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Domingo de la Sagrada Familia-B
NAVIDAD Domingo de la Sagrada Familia-B “El niño iba creciendo … y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.
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que imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor,
ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO de la SAGRADA FAMILIA T. Navidad – B “Dios, Padre nuestro, que has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo a los ojos de tu pueblo, concédenos, te rogamos, que imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo”.
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“Dichosos los que temen
al Señor y siguen sus caminos” Salmo (127)
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Lucas 2, “Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la Ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley del Señor : ´Todo primogénito varón será consagrado al Señor’, y para hacer la ofrenda que manda la Ley : ‘un par de tórtolas o dos pichones’.
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El libro Levítico (cap. 12) nos habla de la purificación de la parturienta.
Según la Ley de Moisés, después del parto la mujer estaba impura (a causa de la sangre perdida en el parto), por lo que quedaba en un tiempo de purificación por cuarenta días. Durante ese tiempo no podía ir al templo, hasta que se presentara llevando una ofrenda, variable según las posibilidades económicas. Las ofrendas de reses eran para el holocausto (para un quemado íntegro), y las ofrendas menores, para el sacrificio en el altar. Se llevaba al hijo varón primogénito al templo para consagrarlo al Señor. La Ley permitía “rescatarlo” por un pago de cinco siclos. José y María llevaron a Jesús al templo y lo consagraron, el evangelista no menciona su “rescate”, Jesús fue entregado plenamente al Padre.
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Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso…; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo : que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu fue al templo. Cuando entraron con el niño Jesús sus padres para cumplir lo previsto por la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo :
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´Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz
´Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos : Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel’. Su padre y su madre estaban admirados por lo que decía del niño.
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Siempre las ve cumplidas.
Simeón representa a toda persona creyente que espera con confianza las promesas del Señor. Siempre las ve cumplidas. “Ustedes que honran al Señor …, si caminan en la oscuridad, sin un rayo de luz, pongan su confianza en el Señor, apóyense en su Dios”. Salmo (50), 10
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Simeón los bendijo diciendo a María, su madre : ´Mira, este niño está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida : así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma’.
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“La teología de la gloria está indisolublemente unida a la teología de la cruz.
Al siervo de Dios le corresponde la gran misión de ser portador de la luz de Dios para el mundo. Pero esta misión se cumple, precisamente, en la oscuridad de la cruz”. Benedicto XVI
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Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
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“El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.
Ana representa a toda persona creyente y piadosa, que obra el bien por amor a Dios y confía en su protección. Nunca es defraudada. “El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”. Salmo (120), 2
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Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.” Palabra de Dios
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En este Evangelio resaltamos tres conceptos :
Purificación, Consagración, y Gracia de Dios.
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PURIFICACIÓN Es preparación para acercarse a Dios
Se entiende que la pureza debe ser interior y no sólo exterior Jesús quiere pureza interior, como la de su Madre La verdadera impureza está en el alma Antiguamente se hacía por ritos y ofrendas
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Necesitamos purificarnos con la presencia del Señor.
Hemos sido purificados por la Sangre del Señor, por el Bautismo, por los Sacramentos, por la Fe en la Palabra de Dios. Pero necesitamos limpiarnos de nuestras malas intenciones, de nuestra inmoralidad sexual, de nuestros robos, de nuestros crímenes, de nuestras infidelidades, de nuestros vicios, de nuestras envidias, de nuestros orgullos y de nuestra indiferencia moral. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros.” 1 Juan 8 Sabremos que estamos puros cuando de nuestro corazón broten la justicia, la fe, la caridad y la paz. cfr. 2 Timoteo, 1, 22
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CONSAGRACIÓN Es dedicar, entregar, ofrecer
Al consagrarnos ponemos sobre nosotros el sello de Dios Libremente podemos consagrarle nuestro vivir Somos de Dios pero Él nos hace libres Es ayuda para mantener la pureza
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GRACIA DE DIOS Es el Amor ilimitado de Dios
Es el Poder ilimitado de Dios Se la recibe sólo por creer y desearla Se nos ofrece gratis, por la Misericordia ilimitada de Dios Si la aceptamos nos capacita para toda obra buena, como hijos de Dios
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Tuya soy, pues me criaste; tuya, pues me redimiste:
……………………………………….. Tuya soy, pues me criaste; tuya, pues me redimiste: tuya, pues me sufriste; tuya, pues me llamaste; tuya, porque me esperaste; tuya, pues no me perdí : ¿Qué mandas hacer de mí? ………………………………………… Extracto de TUYA SOY, Santa Teresa de Ávila
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“¡Oh Dios! Lávame de mi maldad,… Señor, crea en mí un corazón puro,
… borra todas mis maldades.” Salmo (50) La paz sea contigo BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.
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