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Integridad de la confesión

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Presentación del tema: "Integridad de la confesión"— Transcripción de la presentación:

1 Integridad de la confesión
Sacramentos 77 Penitencia 11 Integridad de la confesión

2 Confesión íntegra quiere decir que se deben decir al confesor todos los pecados, al menos los graves. En otra parte ya veremos la diferencia entre graves y leves, como nos lo dice el catecismo. Ahora basta decir que para que un pecado sea grave se necesita que la materia sea grave, que haya consentimiento pleno y advertencia plena. Es decir, que uno se dé cuenta y que lo quiera hacer.

3 Decimos que para que la confesión sea íntegra se deben decir todos los pecados graves. Los pecados leves (o veniales) se pueden decir unos y otros no. Pero mejor es decir todos los que recuerde, porque se aumentará más la gracia. Hay algunos que ni llegan a veniales, porque uno lo hace casi sin darse cuenta.

4 Para que la acusación de los pecados sea íntegra, no sólo se deben decir todos los pecados, sino hasta las circunstancias que pueden cambiar el sentido del pecado. Por ejemplo, no basta con decir: “He faltado al 6º mandamiento”. Porque es muy diferente si ha sido tu solo o con otra persona; y si esa persona era soltera o casada. Y contra el 5º mandamiento, no es lo mismo poner una zancadilla que matar a una persona.

5 Poniendo algún otro ejemplo: No basta con decir “no he asistido a misa el domingo o varios domingos”. Es diferente si ha sido por pereza o por no poder. O acusarse de haber dicho alguna mentira. Hay que ver si se ha perjudicado a alguno o ha sido sin consecuencias malas. Lo mismo el haber robado 20 euros: es muy diferente si ha sido a un ricachón o a una persona muy pobre.

6 La obligación es decir los pecados cometidos desde la última confesión bien hecha. Porque pudo ser que hubo una mal hecha: o porque se calló a propósito algún pecado grave o porque no tuvo dolor ni propósito. En este caso se debe repetir la mal hecha. Y si han pasado varios años después, debería repetir todo, en cuanto posible sea.

7 Pero si se olvidó algo, es asunto diferente a si lo hizo a propósito mal.
Si por olvido no dijo un pecado, debe decirlo cuando lo ha recordado. En este caso sólo tendría que decir el pecado olvidado, no los demás, pues éstos ya están perdonados, si no hubo malicia en no decir el otro, sino sólo olvido.

8 Cuando una persona tiene bastantes pecados casi iguales, debe decir el número lo más exactamente. Esto suele ser muy difícil hacerlo con exactitud. La iglesia es una Madre que acepta sobre todo la buena voluntad. Uno que siendo mayor no se confiesa desde joven y pocas veces va a misa los domingos, le será casi imposible decir exacto los que ha faltado; pero puede decir un aproximado por meses o años.

9 Lo importante es que el sacerdote se haga una idea aproximada
Lo importante es que el sacerdote se haga una idea aproximada. Y esto para dar bien la absolución y por la penitencia a imponer. Aproximado es si puede decir que ha ido la mitad de las veces o sólo una vez al mes o algo así. De todo esto lo que importa es que uno sea sincero con Dios y querer cambiar. Porque, si ya sabe que no va a decir todo, mejor es que no se confiese.

10 En la confesión estamos de una manera especial a la vista de Dios
En la confesión estamos de una manera especial a la vista de Dios. Y qué bueno que le podamos decir a Jesús que queremos estar junto a Él en esos momentos y siempre, porque Jesús es nuestra luz y nuestra paz.

11 Junto a ti, Señor, queremos estar:
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12 Tú eres nuestra luz,

13 Tu eres nuestra paz;

14 Tú eres nuestra luz,

15 Tu eres nuestra paz.

16 Nuestras vidas van buscando la luz,

17 que no encontrarán si no es en Jesús,

18 que no encon-trarán si no es en Jesús,

19 Junto a ti, Señor, queremos estar:

20 Tú eres nuestra luz,

21 Tu eres nuestra paz;

22 Tú eres nuestra luz,

23 Tu eres nuestra paz. Hacer CLICK

24 Para poder declarar los pecados cometidos, si hace mucho tiempo desde la última confesión, es natural que tiene que emplear más tiempo en el examen de conciencia. Algunas personas, para mayor tranquilidad y después de un buen examen, lo anotan en un papel, al menos lo más esencial. Procuren tener cuidado luego en destruir dicho papel para no complicarse y seguir en paz.

25 Alguno podrá preguntar: ¿Y cuando el pecado es dudoso
Alguno podrá preguntar: ¿Y cuando el pecado es dudoso? Se puede dudar por varios motivos: si se cometió el pecado o no se cometió, sobre si fue grave o menos grave, sobre si lo confesó ya o no lo confesó, sobre si lo confesó bien o mal. – En general, cuando hay una verdadera duda, no hay obligación de confesar el pecado. Porque la obligación es sobre el pecado cierto, no el dudoso en cualquiera de esas circunstancias.

26 Pero es bueno o laudable el confesarlo, diciendo que es dudoso para mayor tranquilidad, aunque arrepintiéndose de ello. Si después se da cuenta que lo que dijo como dudoso es cierto, debe después confesarlo como cierto. En todo esto hay personas demasiado “escrupulosas” que dudan más de lo que hay que dudar. Si saben que una vez se confesaron bien de ello, ya está en las manos de Dios.

27 Hay gente que se atormenta demasiado donde la Iglesia quiere la paz.
Hay personas que vienen a confesar en un momento de entusiasmo (jornadas o cursillos) y piensan que algo que hicieron cuando era niño creían que no era pecado, pero ahora sí ven la malicia. Es posible que ahora vea que fue pecado; pero si cuando lo hizo no era pecado, tampoco lo es ahora. Hay gente que se atormenta demasiado donde la Iglesia quiere la paz.

28 Hay que tener en cuenta que la confesión no es para crear inquietud, sino para dar paz y tranquilidad al alma por medio del perdón de Dios. – Otra cosa que debemos tener en cuenta en la confesión: que no es sólo para perdonar, sino para progresar en el camino de la perfección. Por eso el sacerdote no sólo es juez, sino que debe ser guía, unido a Jesucristo, en el camino hacia Dios.

29 Sobre la confesión general
Sobre la confesión general. A veces, cuando uno hace un cursillo o ejercicios espirituales un poco especiales, se aconseja hacer una confesión general. San Ignacio lo aconsejaba y lo hacía. Es querer decir todos los pecados de toda la vida, aunque ya estén dichos y perdonados. En algún momento puede ser bueno para sentir mejor la mano protectora de Dios. Puede ser útil para algunos, pero para otros puede ser perjudicial, si son escrupulosos.

30 Hay gente que se atormenta demasiado con los pecados antiguos, cuando Dios quiere la paz.
Por eso para la mayoría es mejor pensar que lo pasado Dios lo perdonó. Y debemos comenzar una nueva vida. Conviene lanzarse a una vida espiritual de amor, de tranquilidad y paz con Jesucristo.

31 Y cuando uno se ha confesado con recta conciencia, debe pedirle al Señor que nos dé esa alegría que se siente en el cielo por un pecador que se ha convertido. Vendrá la paz y la alegría en el alma, porque sabemos que Jesús nos quiere al darnos el perdón a pesar de nuestra pobreza y pequeñez.

32 Hermano, tú que buscas la paz en tu interior,
Automático

33 olvida tus problemas y abre tu corazón.

34 Jesús busca tu vida, no importa cómo estés,

35 cansado o deprimido, hoy puedes renacer.

36 Porque Jesús te quiere, no importa cómo seas,

37 no importa tu pobreza, Jesús te quiere así.

38 Porque Jesús está loco de amor por ti,

39 hazle un sitio en tu corazón, déjale ser tu señor.

40 Porque Jesús te quiere, no importa cómo seas,

41 no importa tu pobreza, Jesús te quiere así.

42 Porque Jesús está loco de amor por ti,

43 hazle un sitio en tu corazón, déjale ser tu señor.
Hacer CLICK

44 Así pues, con alegría podemos recibir esa bendición del sacerdote, que es la bendición del mismo Jesucristo, si nosotros hemos dicho con sinceridad todos nuestros pecados. – Alguno puede decir: ¿Si una persona es muda y no puede hablar o por tener en ese momento una enfermedad en la garganta? Lo puede hacer por escrito: o habiéndolo escrito antes y estando presente o escribiéndolo en ese momento.

45 ¿Y si el penitente no sabe escribir
¿Y si el penitente no sabe escribir? De alguna manera puede hacer algo por gestos al menos pidiendo perdón. ¿Y si sabe hablar, pero es de otra lengua muy diferente? Si hay intérprete, puede confesarse por intérprete. Claro que este intérprete queda con la obligación de guardar total silencio de todo lo que se haya dicho allí. – En casos extremos el sacerdote, si ve la buena disposi-ción, da la absolución y lo deja en las manos de Dios.

46 ¿Y si hay muchos que quieren confesarse y no hay tiempo por un peligro grande?
Hay casos ya previstos que concede la Iglesia una absolución colectiva, como cuando muchos soldados van a entrar en batalla o se produce el hundimiento de un barco. En todos estos casos las personas que han recibido la absolución quedan con la obligación de declarar sus pecados en la primera ocasión que puedan hacerlo.

47 Y si hay mucha gente y el sacerdote se tiene que marchar ¿puede dar la absolución colectiva? El problema en la Iglesia está en que algunos tienen “la manga muy ancha” y otros la tienen “estrecha”. Lo correcto sería que el sacerdote les incite a un acto de perfecta contrición y él les puede dar una bendición, que no es absolución. Los pecados se les pueden perdonar, pero deben confesarse cuando tengan ocasión.

48 Esta frase “cuando tengan ocasión” para algunos nunca se da
Esta frase “cuando tengan ocasión” para algunos nunca se da. El hecho es que la ocasión uno tiene que buscarla: o pedirle confesión a un sacerdote o buscarlo en un santuario. El problema de la absolución colectiva es que Jesucristo instituyó la confesión a modo de juicio; y en lo colectivo no existe el juicio. Por eso tampoco es confesión la bendición que da el sacerdote al comienzo de la misa en el “yo confieso”.

49 Esto es porque la confesión es un juicio personal.
Otras cuestiones: ¿Se puede uno confesar por teléfono o puede un sacerdote absolver por teléfono? Pues no vale. La Iglesia no lo acepta. No vale tampoco ni por radio ni por televisión, aunque se estén viendo y oyendo. Está determinado que tiene que estar la persona presente ante quien le está dando la absolución. Esto es porque la confesión es un juicio personal.

50 Lo importante es ponernos en las manos de Dios y desear convertirnos, porque aquel que busca subterfugios y hacer cosas raras en la confesión, no busca verdaderamente el ir hacia Dios, como el hijo pródigo quería ir donde su padre.

51 Así por medio de la confesión queremos convertirnos para arrojarnos en los brazos de Dios, nuestro Padre. Dios no sólo no nos olvida, sino que, si derramamos lágrimas, aunque sean interiores, por nuestros pecados, nos dirá que son como perfume y olor grato para Él.

52 Ha pasado tanto tiempo.  Automático

53 Sé que tus ojos están ya cansados de llorar.

54 Y tus brazos y rodillas

55 tienen huellas de pedir

56 noche y día sin cesar.

57 Pero Dios no te ha olvidado,

58 tus clamores ha escuchado.

59 Y hoy te dice con amor:

60 Son tus lágrimas perfume,

61 sacrificio vivo y santo,

62 olor grato para Dios.

63 Son tus lágrimas perfume,

64 sacrificio vivo y santo,

65 olor grato para Dios.

66 Son tus lágrimas perfume,

67 sacrificio vivo y santo,

68 olor grato para Dios.

69 Que María interceda para llegar a Jesús.
AMÉN


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