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Publicada porRosario Martínez Mendoza Modificado hace 6 años
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2 EL PECADO DESTRUYE EL PROYECTO DE DIOS
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Oración Ven, Espíritu Santo, tú que estás presente en nuestra alma y corazón desde el día de nuestro Bautismo, enciende con el fuego de tu amor nuestra vida y nuestra familia para que, escuchando la Palabra, estemos dispuestos a comprometernos con tu proyecto de amor. Ayúdanos a ser conscientes de nuestra identidad cristiana y de nuestra misión como hijos de un mismo Padre, para que juntos trabajemos en la tarea de construir una sociedad en donde se practiquen con alegría los valores evangélicos. Por Cristo, nuestro Señor, Amén.
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Contemplamos la Palabra
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“En el principio el varón y la mujer son creados a imagen y semejanza de Dios” (Gn.1, 27), en estado de santidad y justicia. El hombre ha sido llamado desde el comienzo de su existencia a la comunión con Dios.
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La tentación de querer “ser Dios”
El pecado del ser humano rompió toda armonía ya que al “querer ser como Dios”, se vieron segados por tan atrayente propuesta haciendo a un lado su realidad y buscar lo inalcanzable por apetitoso. La soberbia los sedujo y su libertad los inclinó al mal y la soberbia ocultó el amor que Dios les tiene creyéndose creadores en lugar de su realidad de aceptar ser creaturas.
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Consecuencias del pecado
La ruptura de la amistad original con Dios se ocasiona porque el hombre hace mal uso de su libertad humana. Esto ocasiona en el hombre un egoísmo que le lleva a ver sólo por su beneficio, dando la espalda al amor y corriendo el riesgo de vivir solamente para él haciendo uso de las demás personas mientras le sean gratas, sin una referencia a Dios que ama sin condiciones.
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Confrontamos con la realidad
La gran tentación de hoy es también el querer ser como dioses sin ninguna limitación y con absoluta libertad, donde nada ni nadie impida ser el primero, el único, el más sobresaliente, e incluso orgullosamente “el más malo”.
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NOS COMPROMETEMOS ¿Qué pecado dificulta con mayor
frecuencia la armonía de mi familia? ¿Cuáles han sido las consecuencias de mis actos egoístas? ¿Qué acciones concretas quiero realizar para retomar el plan que Dios tiene para mi familia?
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NOS ENCONTRAMOS CON DIOS
Hombres: Ten piedad de mí, oh Dios, por tu amor, por tu inmensa compasión, borra mi culpa; lava del todo mi maldad, limpia mi pecado. Mujeres: Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado; contra ti, contra ti solo pequé; hice lo que tú detestas. Hombres: Por eso eres justo cuando dictas sentencia e irreprochable cuando juzgas. Yo soy culpable desde que nací, pecador desde que me concibió mi madre.
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Mujeres: Pero tú amas al de corazón sincero, en mi interior me enseñas la sabiduría. Rocíame con agua purificadora, y quedaré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Hombres: Hazme sentir el gozo y la alegría, y se alegrarán los huesos quebrantados. Aparta tu vista de mis pecados, borra todas mis culpas. Mujeres: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, renueva dentro de mí un espíritu firme; no me arrojes de tu presencia, no retires de mí tu santo espíritu. Hombres: Devuélveme la alegría de tu salvación, fortaléceme con tu espíritu generoso; enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores se convertirán a ti.
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Mujeres: Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío, y mi lengua anunciará tu fidelidad. Abre, Señor, mis labios y mi boca proclamará tu alabanza. Todos: Pues no es el sacrificio lo que te complace, y si ofrezco un holocausto no lo aceptarías. El sacrificio que tú deseas es un espíritu arrepentido, ya que un corazón arrepentido y humillado tú, oh Dios, no lo desprecias. Amén.
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