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Publicada porMaría Soledad Pérez Modificado hace 6 años
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Llevar a los participantes a identificar los caracteres de la perfección a que la humanidad es capaz de alcanzar, así como a conocer y practicar los medios que a ella conducen.
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Caracteres de la perfección
1. “Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian, y orad por los que os persiguen y calumnian; porque si sólo amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis con eso más que los otros? ¿No hacen lo mismo los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.” (San Mateo, 5:44, 46 a 48.)
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1.- ¿Por qué la búsqueda de la perfección implica amar inclusive a nuestros enemigos y hacer el bien a los que nos odian, persiguen o calumnian?
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R: Porque la perfección sólo se alcanza cuando el corazón se ve despojado de toda y cualquier mancha de rencor, odio y resentimiento para con el semejante. “Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian y orad por los que os persiguen y calumnian.”
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2.- ¿Qué importancia tiene nuestro enemigo en lo tocante a nuestro perfeccionamiento?
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R: Nuestro enemigo es puesto por Dios a nuestro lado, con el fin de que seamos advertidos con más franqueza de lo que haría un amigo, por cuanto aquél ningún interés tiene en enmascarar la verdad. El enemigo, aparente obstáculo en nuestra vida es, en verdad, instrumento de nuestro perfeccionamiento.
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3.- ¿Cuál es la ventaja de sólo amar a quien nos ama?
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R: Ninguna, pues obrar así es un simple deber de gratitud.
“porque si solamente amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? Los criminales y los malhechores también aman a aquellos que les son queridos.
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LEER LOS DOS PRIMEROS PÁRRAFOS DEL ÍTEM 2 (Hasta la palabra virtudes)
2. Puesto que Dios posee la perfección infinita en todas las cosas, esta máxima: “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”, tomada literalmente supondría la posibilidad de alcanzar la perfección absoluta. Si le fuese dado a la criatura ser tan perfecta como el Creador, llegaría a ser igual a Él, lo que es inadmisible. Pero los hombres a quienes se dirigía Jesús no hubieran comprendido esa diferencia, por eso se limita a presentarles un modelo y a decirles que se esfuercen por alcanzarlo. Así pues, es preciso entender esas palabras en el sentido de la perfección relativa de que la humanidad es capaz y que más la aproxima a la Divinidad. ¿En qué consiste esa perfección? Jesús lo dijo: “Amemos a nuestros enemigos, hagamos el bien a los que nos odian, oremos por los que nos persiguen”. Él enseña con eso que la esencia de la perfección es la caridad en su más amplia acepción, porque implica la práctica de las demás virtudes.
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En efecto, si observamos los resultados de todos los vicios, e incluso de los simples defectos, reconoceremos que no hay uno siquiera que no altere de algún modo el sentimiento de la caridad, porque todos tienen su origen en el egoísmo y en el orgullo, que son su negación. Todo aquello que excita el sentimiento de la personalidad destruye, o al menos debilita, los elementos de la verdadera caridad, que son la benevolencia, la indulgencia, la abnegación y la devoción. Como el amor al prójimo, llevado hasta el nivel del amor a los enemigos, no puede aliarse con ningún defecto contrario a la caridad, es siempre, por eso mismo, un indicio de cierta superioridad moral. De ahí se sigue que el grado de la perfección está en razón directa de la extensión de ese amor. Por eso Jesús, después de haber dado a sus discípulos las reglas de la caridad en lo más sublime que esta posee, les dijo: “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”.
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4.- ¿En qué consiste la perfección a que la humanidad es capaz de alcanzar, y que más la aproxima a la divinidad?
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R: En la práctica del mandamiento de Jesús, que nos enseña a “…amar a vuestros enemigos, hacer el bien a los que os odian, y orar por los que os persiguen.” “…la esencia de la perfección es la caridad en su más amplia acepción, porque implica la práctica de todas las otras virtudes.”
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5.- ¿Seremos perfectos todos un día?
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R: Sin duda. Tenemos en nosotros el germen de todas las virtudes, que se desarrollan en función de nuestro libre albedrío. “Todos los vicios tienen su principio en el egoísmo y en el orgullo, que son la negación de la caridad”.
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6.- ¿Qué regla máxima nos concede Dios, para que más rápidamente conquistemos la perfección?
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R: El Evangelio de Jesús, en su sencillez, sin los aparatos perecibles de la falsa intelectualidad. El Evangelio contiene las leyes morales de la vida, cuya carencia de conocimiento y aplicación es el problema prioritario de la humanidad. “…los elementos de la verdadera caridad son: la benevolencia, la indulgencia, la abnegación y la dedicación.”
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La práctica de la caridad, en su más amplia acepción, constituye el único camino para la conquista de la perfección. Se manifiesta en el amor al prójimo extensivo a nuestros enemigos; en hacer el bien a los que nos odian; en orar por los que nos persiguen y calumnian.
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No dejes que la calumnia perturbe tu vida.
No te rebajes al nivel del calumniador, porque no eres igual a él. No responda ni te alteres. Continúa el camino, si tienes la conciencia en paz, sin modificar tu estilo de vida sólo para hacerle caso al calumniador. Tal vez es esto lo que él quiere: alejarte del camino recto. ¡No le hagas caso! ¡Camina hacia adelante decidido! 101
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