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Publicada porNieves Olivera Segura Modificado hace 6 años
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PRINCIPIOS DESTACADOS SOBRE LAS OFRENDAS Y LOS DIEZMOS
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Hemos visto hasta aquí cómo se ha ido desarrollando la idea de dar lo que uno quiera, como quiera o donde quiera, contrario a lo que dice la Palabra de Dios. El voluntarismo es una doctrina seductora y debemos entender más plenamente lo que encierra.
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Así que, ¿qué otra cosa debemos considerar
Así que, ¿qué otra cosa debemos considerar? Lo siguiente: “Además de constituir un sesgo cognitivo y una pobre forma de tomar decisiones, el voluntarismo puede ser también una fa-lacia lógica específica en un debate, cuando se asume que algo es cierto o falso basándose simplemente en el deseo de que lo sea”.1 1
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Pero con Dios no podemos actuar de esa manera
Pero con Dios no podemos actuar de esa manera.2 Pablo dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. Y nos exhorta a “no pensar más allá de lo que está escrito”.3 2 Romanos 14:22 3 2 Timoteo 2:15; 1 Corintios 4:6
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Los diezmos y las ofrendas deben darse en el lugar asignado por Dios, no en el lugar asignado por el hombre. “Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando…”.5 5 Deut. 12:11; 12:5; 12:13; 15:20; 16:2; 26:2; Éxodo 20:24; Malaquías 3:10
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Los diezmos y las ofrendas deben darse en el momento establecido por Dios, no en el momento establecido por el hombre. “No te demores en presentarme las ofrendas de tus graneros y de tus lagares”. “Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo…”.6 6 Éxodo 22:29; Deuteronomio 23:21; 14:22; Véase también Eclesiastés 5:4 y Números 28:2
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Los diezmos y las ofrendas deben darse en la cantidad asignada por Dios y no la cantidad asignada por el hombre. Así sucedía con los diezmos,7 las ofrendas8 y los votos.9 Los diezmos y las ofrendas deben darse con la calidad estipulada por Dios no por la calidad estipulada por el hombre. Malaquías capítulo 1 es el mejor argumento para esto. Así que, en resumidas cuentas, el voluntarismo no tiene sustento bíblico. 7 Números 18:21 8 Números 18:26-28; Véase Levítico 5 9 Aunque los votos eran voluntarios, se volvían obligatorios y se asignaba una cantidad de acuerdo al sexo y la edad. Esto tenía como fin descartar las promesas “locas” que el pueblo hubiera podido hacer bajo el poder de las emociones. Véase Números 30 y Levítico 27:1-8
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El principio de la proporción
La ofrenda debe reflejar cuanto nos ha bendecido Dios, y para lograrlo, una de las formas es estableciendo un porcentaje para ella. El principio de la proporción
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De esa manera, si la bendición fue pequeña, la ofrenda será pequeña en cuanto a la cantidad; y si la bendición fue grande, la ofrenda será grande, aunque el porcentaje en todo caso será el mismo.
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La base bíblica para sustentar este principio es aquél que dice que “cada uno presentará su ofrenda conforme a la bendición que Jehová, su Dios, le haya dado” (Deut. 16:17), algo que también encuentra apoyo en el Nuevo Testamento (1 Cor. 16:2). Al dar un porcentaje, según Herrera, se evita el error de establecer una cantidad fija para la ofrenda sin importar cuanto haya Dios bendecido, lo cual evita el dar sólo para cumplir un deber religioso.
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Satterlee declara que a través de la ofrenda de la viuda en comparación con la ofrenda de los ricos (Mr. 12:41-44), Jesús hace ver que el tamaño de la ofrenda no es lo importante sino su proporción. Desde la perspectiva de Cristo, la ofrenda de la viuda fue increíblemente generosa, mientras que los ricos no podían con orgullo señalar el tamaño de su ofrenda, aunque era una cantidad grande, porque era pequeña en términos de porcentaje.13 13 Craig A. Satterlee, Preaching and stewarship (Herndon, VI: The Alban Institute, 2011), 96.
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Un asunto que se ha malentendido: la ética de dar.
Cumplir lo que se promete es otra de las cosas que con mayor claridad se presentan en las Sagradas Escrituras. No solo dice que no hay que demorarse en cumplir, sino que advierte a no comprometerse si no tenemos la posibilidad de pagar. Salomón declara que es pecado no cumplir lo que se promete (Ecle. 5:4-6).
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La ley de los votos, según Moisés, afirmaba que la persona quedaba bajo obligación de dar lo que había prometido (Núm. 30:1-16), y se estipulaba una cantidad según el género y la edad (Lev. 27:1-7), nadie podía dar la cantidad que se le ocurriera sino que tenía que ser la cantidad estipulada por alguien externo (Lev. 27:8).
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Esto anterior fue lo que Ananías y Safira transgredieron y por lo cual murieron (Hch 5:1-10). Se habían comprometido a dar el precio completo de la venta de una heredad pero solo trajeron un parte. Su actuar se consideró como un robo y un intento de mentir a Dios.
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Olford señala que en 2 de Corintios 8:10-11 se presenta la ética de dar. Los corintios habían hecho una promesa pero estaban tardándose en cumplirla (v. 10, 11). En el capítulo 9, Pablo les recuerda nueva-mente que ellos habían hecho una promesa (v. 5), y es en este contexto que se dice que cada uno debe dar “como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (v. 7).
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Es decir, ellos debían cumplir la promesa que habían hecho
Es decir, ellos debían cumplir la promesa que habían hecho. En otras palabras, el texto no dice que ellos podían dar lo que quisieran sino que debían cumplir su promesa. Olford explica que, con un tacto consumado, Pablo aconseja a una iglesia que ha fallado en cumplir su promesa de dar dentro del calendario establecido. Ese fracaso había puesto en peligro su integridad.14 14 Stephen S. Olford, 56.
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Guía de estudio del día 10 1. Con dar un porcentaje de ofrendas se evita el error de establecer una cantidad fija o cuotas para los diezmos y las ofrendas, sin importar cuanto haya Dios bendecido, lo cual evita el dar sólo para cumplir un deber religioso. a) Falso b) Verdadero 2. “Cada uno dé como propuso en su corazón” se puede malentender cuando la gente piensa que uno puede dar lo que quiera porque, en realidad, Pablo está diciendo aquí que los corintios debían cumplir la promesa que habían hecho.
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3. En Israel nadie podía dar la cantidad que fuera porque todo estaba estipulado con claridad, aún los votos que eran voluntarios. a) Falso b) Verdadero
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