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Publicada porVictoria Paz Ruiz Modificado hace 6 años
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8 PdV esVida La luz que necesitamos: ¡la Palabra de Dios!
NUESTRAS EXPERIENCIAS 8 PdV esVida PALABRA DE VIDA Mt 23,8 CRISTINA (Italia) «Uno solo es el maestro y todos ustedes son hermanos». LA OSCURIDAD NUBLABA MIS OJOS Desde el lunes por la mañana la semana no había empezado bien: nadie parecía entenderme: tenía la clara sensación de que nadie me apoyaba o estaba de mi lado. Casi me estaba acostumbrando a la idea, y estaba segura de que cualquier cosa que hiciera o dijera iba a encontrar a alguien estaría en mi contra. No lograba ver lo positivo en mis días y todo lo que hasta entonces me había parecido hermoso ahora ya no lo era: la oscuridad nublaba mis ojos. El domingo fui a misa y de repente me di cuenta cual era la verdadera luz que me faltaba, la que realmente necesitaba: ¡la Palabra de Dios! Él había estado conmigo en cada momento de la semana, pero estaba tan cerrada en mí y tan triste que yo no le había escuchado y no había permitido que Jesús entrara y ¡cumpliera en mí Su voluntad! Estaba muy contenta por haber encontrado de nueva el deseo de Vivir ¡durante este encuentro con Dios! Su Palabra y sentir-Lo de nuevo en mí me dio la fuerza para acoger día a día Su voluntad con alegría y dar testimonio a todos que Su amor por cada uno es inmenso y sin interrupciones, incluso ¡cuando no nos dejamos amar por Él! Con la fuerza que esta experiencia me había dado, comprendí que para vivir la Palabra podía empezar por una compañera de clase que, sin ninguna razón había empezado a no aguantarme y responderme mal. Si antes también yo le respondía mal, gracias a la experiencia vivida, me di cuenta que no la estaba amando como amo a Jesús, que también está en ella, aunque se diga no creyente. Así que decidí amarla doblemente, para que sienta ¡lo hermoso y fundamental que es el amor de Dios! “¿Para qué buscar la verdad, cuando esta vive encarnada en Jesús, el hombre-Dios? Si la verdad nos atrae, dejémoslo todo, busquémoslo a Él y sigámoslo”. Es la conclusión a la que llegó Chiara cuando, todavía joven, buscaba la verdad. BUSCAR LA VERDAD Con sus primeras amigas, comienza a leer el Evangelio. Esas palabras son «únicas, eternas, fascinantes». No están estancadas en el pasado, como si fuesen el recuerdo de los dichos de un personaje histórico, sino palabras que Jesús sigue dirigiéndonos a nosotros y a cualquier persona de todo tiempo y latitud y se pueden traducir en vida. . ¿JESÚS ES REALMENTE NUESTRO MAESTRO? Son muchas las opciones de vida, muchos los maestros de pensamiento. Pero las palabras de Jesús poseen una profundidad y una capacidad envolvente que otras palabras –sean de filósofos, políticos o poetas– no tienen. Son palabras que si se viven dan la plenitud de la vida, comunican la vida misma de Dios. Y si Evangelio penetra en nuestro ánimo, nos transforma, nos lleva a adquirir el pensamiento mismo de Jesús. Jesús se convierte en nuestro Maestro. La luz que necesitamos: ¡la Palabra de Dios! COMPARTIR LAS EXPERIENCIAS Podemos leer juntos la Palabra de Vida porque el propio Jesús, vivo en medio de quienes están reunidos en su nombre, nos sugiera cómo ponerla en práctica. Podemos compartir las experiencias hechas viviéndola. Chiara explica que empezando a vivir así el Evangelio: «Sentíamos el deber de comunicar a los demás lo que experimentábamos, pues éramos conscientes de que, al comunicarla, la experiencia permanecía para edificación de nuestra vida interior; mientras que, si no la comunicábamos, el alma se empobrecía lentamente. Así pues, vivíamos con intensidad la palabra durante todo el día y nos comunicábamos los resultados no solo entre nosotros, sino también a las personas que iban añadiéndose al primer grupo. […] Cuando la vivíamos, ya no era yo o nosotros los que vivíamos, sino la palabra en mí, la palabra en el grupo. Y esto era una revolución cristiana con todas sus consecuencias». Corta y dobla
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