Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
1
Na Sagrada Comunhão recebe-se a Cristo
Rafael ( ) A Missa em Bolsena Fresco, 1512 Stanza della Segnatura, Palácio Pontifício, Vaticano 30 Na Sagrada Comunhão recebe-se a Cristo
2
Compêndio do Catecismo
291. Que se requer para receber a sagrada Comunhão? Para receber a sagrada Comunhão é preciso estar plenamente incorporado à Igreja católica e em estado de graça, isto é, sem consciência de pecado mortal. Quem tem consciência de ter cometido pecado grave deve receber o sacramento da Reconciliação antes da Comunhão. São também importantes o espírito de recolhimento e de oração, a observância do jejum prescrito pela Igreja e ainda a atitude corporal (gestos, trajes), como sinal de respeito para com Cristo.
3
Introdução Os primeiros cristãos encontravam a razão do
seu heroísmo na Eucaristia. A Comunhão dava-lhes alento e fortaleza para defender a sua fé até ao martírio. Nós devemos tratar a Eucaristia com a mesma fé, respeito e amor com que tratavam a Eucaristia os primeiros cristãos, a Virgem, os santos. Los primeros cristianos encontraban la razón de su heroísmo en la Eucaristía. La Comunión les daba aliento y fortaleza para defender su fe hasta el martirio. Tarsicio fue un niño que llevaba la Eucaristía a los que estaban encarcelados por causa de su fe. Cuando iba de camino se encontró con los compañeros de juego, que eran paganos. Le invitaron a jugar, pero no podía entretenerse porque llevaba al Señor. Sabían que era cristiano y, dándose cuenta de que escondía algo, le atacaron y golpearon violentamente, mientras él defendía el tesoro que le habían encomendado. En ese momento pasó un soldado, que se llevó a Tarsicio para encarcelarlo. Aunque gravemente herido, dijo a los de la cárcel que les traía la Comunión. Así pudieron comulgar los que al día siguiente morirían mártires. Tarsicio también fue mártir de la Eucaristía. Con esta fe, con este respeto y amor trataban la Eucaristía los primeros cristianos. JANMOT, Anne-François-Louis O poema da alma – Primeira comunhão c.1851 Museu das Belas-Artes, Lyon
4
Ideias principais
5
1. O sacrifício eucarístico e a comunhão
O sacrifício eucarístico ou santa Missa é memorial sacrificial que perpetua o sacrifício da cruz oferecido ao Pai, e banquete sagrado de comunhão no Corpo e Sangue do Senhor. A celebração eucarística está também orientada para a união íntima dos fiéis com Cristo por meio da comunhão. Comungar é receber o próprio Cristo que se oferece por nós. Cristo, pois, oferece-se ao Pai e se dá aos homens. El sacrificio eucarístico o santa Misa es -a la vez e inseparablemente- memorial sacrificial que perpetúa el sacrificio de la cruz ofrecido al Padre, y banquete sagrado de comunión en el Cuerpo y Sangre del Señor; la celebración eucarística está también orientada a la unión íntima de los fieles con Cristo por medio de la comunión. Comulgar es recibir a Cristo mismo que se ofrece por nosotros. Cristo, pues, se ofrece al Padre y se da a los hombres. TIEPOLO, Giovanni Battista Última Comunhão de Santa Lúcia Santos Apóstolos, Veneza
6
2. Jesus Cristo instituiu a Eucaristia como alimento para as nossas almas
"Quem come a Minha carne e bebe o Meu sangue tem a vida eterna e Eu o ressuscitarei no último dia. Porque a Minha carne é verdadeiramente comida e o Meu sangue verdadeiramente bebida. Quem come a minha carne e bebe o meu sangue permanece em mim e Eu nele" (João 6,54-56). Na última Ceia cumpriu-se a promessa e o Senhor instituiu a Eucaristia: "Tomai e comei; isto é o Meu Corpo" (Mateus 26,26). É a afirmação clara de que o corpo do Senhor está na Eucaristia realmente e se nos dá como alimento. Jesús prometió a los Apóstoles en Cafarnaún que daría a comer su carne para vida del mundo y prenda de vida eterna: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida: el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él" (Juan 6,54-56). En la última Cena se cumplió la promesa y el Señor instituyó la Eucaristía: "Tomad y comed; esto es mi Cuerpo" (Mateo 26,26). Es la afirmación clara de que el cuerpo del Señor está en la Eucaristía realmente y se nos da como alimento. COELLO, Claudio Comunhão de Santa Teresa de Ávila Museu Lázaro Galdiano, Madrid
7
3. Os frutos da comunhão A comunhão sustenta a vida espiritual
de um modo parecido a como o alimento material mantém a vida do corpo. Frutos da comunhão sacramental: Acrescenta a união com Cristo, realmente presente no sacramento. Aumenta a graça e virtudes em quem comunga dignamente. Afasta-nos do pecado: purifica dos pecados veniais, porque acende a caridade. Fortalece a unidade da Igreja, Corpo Místico de Cristo. Cristo dá-nos na Eucaristia a penhor da glória futura. La comunión sustenta la vida espiritual de modo parecido a como el alimento material mantiene la vida del cuerpo. En concreto podemos señalar estos frutos de la comunión sacramental: * Acrecienta la unión con Cristo, realmente presente en el sacramento. * Aumenta la gracia y virtudes en quien comulga dignamente. * Nos aparta del pecado: purifica de los pecados veniales, de las faltas y negligencias, porque enciende la caridad. * Fortalece la unidad de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo. * Cristo nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria futura. GILLICK, James Estudo para um retrato de João Paulo II Colecção privada
8
4. Disposições para comungar bem
As disposições para receber dignamente a Cristo são: Estar na graça de Deus. Guardar o jejum eucarístico. Saber a quem se recebe. Até na compostura externa deve manifestar-se a piedade e o respeito com que nos aproximamos a receber o Senhor. Las disposiciones para recibir dignamente a Cristo son: a) Estar en gracia de Dios, es decir, limpios de pecado mortal. Nadie puede acercarse a comulgar, por muy arrepentido que le parezca estar, si antes no ha confesado los pecados mortales. El pecado venial no impide la comunión, pero es lógico que tengamos deseos de recibir a Jesús con el alma muy limpia; de ahí que la Iglesia aconseje confesarse con frecuencia, aunque no tengamos pecados mortales. Si alguien se acercara a comulgar en pecado mortal, cometería un sacrilegio. b) Guardar el ayuno eucarístico, que supone no haber comido ni tomado bebidas desde una hora antes de comulgar; el agua no rompe el ayuno, y tampoco las medicinas. Los ancianos y enfermos -y los que los cuidan- pueden comulgar aunque no haya pasado la hora después de tomar algo. c) Saber a quién se recibe. Puesto que se recibe al mismo Cristo en este sacramento, no podemos acercarnos a comulgar desconsideradamente o por mera rutina, o para que nos vean. Hemos de hacerlo para corresponder al deseo de Jesús, y para hallar en la comunión un remedio a nuestra flaqueza. Hasta en la compostura externa debe manifestarse la piedad y el respeto con que nos acercamos a recibir al Señor. Se comulga de rodillas o de pie, según lo haya determinado la Jerarquía de la Iglesia y pida la devoción de cada uno. BOUTS, Dirck Cristo abençoando Detalhe do retábulo da Última Ceia St. Peter's, Lovaina, Bélgica
9
5. A acção de graças na comunhão
Jesus permaneceu na Eucaristia por amor para connosco. A melhor maneira de O receber será realizar uma boa preparação antes de comungar e, conscientes do dom recebido, dar graças, não só no momento da comunhão, mas ao longo do dia. Depois de comungar, ficamos na igreja ou oratório, dando graças, pelo menos uns minutos. Jesús se ha quedado en la Eucaristía por amor hacia nosotros. La mejor manera de recibirle será realizar una buena preparación antes de comulgar y, conscientes del don recibido, dar gracias no sólo en el momento de la comunión sino a lo largo del día. Después de comulgar quedarnos en la iglesia u oratorio dando gracias, al menos unos minutos. DA VARALLO, Tanzio São Carlos Borromeo dando a comunhão às vítimas da praga Colecção privada
10
6. Obrigação de comungar e necessidade da comunhão frequente
Jesus Cristo disse: "Se não comerdes a carne do Filho do Homem e não beberdes o Seu sangue não tereis a vida em vós." (João 6,53). A Igreja ordena no terceiro mandamento que, pelo menos uma vez por ano, e pela Páscoa da Ressurreição, todo o cristão com uso da razão deve receber a Eucaristia. Também há a obrigação de comungar quando se está em perigo de morte; neste caso a comunhão é recebida como "Viático", que significa preparação para a “viagem” da vida eterna. Isto é o mínimo, e o preceito deve ser bem entendido; a Igreja exorta a receber o Senhor com frequência, inclusive diariamente. Se algum dia não podemos comungar, é bom fazer uma comunhão espiritual. Comulgar realmente no es necesario para salvarse; si un niño recién bautizado muere, se salva. Pero Jesucristo dijo: "Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros" (Juan 6,53). En correspondencia con estas palabras, la Iglesia ordena en el tercer mandamiento que, al menos una vez al año y por Pascua de Resurrección, todo cristiano con uso de razón debe recibir la Eucaristía. También hay obligación de comulgar cuando se está en peligro de muerte; en este caso la comunión se recibe a modo de "Viático", que significa preparación para el "viaje" de la vida eterna. Esto es lo mínimo, y el precepto debe ser bien entendido; de ahí que la Iglesia exhorte a recibir al Señor con frecuencia, incluso diariamente. Si algún día no podemos comulgar, es bueno hacer una comunión espiritual, expresando el deseo que tenemos de recibir al Señor sacramentalmente. BÉRAUD, Jean Béraud Primeira Comunhão Colecção privada
11
Propósitos de vida cristã
12
Um propósito para avançar
Fazer o firme propósito de receber sempre a comunhão com as devidas disposições. Ficar uns minutos ao terminar a Missa, agradecendo a Jesus tê-Lo recebido na comunhão.
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.