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El acompañamiento de los moribundos

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Presentación del tema: "El acompañamiento de los moribundos"— Transcripción de la presentación:

1 El acompañamiento de los moribundos
P. Silvio Marinelli Z. Orden de San Camilo 14 de Mayo de 2011

2 La atención pastoral a los enfermos graves y moribundos ha de ser, hoy, una de las actividades prioritarias de la pastoral de la salud. Hay que ayudar al enfermo, a cada enfermo, a morir con dignidad y al enfermo cristiano a morir en Cristo. Esto no puede hacerse a distancia; hay que acercarse al moribundo, conocer a identificar sus necesidades espirituales y procurar atenderlas.

3 Muerte “negada” y “removida”
Tabú de la muerte Se oculta la realidad Conjura del silencio Muerte “negada” y “removida”

4 La cercanía El enfermo moribundo necesita curar las heridas causadas por la toma de conciencia de la propia finitud y "pobreza": miedo, angustia, sensación de impotencia y de abandono, desesperación ante lo desconocido... El agente de pastoral tiene la posibilidad de poner bálsamo en estas heridas, percibiendo su estado de ánimo, acompañándolo en silencio y permitiéndole que exprese sus sentimientos y reacciones.

5 La búsqueda del sentido de la vida
El moribundo necesita encontrar un sentido a la vida en esta situación de sufrimiento para no caer en la desesperación. El agente de pastoral ha de unirse al enfermo en la búsqueda de dicho sentido, sin imponer su punto de vista. Su estilo de presencia profundamente respetuosa y comprensiva con el enfermo, puede ser para éste una fuente de sentido.

6 Reconciliándose con el pasado
El moribundo tiene una profunda necesidad de reconciliación. La mirada a su pasado y el descubrimiento de sus fallas puede despertar en él sentimientos de culpabilidad, hacerle difícil aceptar sus errores pasados y reconocer sus buenas acciones. El agente ha de ayudar al enfermo a mirar su vida con la misma mirada del Señor, una mirada de aceptación y de perdón. Esta reconciliación ayuda al moribundo a despedirse y encuentra su coronación en la celebración del Sacramento de la Penitencia.

7 Integrando en la pastoral a los profesionistas y a los voluntarios
La atención pastoral a los enfermos graves y moribundos está pidiendo además de la sensibilización de todo el personal de la salud que está a su lado, la creación de grupos de voluntariado que con su presencia y actuación llenen uno de los vacíos más serios de la asistencia a los enfermos en sus casas y en los hospitales.

8 Solicitud pastoral Cuando el enfermo pide por un sacerdote, se debe acceder a la petición. Los sacerdotes no pueden pedir a los agentes de pastoral de la salud o ministros de la comunión que hagan de “secretarios” para ellos: no es ésta su misión y ministerio. El sacerdote procurará encontrar el tiempo para desarrollar este ministerio.

9 Las “urgencias” pastorales
El Servicio de Auxilio Nocturno Espiritual (SANE) es un servicio de urgencia para enfermos que repentinamente han empeorado su estado de enfermedad o por accidentes. La visita pastoral y la celebración de los sacramentos se desarrollen normalmente de día. Por la noche los enfermos están cansados y, además, tienen derecho a ver a los sacerdotes y agentes de día.

10 “Dosificar” las celebraciones
No se presione para que un enfermo reciba los sacramentos. Éstos son la coronación de un camino de conversión, de fe y de adhesión a Cristo; si hace falta el camino, se debe recorrerlo, en lo que es posible. Si el enfermo se está muriendo y no tiene familiaridad con la vida litúrgica, se dé la prioridad a la celebración del sacramento de la Penitencia y la oración.

11 Acompañamiento hasta la muerte y después …
Con los Sacramento no se “acaba” el acompañamiento pastoral, sino que empieza una nueva etapa de acompañamiento … hasta la muerte del enfermo y también en el proceso de duelo con sus familiares.

12 El criterio a seguir: la caridad pastoral
Lo que nos anima es la caridad pastoral y no el ansia. El celo apostólico se manifiesta en la disponibilidad, en la servicialidad, en la oración personal por todos los enfermos. El ansia se manifiesta en formas de invasión del espacio de la consciencia ajena, manipulación y chantajes emocionales, amenazas más o menos explícitas.

13 Un diagnóstico pastoral

14 Hacer una especie de “diagnóstico espiritual o pastoral”.
Es algo inevitable, que tiene lugar de modo inconsciente, porque cada vez que nos acercamos a una persona que sufre, nos planteamos inevitablemente la pregunta sobre lo que le está sucediendo concretamente a tal persona, también desde el punto de vista espiritual. Responder a esta pregunta significa hacer un diagnóstico.

15 La ausencia de un adecuado diagnóstico pastoral puede llevar a imponer el propio punto de vista, sin responder a las verdaderas necesidades de la persona ayudada, o bien cayendo en actitudes del tipo "receta" rutinaria.

16 P. Pruysen ha propuesto un modelo de diagnóstico pastoral según el cual hay siete temas fundamentales a tener en cuenta son: - conciencia de lo sagrado, - sentido de la providencia, - grado y calidad de la fe, - experiencia de la gracia, - capacidad de arrepentimiento y de reconciliación, - sentido de pertenencia a una comunidad (comunión), - vocación.

17 La dimensión espiritual es un recurso importante en el ACOMPAÑAMIENTO de las personas que viven su etapa terminal de vida. Dos líneas guías: ACOMPAÑAR DAR SENTIDO

18 Principios básicos para el acompañamiento

19 - Colaboración con los familiares y los profesionistas
- Apoyo de las creencias espirituales y religiosas de la persona - Valorar la “enseñanza” del enfermo

20 - Proporcionar intimidad
- Escucha e interés - Actitud positiva - Permitir los pequeños “placeres”

21 Morir con dignidad

22 Conciencia de la muerte
La persona en estado terminal debe haber sido “informada” de su situación de manera suficiente y veraz No necesariamente de trata de un “estado de conciencia” La lucidez hasta el fin no es en sí mismo un bien (lo importante es que el paciente haya decidido conscientemente)

23 Control del dolor y otros síntomas físicos
Los avances científicos ahora facilitan (y facilitarán todavía más en el futuro) el control del dolor físico. Eso no significa que el paciente “no tenga dolor”, sino que esté controlado. Hay también otros síntomas “molestos” que se pueden aminorar o hacer desaparecer; a menudo son suficientes cuidados “normales”

24 Acompañamiento emocional
- La literatura y la práctica nos dicen que un buen acompañamiento psicológico permite el “desahogo”: el nivel de estrés va disminuyendo Cuando el enfermo puede platicar (tal vez con personas que no son de su entorno familiar), logra “dar sentido” a su sufrimiento El acompañamiento saca al enfermo de su situación de cerrazón, lo hace sentirse “todavía vivo”

25 Ambiente relacional sereno
Las “preocupaciones” respecto a la familia es uno de los agentes estresores más importantes (crisis, conflictos, incomunicación, etc.) También el medio hospitalario (o asilo, o hospice) puede ser origen de estrés, preocupación y más sufrimiento.

26 Reconciliarse y decir adiós
La reconciliación con el pasado (personas, acontecimientos, la propia biografía) da un sentido de plenitud al enfermo: cierra las cuentas pendientes También la posibilidad de “despedirse” da una percepción de haber concluido “la tarea de vivir”, agradeciendo lo “bonito” de la vida y diciendo “adiós” o “hasta luego”

27 Apoyo para entregarse al “futuro”
Presencia de personas que me ayuden a entregarme al futuro: a Dios Ambiente “sereno” que acompañe “mi” muerte como un proceso natural de fin de mi vida

28 RITUALES - La tradición católica prevé algunos “rituales” de acompañamiento. La comunidad está al lado de quien muere, dándole la fuerza del Espíritu Santo (Unción de los Enfermos), la libertad de la Reconciliación y el perdón de los pecados (Sacramento de la Penitencia), el alimento para el último viaje (la Eucaristía como “Viático”) Afianzando al moribundo con la oración para que pueda repetir las palabras de Jesús : “En tus manos, Padre, confío mi vida”

29 esta vida que tú me has regalado, ahora te la devuelvo.
Señor, esta vida que tú me has regalado, ahora te la devuelvo. Voy a ti con muchos límites y pecados: perdóname. Tengo también algunas obras buenas: acéptalas. Tu Hijo Jesucristo me lleve sobre sus hombros de Buen Pastor y me deposite entre los brazos de tu misericordia, para vivir siempre contigo con todos mis seres queridos que me han precedido y con los que vendrán.


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