue liberado gracias a la compasión de Jesús…, Jesús se detiene para responder al grito de Bartimeo. Se deja interpelar por su petición, se deja implicar en su situación. No se contenta con darle limosna, sino que quiere encontrarlo personalmente. No le da indicaciones ni respuestas, pero hace una pregunta: «¿Qué quieres que haga por ti»?
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¿Qué puede desear un ciego si no es la vista
¿Qué puede desear un ciego si no es la vista? Con esta pregunta, hecha «de tú a tú», directa pero respetuosa, Jesús muestra que desea escuchar nuestras necesidades. Quiere un coloquio con cada uno de nosotros sobre la vida, las situaciones reales, que no excluya nada ante Dios.
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Jesús pide a sus discípulos que vayan y llamen a Bartimeo
Jesús pide a sus discípulos que vayan y llamen a Bartimeo. …Los discípulos de Jesús están llamados a esto, también hoy, especialmente hoy: a poner al hombre en contacto con la misericordia compasiva que salva. Cuando el grito de la humanidad, como el de Bartimeo, se repite aún más fuerte, no hay otra respuesta que hacer nuestras las palabras de Jesús y sobre todo imitar su corazón. Las situaciones de miseria y de conflicto son para Dios ocasiones de misericordia. Hoy es tiempo de misericordia.
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Ninguno de los discípulos se para, como hace Jesús
Ninguno de los discípulos se para, como hace Jesús. Siguen caminando, pasan de largo como si nada hubiera sucedido. Si Bartimeo era ciego, ellos son sordos: aquel problema no es problema suyo. Este puede ser nuestro riesgo: ante continuos apuros, es mejor seguir adelante, sin preocuparse. De esta manera, estamos con Jesús como aquellos discípulos, pero no pensamos como Jesús…
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Corremos el riesgo de hacernos como aquellos «muchos» del Evangelio, que pierden la paciencia y reprochan a Bartimeo….Jesús, por el contrario, quiere incluir, especialmente a quienes están relegados al margen y le gritan. Estos, como Bartimeo, tienen fe, porque saberse necesitados de salvación es el mejor modo para encontrar a Jesús. Podemos caminar con el pueblo de Dios, pero tenemos nuestra hoja de ruta, donde entra todo: sabemos dónde ir y cuánto tiempo se tarda; todos deben respetar nuestro ritmo y cualquier inconveniente nos molesta.
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Y, al final, Bartimeo se puso a seguir a Jesús en el camino
Y, al final, Bartimeo se puso a seguir a Jesús en el camino. No sólo recupera la vista, sino que se une a la comunidad de los que caminan con Jesús. Sigamos por el camino que el Señor desea. Pidámosle a él una mirada sana y salvada, que sabe difundir luz porque recuerda el esplendor que la ha iluminado. Sin dejarnos ofuscar nunca por el pesimismo y por el pecado, busquemos y veamos la gloria de Dios que resplandece en el hombre viviente.
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¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
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Gracias Jesús por ayudarnos a recobrar la vista,
por hacernos capaces de mirar las faltas y errores que cometemos. Gracias por ser siempre una ayuda para mí, para nuestras familias, para los que te buscan y no te buscan para los necesitados, para la Iglesia…
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Danos un corazón generoso con los necesitados,
con el que tiene hambre, no tiene trabajo, no piensa como nosotros…
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Perdón por no ayudar a las personas que tienen necesidades,
por no abrir nuestro corazón para mirar al prójimo, por alejar a nuestros hermanos de nuestros grupos de nuestras comunidades, por no ser tolerantes, por…
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¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
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Como Bartimeo, contempla a Jesús, que se te acerca, te mira y te pregunta: ¿Qué quieres que haga por ti?
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Mírate a ti mismo, necesitado, tentado, desilusionado, pero, al mismo tiempo, con gozo en el corazón porque Jesús quiere sanarte y que le sigas por el camino hacia la resurrección.
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!¡Cuántas veces dejas pasar, sin darte cuenta, a Jesús!
El ciego de Jericó es el reflejo de tu vida. ¡Cuántas veces te ves al borde del camino del encuentro con el Señor! ¡Cuántas veces andas desviado, por caminos equivocados! ¡Cuántas veces…! ¡Cuántas veces te sientes triste porque estás envuelto en oscuridad, sin luz, desanimado, sin fuerzas! !¡Cuántas veces dejas pasar, sin darte cuenta, a Jesús!
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Pon ante el Señor el “manto” de tus debilidades, tus posturas rutinarias y mediocres, tus cansancios y falta de ayuda y comprensión para el que lo necesita, tienes cerca…
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acción ¿A qué me comprometo?
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El ciego supo pedir lo que necesitaba
El ciego supo pedir lo que necesitaba. Y para acudir a ese encuentro salvador no le importó dejar su manto porque así, desprendido de todo, alcanzaría la gracia que más anhelaba en su corazón. Deja tu “manto” y presenta a Jesús tu petición.
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“¿Qué quieres que te haga?”
¿Qué respondes a Jesús, qué le presentas, que le pides…?
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Ora y busca medios para desprenderte de tus posturas rutinarias, mediocres.
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No seas sordo/a como los discípulos
No seas sordo/a como los discípulos. Asume los problemas y dificultades de los demás, en la medida que puedas, como si fueran tuyos. Ayúdalos, compréndelos… Intenta buscar soluciones.
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Respeta el ritmo de las personas que tienes cerca, familia, trabajo, grupo… Atiéndelas y confía en ellas.
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Di con confianza a Jesús: ¡Señor, que vea
Di con confianza a Jesús: ¡Señor, que vea! ¡Que tu Luz nos haga ver la luz! Comprométete a llevar esa luz a tu realidad de cada día.
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¿Cómo cuidas tu fe ¿Cómo la haces crecer?
El ciego le contestó: «Rabbuni, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino. ¿Cómo cuidas tu fe ¿Cómo la haces crecer?
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“Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi”, es la oración de todos los pobres y sencillos que han querido alguna vez levantarse de sus cegueras y de sus forzosas postraciones. Invoca a Jesús. Pídele que te cure de tus cegueras, de las que no ves, no quieres verlas… FIN
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