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Via Crucis.

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Presentación del tema: "Via Crucis."— Transcripción de la presentación:

1 Via Crucis

2 Jesús se entregó por nosotros hasta la muerte y una muerte de cruz.
Para llegar allí siguió un camino de amor y de dolor.

3 Acompañémosle nosotros en este camino de la cruz, que es parte de nuestra vida, para que le podamos acompañar eternamente siguiendo el camino de la luz.

4 El papa san Juan Pablo II oraba:
Señor Jesucristo, colma nuestros corazones con la luz de tu Espíritu Santo, para que, siguiéndote en tu último camino, sepamos cuál es el precio de nuestra redención y seamos dignos de participar en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

5 Jesús es condenado a muerte
1ª estación Jesús es condenado a muerte

6 Pilato quiere salvar a Jesús, porque no encuentra motivos para condenarlo. Se lo envía a Herodes, pero vuelve como si fuese un simple loco. Propone a Barrabás, pero con ello no soluciona nada. Lo manda «castigar» con el terrible tormento de la flagelación y corona de espinas. Al final, por cobardía, por temor a perder el puesto, le va a mandar a Jesús a la cruz.

7 Pilato se dio cuenta de que Jesús era inocente y que los jefes judíos le entregaban por envidia o por odio. Por eso sacó fuera a Jesús y les dijo a los que le entregaban: “Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él”.

8 Los presentes insistían a gritos que Jesús fuese crucificado.
El clamor iba en aumento, y esto aturdió a Pilato. Los acusadores pedían la crucifixión de Jesús, porque querían verlo sufrir, querían una muerte lenta y dolorosa para el justo.

9  Esto le llenó de temor a Pilato, sintió miedo, porque el pueblo presente se podía levantar contra él, contra el imperio y eso no le convenía a sus intereses personales.

10 Lo último fue la denuncia de que, si le indultaba, le acusarían al César. Aquí Pilato mostró su cobardía o su atadura al puesto político. Así que se lavó las manos, como si la cosa no fuese con él. Y mandó crucificar a Jesús.

11 Así también condenamos a Jesús o le hemos condenado en tantos hermanos con nuestros pecados. Lo peor es que tratamos de excusarnos.

12 Pilato preguntó por la verdad; pero no esperó la respuesta
Pilato preguntó por la verdad; pero no esperó la respuesta. Decía Juan Pablo II: «El hombre que no se deja guiar por la verdad llega a ser capaz incluso de emitir una sentencia de condena a un inocente».

13 Jesús es condena-do sin dejarse defender. Nadie le ayuda
Jesús es condena-do sin dejarse defender. Nadie le ayuda. Él calla, está en silencio. Dios calla también cuando muchos inocentes son conde-nados, cuando hay abortos (ellos no pueden defenderse).

14 Nosotros condenamos muchas veces con el corazón y con las críticas.

15 Oremos: Señor Jesús, gracias por habernos amado tanto
Oremos: Señor Jesús, gracias por habernos amado tanto. Ayúdanos a conocer nuestros pecados que han sido la causa de tu condena a muerte.

16 Perdona a tu pueblo, Señor,
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17 Perdona a tu pueblo, perdónale, Señor.
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18 2ª estación Jesús carga con la cruz

19 Jesús no sólo iba a morir en la cruz, sino que carga con ella
Jesús no sólo iba a morir en la cruz, sino que carga con ella. Esto indica un tormento terrible. Todo su cuerpo estaba muy debilitado por la flagelación y las heridas se abrirían. Especialmente con la corona de espinas.

20 Además de ser doloroso, el llevar la cruz significaba una gran humillación. Los ciudadanos romanos no podían cargarla, por lo que significaba de humillante. Así Jesús sudoroso y dolorido camina hacia el Calvario.

21 Jesús abrazó la cruz con amor, porque en ella iban nuestros pecados
Jesús abrazó la cruz con amor, porque en ella iban nuestros pecados. Y, puestos en la cruz, nuestros pecados podían ser borrados.

22 Jesucristo había dicho: «Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame». Nosotros, si abrazamos con amor la cruz de cada día, vamos recibiendo la redención de Jesús y vamos caminando hacia el cielo.

23 A veces queremos que otros se ocupen de nuestros problemas
A veces queremos que otros se ocupen de nuestros problemas. No queremos cargar con las responsabilidades. Aprovechemos las cruces de cada día y agradezcamos a Jesús que cargó con su cruz por nosotros, para que tengamos fuerzas para llevarla. Si Dios nos da una cruz, también nos da las fuerzas necesarias para santificarnos con esa cruz.

24 Llevar la cruz con Jesús y tras de Jesús, significa cumplir sus enseñanzas, pero sobre todo con amor.

25 Antes de Cristo, el hombre no sabía cómo reconciliarse con el sufrimiento.
Pero vino Cristo y abrazó la cruz. La abrazó voluntariamente, amorosamente. Y este amor con que aceptó el sufrimiento y lo abrazó, quitó al dolor la maldición que estaba incrustada en él, y lo llenó de sentido.

26 Oremos. Señor Jesús, concédenos llevar nuestra cruz con fidelidad hasta la muerte.

27 He pecado, Señor, dame tu perdón.
Au-to-má-ti- co

28 He pecado, Señor, perdón. Hacer CLIC

29 Jesús cae por primera vez
3ª estación Jesús cae por primera vez

30 Cae Jesús porque el madero es pesado y las fuerzas ya son escasas: está en ayunas, ha sufrido la flagelación, la coronación de espinas. Cae quizá por algún empujón de un enemigo, en medio de blasfemias.

31 Cae sobre todo porque nosotros caemos en el pecado, cansados de tener que cumplir nuestros deberes. Jesús iba cargado con nuestros pecados.

32 Jesús, antes de caer, podía haber invocado la asistencia de 12 legiones de ángeles; pero nunca usó poderes especiales en favor propio.

33 Jesús cae, pero se levanta
Jesús cae, pero se levanta. Jesús nos entiende cuando caemos en pecado, pero quiere que nos levantemos. Hay que saber admitir los fracasos, pero no quedarse en ellos.

34 Jesús cayendo y levantándose, nos invita a ayudar a levantarse a tantos despreciados, olvidados, no valorados.

35 Esta primera caída nos recuerda los pecados en la primera edad, quizá en la infancia o en la adolescencia. Y mucho peor los pecados de los que incitan o escandalizan a personas jóvenes hacia el pecado.

36 Oremos. Señor Jesús, que no nos desanimemos en las pruebas
Oremos. Señor Jesús, que no nos desanimemos en las pruebas. Danos la fuerza para levantarnos cuando caemos en el pecado.

37 Misericordia, Señor, por tu bondad.
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38 Misericordia. Hacer CLIC

39 Jesús encuentra a su madre
4ª estación

40 La tradición nos habla de este encuentro
La tradición nos habla de este encuentro. Jesús y María siempre estuvieron plenamente unidos en los diversos sentimientos, también en el dolor.

41 Para Jesús este encuentro fue un gran consuelo; pero al mismo tiempo fue un aumento de dolor. Cuando hay mucho amor, aumenta el dolor, pero es compartido.

42 María recordaría lo del anciano Simeón: «Una espada atravesará tu alma». Y también lo del ángel Gabriel: «Será grande; tendrá un trono eterno». Ahora el único trono es aquel madero.

43 María sufre también, porque ve su impotencia para poder ayudarle
María sufre también, porque ve su impotencia para poder ayudarle. Ante la gente ella o pasa desapercibida o, si es conocida como la madre del reo, quizá reciba algún insulto. En María, en el camino del Calvario, están representadas tantas madres que sufren al ver a sus hijos presos, despreciados o humillados.

44 María, como en la Anunciación diría: «Hágase en mi según tu palabra».

45 Debemos unirnos a María para consolar a Jesús
Debemos unirnos a María para consolar a Jesús. Por eso: Pidamos perdón por nuestros pecados. - Aceptemos siempre la voluntad de Dios. - Oremos para que saquemos provecho de estos actos y para que todas las familias sigan unidas en las alegrías y las tristezas.

46 Oremos. Oh María, Madre de Jesús y madre nuestra, enséñanos a sufrir con Jesús por la salvación del mundo entero.

47 Sí, me levantaré. Automático

48 Volveré junto a mi padre.
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49 El cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz
5ª estación

50 La Cruz es el único sacrificio de Cristo; pero El lla-ma a sus discípulos a "tomar su cruz y a seguirle”.   Fuera de la Cruz no hay otra  escala por donde subir al cielo.

51 Simón de Cirene es obligado
Simón de Cirene es obligado. Venía cansado de su trabajo y el llevar la cruz era humillante. Poco a poco lo haría con más gusto, de modo que, según parece, él con su familia fueron cristianos.

52 Sería una gran ayuda o quizá no fue tan determinante; pero Jesús agradece siempre y recompensa: «Ni un solo vaso de agua que se dé… quedará sin recompensa».

53 Nunca es tarde para ayudar a Jesús
Nunca es tarde para ayudar a Jesús. Ayudar a llevar las cruces de otros es ayudar al mismo Cristo a llevar su cruz, porque Jesús continúa su Pasión en tantas personas que sufren. La Redención sigue haciéndose ahora y Jesús necesita muchos cirineos.

54 Jesús necesita cirineos, no sólo para sufrir con los que sufren, sino para llevarles el conocimiento de la verdad, para predicar con la palabra y el ejemplo la doctrina de Jesús, que es la del amor.

55 No necesitamos estar buscando el momento o la oportunidad para ayudar a Jesús. La cruz aparece sin buscarla, la nuestra y la de aquellos a quienes podemos ayudar.

56 Esta estación del cirineo no sólo nos enseña a ayudar a otros, sino también a saber dejarnos ayudar por otros en nuestras cruces de cada día, sobre todo cuando se hacen más pesadas.

57 Oremos. Señor Jesús, perdónanos por las veces que no te hemos ayudado a llevar la cruz.
Danos fuerzas para compartir las cruces de nuestros hermanos.

58 Perdón, Señor, hemos pecado.
Automático

59 Hacer CLIC Perdón, Señor

60 La verónica limpia el rostro de Jesús
6ª estación

61 Es un gesto de valentía, sin reparar en lo que pueden decir
Es un gesto de valentía, sin reparar en lo que pueden decir. ¡Cuánto daño hace a los cristianos el qué dirán! Nos da reparo mostrarnos como discípulos de Jesús.

62 Ella no puede hacer mucho, pero hace algo
Ella no puede hacer mucho, pero hace algo. No se pretende hacer cosas grandes, pero al menos debemos hacer algo para el bien. En la vida cristiana normalmente no es necesario hacer gestos espectaculares. Bastan los detalles sencillos de cada día. Jesús recompensa todos esos detalles de amor.

63 Todos los días podemos limpiar el rostro de Jesús haciendo el bien a los que sufren. Y sobre todo siendo fieles a los mandamientos del Señor.

64 En Jesús el rostro transfigurado de gloria está oculto por el dolor
En Jesús el rostro transfigurado de gloria está oculto por el dolor. Pero también es verdad que nuestros pecados nos impiden ver el verdadero rostro de Jesús ya que nos nublan la vista para sentir que Jesús es «la luz del mundo».

65 Pidamos a Dios que podamos ver el rostro de Jesús en la naturaleza, en las personas y en los acontecimientos. La fe nos hará ver rosas donde parece que sólo hay espinas.

66 Oremos. Señor Jesús, graba en nuestros corazones la imagen de tu rostro, de modo que los demás te vean a ti a través de nuestras acciones.

67 Perdón, Señor, misericordia,
Au-to-má-ti- co

68 Padre bueno, que nos amas..
Hacer CLIC Padre bueno, que nos amas..

69 Jesús cae por segunda vez
7ª estación

70 La cruz se hacía cada vez más pesada por la debilidad de Jesús
La cruz se hacía cada vez más pesada por la debilidad de Jesús. Y cae otra vez.

71 Cae más veces porque nosotros caemos más veces en el pecado
Cae más veces porque nosotros caemos más veces en el pecado. A veces por cosas pequeñas, por pequeñas satisfacciones no rectas.

72 La nueva caída es también una nueva humillación
La nueva caída es también una nueva humillación. Con ella Jesús quiere salvar nuestro orgullo, soberbia, autosuficiencia que nos aleja de Dios.

73 Jesús parece débil, pero es fuerte en el amor
Jesús parece débil, pero es fuerte en el amor. Por eso se levanta para seguir hasta morir en la cruz.

74 No debemos desesperarnos por una nueva caída
No debemos desesperarnos por una nueva caída. Lo importante es que el compromiso con Jesús sea más fuerte. Acudamos a Él, que es la seguridad en la vida.

75 Oremos. Señor Jesús, perdónanos por nuestras recaídas en el pecado.
Danos la fuerza de tu espíritu para que podamos resistir a los ataques del demonio.

76 Volveré, volveré. A la casa del padre volveré.
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77 Le diré, le diré: Contra el cielo y contra ti yo pequé.
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78 8ª estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

79 Aquellas mujeres lloran por amor
Aquellas mujeres lloran por amor. Jesús agradece aquellas lágrimas y les consuela.

80 Pero al mismo tiempo les hace una advertencia para que aquellas lágrimas tengan mayor sentido: Nuestros pecados son los causantes del dolor de Jesús y por lo tanto son los dignos de las lágrimas.

81 Jesús nos enseña a dar sentido sobrenatural a nuestras acciones
Jesús nos enseña a dar sentido sobrenatural a nuestras acciones. Y da consuelo, paz y alegría.

82 A veces lloramos los males ajenos y nos olvidamos del mal de nuestro corazón; Nos quejamos de lo mal que está el mundo, pero hacemos poco para mejorarlo; vemos la astilla en el ojo ajeno y nos olvidamos de la viga que llevamos en el nuestro.

83 Hoy también muchas mujeres lloran por esposos o hijos muertos o secuestrados, por muchas discriminaciones que hay en varios lugares. En realidad todos los males vienen por el pecado; la seducción del mal es muy grande. Pero Jesús nos enseña el camino del bien y de la paz.

84 Oremos. Señor Jesús, concédenos un verdadero arrepentimiento de nuestros pecados y un firme propósito de no volver a pecar.

85 Perdona a tu pueblo, Señor,
Automático

86 Perdona a tu pueblo, perdónale, Señor.
Hacer CLIC Perdona a tu pueblo, perdónale, Señor.

87 9ª estación: Jesús cae por tercera vez

88 Jesús está muy débil y cae de nuevo antes de llegar al Calvario
Jesús está muy débil y cae de nuevo antes de llegar al Calvario. «Me amó y se entregó hasta la muerte por mi». «Hasta el extremo».

89 Esta tercera caída suele simbolizar la opresión de la humillación
Esta tercera caída suele simbolizar la opresión de la humillación. «Se rebajó» hasta lo indecible, para que no temamos el rebajarnos si lo hacemos unidos al Señor.

90 Pero muestra su amor y fortaleza levantándose
Pero muestra su amor y fortaleza levantándose. Jesús nos dice: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto».

91 Somos débiles en el espíritu
Somos débiles en el espíritu. Y signo de ello son las diferentes caídas; pero podemos decir con san Pablo: «Todo lo puedo en aquel que me conforta».

92 A veces parece que Dios nos pone cargas más pesadas que las que podemos llevar. Y desfallecemos. Pero sepamos que también nos da gracias suficientes para podernos levantar.

93 Es la estación de la perseverancia en el bien
Es la estación de la perseverancia en el bien. No debemos rendirnos, sino tender siempre a levantarnos.

94 También en esta caída podemos ver las caídas en la edad adulta o en la vejez. Siempre es tiempo de levantarse. Pidamos a Dios la fortaleza.

95 Oremos. Señor Jesús, ayúdanos a ser perseverantes en el bien y danos fuerza para siempre levantarnos del mal.

96 He pecado, Señor, dame tu perdón..
Au-to-má-ti- co

97 He pecado, Señor, perdón. Hacer CLIC

98 10ª estación: Jesús es despojado de sus vestiduras

99 Aquí encontramos un doble gran sufrimiento de Jesús:
- Sufrimiento en el cuerpo, ya que, por haber derramado abundante sangre, las vestiduras estarían pegadas a sus heridas. Le quisieron dar un poco de calmante, pero lo rechazó. Quería morir conscientemente cumpliendo la voluntad de su Padre.

100 - Sufrimiento en el espíritu, sufriendo la vergüenza al aparecer desnudo y redoblarse entonces los insultos de aquellos «judíos» que se creían vencedores.

101 Jesús va a morir en la pobreza más absoluta. «Se entregó por nosotros»
Jesús va a morir en la pobreza más absoluta. «Se entregó por nosotros». Y por eso se dejó juzgar, se dejó azotar, se dejó coronar de espinas, y se dejó quitar los vestidos. Fue la entrega material total. Y también allí aparecía sin fama, honor y prestigio.

102 Ese dejarse quitar los vestidos en ese momento fue querer reparar tantos desmanes por la lujuria que hace desviarse a tantas personas del camino hacia el bien.

103 Hay muchas personas que son despojados de sus bienes, de su fama, de sus buenos ideales. Y a veces nosotros mismos hemos contribuido con las críticas.

104 Que sepamos despojarnos cada vez más de la atracción mundana que nos aleja del seguimiento a Jesús. Y que seamos revestidos de la gracia que un día recibimos en el Bautismo.

105 Oremos. Señor Jesús, ayúdanos a despojarnos de nuestras malas costumbres y a revestirnos de la Gracia.

106 Misericordia, Señor, por tu bondad.
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107 Misericordia. Hacer CLIC

108 Jesús es clavado en la cruz
11ª estación Jesús es clavado en la cruz

109 Jesús sufre uno de los mayores tormentos que se pueden dar: Ser clavados los pies y las manos. Podría evitar esos sufrimientos o podría amenguarlos con la hiel y el vinagre que le ofrecieron; pero lo sufre por amor a nosotros, para facilitar mejor nuestra salvación.

110 Y mientras le clavan, va repitiendo palabras de perdón: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen». El perdón es tan grande y tan lleno de amor, que les excusa a sus verdugos ante su Padre celestial.

111 Y, elevado en la cruz, permanece con los brazos abiertos de amor, como para decirnos que nos quiere abrazar. Vayamos a Él sin miedo. Y le pidamos perdón por lo que le hemos hecho sufrir, quizá clavando a otros con palabras hirientes y deseos malvados.

112 Le prometamos a Jesús que vamos a clavar con Él nuestros pensamientos y deseos, para que sean más según los sentimientos de Cristo.

113 La cruz ha atraído a multitud de personas que, abrazados a ella, han llegado a la santidad.

114 Miremos los pies y manos de Jesús clavados, que siempre se han movido para hacer el bien; y le prometamos a Jesús que haremos lo posible para que sigan haciendo el bien a través de nuestros pies y manos.

115 Oremos. Señor Jesús, ayúdanos a saber perdonar y que seamos testigos de tu amor en el mundo.

116 Sí, me levantaré. Automático

117 Volveré junto a mi padre.
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118 Jesús muere en la cruz 12ª estación

119 Jesús muere verdaderamente en la cruz, como hemos visto quizá morir a familiares o amigos.

120 Y muere entregándonos todo su amor
Y muere entregándonos todo su amor. Por eso después de haber pedido el perdón para sus verdugos, cuando ve un sentimiento de consideración en uno de los dos crucificados con él, se le ensancha el corazón y le dice: «Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso».

121 «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo:
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo:  «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo:  «Aquí tienes a tu madre».  Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

122 Así pasaron tres interminables horas y a la hora novena (como las 3 de la tarde), Jesus clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, lama sabactani? Que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has desamparado? Sus palabras no son sólo expresión de aquel abandono, son palabras que repetía en oración, siguiendo el salmo 22 (21).

123 Un tormento terrible es la sed. Jesús tenía sed material y espiritual.
“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre. Ellos empaparon en vinagre una esponja y, poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: “Todo está terminado” Juan 19:28-30

124 Y ahora Jesús se abandona en las manos de su Padre
Y ahora Jesús se abandona en las manos de su Padre. “Padre, en tus manos pongo mi Espíritu”. Las manos de Dios son manos paternales. Las manos de Dios son manos de salvación y no de condenación. Dios es un Padre.

125 E inclinando la cabeza expiró
E inclinando la cabeza expiró. La tierra tembló, rasgándose el velo del templo. Era hacia las tres de la tarde. Densos nubarrones habían entenebrecido el cielo.

126 Es el gran misterio de la Redención: Jesús, Dios y hombre, muere por nosotros.

127 Nuestra gran felicidad consistirá si en el momento de la muerte vemos que hemos cumplido la voluntad de Dios. Pues comencemos ya desde ahora a cumplirla lo mejor posible.

128 Oremos. Señor Jesús, gracias por habernos amado hasta la muerte
Oremos. Señor Jesús, gracias por habernos amado hasta la muerte. Que nunca nos cansemos de alabarte y bendecirte.

129 Perdón, Señor, hemos pecado.
Au-to-má-ti- co

130 Perdón, Señor Hacer CLIC

131 Jesús es bajado de la cruz
13ª estación Jesús es bajado de la cruz

132 José de Arimatea y Nicodemo hacen una obra de caridad
José de Arimatea y Nicodemo hacen una obra de caridad. Consiguen los permisos y las cosas útiles para descender el cuerpo sin vida de Jesús.

133 María lo acoge para prestarle el último servicio maternal.
Iría contemplando aquel cuerpo destrozado y recordando un poco su vida: desde el nacimiento hasta la lanzada en el costado.

134 Madre, así le hemos puesto nosotros
Madre, así le hemos puesto nosotros. Y mientras vemos ese cuerpo maltrecho, le agradecemos a Él y a María por todo su amor.

135 Y debemos hacer un nuevo compromiso: de que ese amor vivirá más en nuestro corazón y de que haremos lo posible para que reine en el mundo entero.

136 Ante Cristo muerto también pensamos que a veces queremos honrar y agradecer a una persona, pero esperamos a que muera para realizarlo. Nuestro amor a todos, pero sobre todo a Jesús y María, debe ser leal, eficaz y constante.

137 Una mirada a María. Sufre, pero es con un dolor esperanzado
Una mirada a María. Sufre, pero es con un dolor esperanzado. La cruz no es un fracaso. Es el comienzo del gran triunfo de la resurrección.

138 Que nunca nos olvidemos de Ti.
Oremos. Señor Jesús, reconocemos que Tú eres el único Salvador y Señor. Que nunca nos olvidemos de Ti.

139 Perdón, Señor, misericordia,
Au-to-má-ti- co

140 Padre bueno, que nos amas..
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141 14ª estación: Jesús es sepultado

142 José de Arimatea presta su sepulcro a Jesús
José de Arimatea presta su sepulcro a Jesús. Sería luego el sepulcro más famoso. Da la cara y pide a Pilato el poder enterrarlo.

143 Debemos estar dispuestos a despojarnos del hombre viejo para ser enterrados con Cristo y resucitar a una vida nueva.

144 El sagrario es como un sepulcro de Jesús, pero lleno de vida.

145 También nuestro cuerpo es como un sepulcro lleno de vida cuando comulgamos.

146 Un deseo: Que podamos trasmitir esa vida de Cristo a aquellas personas con quienes tratamos. Damos vida cuando actuamos con verdadero amor.

147 Jesús es sepultado para salir y dar vida
Jesús es sepultado para salir y dar vida. El sepulcro de Jesús será signo de vida y esperanza. Jesús no termina en la muerte ni en el sepulcro. Su fin debía ser de gloria, como así fue su resurrección.

148 Oremos. Señor Jesús, enséñanos a ser humildes, que nunca busquemos los honores de este mundo. Ya sabemos que tu te preocupas de dar la gloria.

149 Terminemos invocando a la Virgen María que sufrió con amor junto con Jesús y que mereció gozar con la gloria de la Resurrec-ción.

150 Sálvame, Virgen María! Automático

151 ¡Óyeme, Te imploro con fe!

152 Mi corazón en Ti confía,

153 Virgen María, sálvame.

154 ¡Virgen María, sálvame!

155 ¡Sálvame!

156 AMÉN


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