Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
Publicada porFernando Suárez Pereyra Modificado hace 6 años
1
DONDE VIVES...? VENID Y VERÉIS Lectio divina Domingo II T.O.. Ciclo B.
14 Enero Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: M. Instrumental para orar Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
2
y me conduce hacia aguas frescas.
Oración inicial El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar, y me conduce hacia aguas frescas. Conforta mi alma, me guía por el camino justo por amor de su nombre. Aunque camine por valles oscuros, no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo.
3
TEXTO BÍBLICO Jn Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».
4
LECTURA ¿Qué dice el Texto?
5
La escena que la liturgia nos presenta este domingo en el Evangelio, es sin duda alguna una de las más estremecedoras: el encuentro de Jesús con sus dos primeros discípulos.
6
El Bautista simplemente miró, señaló y confesó… El resto lo hizo Dios.
Jesús pasa, el profeta lo señala. Una mirada que se hace en seguida confesión. “Es el Cordero de Dios” …Es importante esa mirada y esa confesión del Bautista, sin las cuales aquellos dos discípulos no habrían sabido quién era Aquel que pasaba ni habría sucedido todo lo que aconteció tras su paso. El Bautista simplemente miró, señaló y confesó… El resto lo hizo Dios.
7
Una pregunta y una casa. Aquellos dos discípulos comenzaron a seguir a Jesús, con un seguimiento henchido de búsquedas y de preguntas: el haber encontrado al maestro de su vida, el querer conocer su casa, el comenzar a convivir con él y a vivirle a él. El Bautista simplemente miró, señaló y confesó… El resto lo hizo Dios. El Evangelio dará cuenta de todas las consecuencias de este encuentro, de estas búsquedas y preguntas iniciales.
8
tantas cosas con todos los matices que la vida siempre dibuja
tantas cosas con todos los matices que la vida siempre dibuja. Todo comenzó entonces a las 4 de la tarde, hace ahora 2000 años. Este fue el inicio. Luego vendrá toda una vida, consecuencia de aquello que sucedió a la hora décima cuando vieron pasar a Jesús: el Tabor y su gloria, la última cena con su intimidad junto al costado del Maestro, Getsemaní y su sopor, el pie de la cruz, el sepulcro vacío y la postrera pesca milagrosa, el cenáculo y María en la espera del Espíritu, Pentecostés y la naciente Iglesia...
9
Aquellos discípulos no se encerraron en la casa de Jesús ni detuvieron el reloj del tiempo. Salieron de allí, y dieron las cinco y las seis, y las mil horas siguientes.
10
Y a los que encontraban les narraban con sencillez lo que a ellos les había sucedido, permitiendo así que Jesús hiciera con los demás lo que con ellos había hecho. ¿No es esto el Cristianismo?
11
¿Qué me dice el Señor en el Texto?
meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
12
Esta escena del evangelio está atravesada de manera muy viva por el intercambio intenso de miradas: de Juan hacia Jesús; de Jesús a los dos discípulos; de los discípulos a Jesús; y finalmente es Jesús el que dirige nuevamente su mirada a nosotros, en la persona de Pedro.
13
El evangelista utiliza verbos diferentes, todos cargados de distintos matices, de intensidad; no se trata de miradas superficiales, distraídas, fugaces, sino más bien de contactos profundos, intensos, que parten del corazón, del alma. Así Jesús, el Señor, mira a sus discípulos y nos mira a nosotros. Nosotros deberíamos aprender a mirarlo a Él.
14
Jesús está caminando por el mar, por las orillas de nuestra vida; es así como Juan lo retrata para decirnos que, en el fondo, Jesús aún hoy está pasando a nuestro lado, como en aquel día. Él puede visitar y atravesarse en nuestras vidas; nuestra tierra puede acoger las huellas de sus pasos.
15
Jesús “se vuelve”, es decir, cambia, se adapta, deja su condición de antes y asume otra. Jesús aquí se nos revela como Dios encarnado, Dios que ha descendido en medio de nosotros, hecho hombre. Se ha vuelto del seno del Padre y se ha dirigido a nosotros. Jesús, primero camina, luego se vuelve y se detiene, con la mirada, con el corazón, en la vida de los dos discípulos.
16
Jesús invita a los dos discípulos a “venir a ver”
Jesús invita a los dos discípulos a “venir a ver”. No se puede estar detenido cuando se ha encontrado al Señor; su presencia nos pone en movimiento, nos hace levantar de nuestras viejas posiciones y nos hace correr. Tratemos de recoger todos los verbos que hacen referencia a los discípulos en este pasaje: “siguieron”; “le seguían”; “fueron… vieron… se quedaron con Él”.
17
Los dos primeros discípulos que se quedaron con Jesús; lo han seguido, han entrado en su casa y se han quedado allí con Él. Es el viaje de la verdadera felicidad, que se ofrece también a nosotros. Basta solamente con aceptar quedarse, con ser firmes, decididos, estar enamorados… Porque cuando está Jesús, el Señor, cuando hemos sido invitados por Él, realmente no hace falta nada.
18
¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
19
aprendiendo a vivir en tu casa y dejando que tu mensaje cale
Aquí me tienes, Señor, aprendiendo a vivir en tu casa y dejando que tu mensaje cale a pesar de tantas contradicciones.
20
aunque haya silencios o estallidos, olvidos y guerras secretas,
Cuenta conmigo, aunque haya silencios o estallidos, olvidos y guerras secretas, rebeliones y promesas rotas...
21
Soy un simple servidor tuyo que duda a cada paso y arriesga poco
No soy mucho, ni valgo ni tengo mucho. Soy un simple servidor tuyo que duda a cada paso y arriesga poco porque su fe es tan pequeña que no llega al tamaño de una semilla de mostaza. Aquí me tienes, Señor
22
Creo en la alegría de servir. Creo en la grandeza de la pequeñez.
Creo en quien dignifica al otro con su hacer. Creo en la fuerza de la fe, porque es don de balde y sin cargo. Creo en Ti, y creo un poco... en mí, aunque sea siervo y discípulo inútil. Aquí me tienes, Señor… Florentino Ulibarri
23
¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
24
Jesús invita a “venir y ver”, y los discípulos fueron y “vieron”, y se quedaron con él. Nada referido a la visión queda igual. Pero ¿cuántas cosas de tu vida siguen igual después de ver a Jesús, su enseñanza y sus obras?
25
Los discípulos de Juan oyen sus palabras y siguen a Jesús
Los discípulos de Juan oyen sus palabras y siguen a Jesús. Las palabras de Juan encaminan a Jesús. ¿Tus palabras, tu testimonio, encaminan a los demás a Jesús? ¿Transparentas a Jesús con tu vida?
26
“al día siguiente” nos hace entender que Jesús entra en nuestros días, en nuestros años que pasan, en nuestra existencia concreta. ¿Te sientes dispuesto a abrirle tu tiempo, a compartir con él tu vida? ¿Estás listo a entregar en sus manos tu presente, tu futuro, para que sea Él quien guíe cada “día siguiente” de tu vida?
27
Los discípulos realizan un bellísimo camino espiritual, evidenciado por los verbos “oyeron, siguieron, vieron, se quedaron”. ¿Deseas, comenzar esta bella aventura con Jesús? ¿Tienes los oídos abiertos para oír, para escuchar con profundidad y así también poder dar la misma respuesta positiva al Amor del Padre que desea llegar a ti? ¿Tienes los ojos del corazón abiertos como para ver lo que realmente sucede dentro de ti y a tu alrededor, y para reconocer en cada acontecimiento la presencia del Señor?
28
¿Te atreves, hoy, a entregar al Padre tu nombre, tu vida, tu persona toda, tal como es, para que Él pueda generarte de nuevo como hijo, como hija, llamándote con el nombre que él, en su infinito Amor, ha pensado para ti? Pedro recibe un nombre nuevo por parte de Jesús; su vida se ve completamente transformada.
29
acción ¿A qué me comprometo?
30
Si has experimentado el amor de Dio, trata que los demás también puedan gozar de este maravilloso encuentro.
31
Hoy somos muchos los seguidores, los que escuchamos su Palabra, los que le seguimos de forma libre.
Detente y escucha a Jesús que te dice ¿Qué buscas? Respóndete, ¿Qué buscas realmente en el seguimiento a Jesús?
32
Recuerda a las personas que te iniciaron en la fe
Recuerda a las personas que te iniciaron en la fe. Da gracias a Dios por sus vidas.
33
Como los dos primeros discípulos tú también sigues a Jesús y debes dar testimonio de Él. Busca a tus amigos más cercanos para llevarlos al encuentro con el Maestro.
34
Simón tenía sus planes, él era pescador
Simón tenía sus planes, él era pescador. Jesús le cambió el nombre y la misión. Deja que el Señor te vaya orientando hacia la misión que Él te tiene reservada. FIN
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.