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Publicada porValentín Santos Aguirre Modificado hace 6 años
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SE DARA A UN PUEBLO QUE PRODUZCA SU FRUTO
Lectio divina Domingo XXVII T. O Ciclo A. 8 Octbre 2017 Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: Sinfonía del nuevo mundo Elaboración y Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
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ORACIÓN INICIAL ¿Qué más puedo esperar de Ti, Padre?
Toda mi vida, desde antes de nacer, está diseñada y realizada en el Amor. Tú, Padre, no puedes dejar de amarnos. Y, aunque nosotros seamos tus viñadores ingratos, Tú siempre nos envías profetas, sacerdotes, hermanos y ¡hasta tu propio Hijo!, para regresar a tu inmenso Amor. ¡Gracias, Padre! ¡Gracias, Jesús!
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TEXTO BÍBLICO: Mt Escuchad otra parábola: «Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: “Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia”. Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
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Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?». Le contestan: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?” Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.
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LECTURA ¿Qué dice el Texto?
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Mateo continúa mostrando el enfrentamiento y la tensión creciente entre Jesús y los dirigentes religiosos. La viña, en la Biblia, es imagen de lo que pertenece a Dios. Jesús denuncia-anuncia el destino y la suerte que espera a los profetas. Los verdaderos profetas son siempre calumniados, perseguidos y martirizados, por quienes actúan como si la viña fuese suya.
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La parábola va dirigida a los dirigentes religiosos, de todos los tiempos, que se consideran propietarios de la viña, y la “explotan” en beneficio propio. Se sublevan contra el único Dueño, persiguen a los profetas, arrojan fuera al Hijo, prescinden de Él y de su mensaje y ocupan su lugar. Jesús pregunta a quienes dirige la parábola y espera respuesta. Los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que se dirigía a ellos.
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Dios con su infinita paciencia siempre da una nueva oportunidad para cambiar de actitud. Ha soñado un mundo diferente, tremendamente distinto del que ahora vemos y sufrimos, y en el que fenecen de mil modos los menos favorecidos de la tierra. Por eso hemos de estar muy atentos para no arrinconar ni silenciar a los mensajeros de Dios que nos recuerdan con sus anuncios y sus denuncias la historia por Él soñada.
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Es decir, cada una de las comunidades y cada uno de los cristianos, estamos llamados a anticipar en nosotros y entre nosotros lo que sería el mundo entero si aceptase la manifestación de Jesucristo, su Palabra y su Persona. La Iglesia, como nuevo Pueblo de Dios, está llamada a mostrar el Reino de Dios, ser un espejo en el que el mundo pueda mirarse.
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esto es la Iglesia, para que los demás viendo en nosotros la obra de Dios, glorifiquen a Dios y realicen su proyecto. Si el Reino de Dios es el mundo nuevo en el que habita la justicia y la paz, la verdad y la misericordia, la bondad y la belleza, la luz y la gracia, nosotros estamos llamados a proclamar ese Reino desde los gestos cotidianos que nos hacen ser lámpara sobre el candelero y ciudad sobre el monte:
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¿Qué me dice el Señor en el Texto?
meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
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Hoy la palabra de Dios presenta la imagen de la viña como símbolo del pueblo que el Señor eligió. Como una viña, el pueblo requiere mucho cuidado, requiere un amor paciente y fiel. Así se comporta Dios con nosotros, y así estamos llamados a comportarnos nosotros para que produzca los frutos del reino de Dios.
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Podemos tener la tentación de «apoderarnos» de la viña, a causa de la codicia que nunca falta en los seres humanos. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos. Y para satisfacer esta codicia, los malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportables, que ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo.
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Para cultivar y guardar bien la viña, es preciso que nuestro corazón y nuestra mente estén custodiados en Jesucristo por la «paz de Dios, que supera todo juicio». De este modo, nuestros pensamientos y nuestros proyectos serán conformes al sueño de Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios.
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La parábola, también, nos habla de los que quieren tomar posesión de la viña y han perdido la relación con el Dueño de la viña. Un Dueño que nos ha llamado con amor, nos protege, pero luego nos da la libertad. Estas personas sienten que son fuertes, se sienten autónomos ante Dios.
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La parábola nos habla también nosotros
La parábola nos habla también nosotros Una lectura honesta del texto nos obliga a hacernos graves preguntas: ¿Estamos produciendo en nuestros tiempos “los frutos” que Dios espera de su pueblo: justicia para los excluidos, solidaridad, compasión hacia el que sufre, perdón...?
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¿Qué respondo al Señor en el Texto?
meditación ¿Qué respondo al Señor en el Texto?
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Felices quienes destierran de su corazón ser profetas de calamidades,
para convertirse en portavoces de buenas noticias. Felices quienes entrenan su mirada para mostrar las causas y las consecuencias de las acciones que atentan contra los más desfavorecidos.
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Felices quienes destierran de su corazón ser profetas de calamidades,
para convertirse en portavoces de buenas noticias. Felices quienes entrenan su mirada para mostrar las causas y las consecuencias de las acciones que atentan contra los más desfavorecidos.
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Felices quienes contemplan los signos de los tiempos,
los reflexionan y lo pasan por el filtro de su corazón.
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¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
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¿Qué frutos has dado a Dios hasta el día de hoy en tu vida?
Esa viña también podemos ser tú y yo: tantos dones que hemos recibido de parte de Dios con tanto amor y delicadeza, y que, tal vez, no hemos respondido siempre a esos cuidados del Viñador. Quizá no le hayamos dado frutos buenos, sino sólo uvas amargas. ¿Qué frutos has dado a Dios hasta el día de hoy en tu vida? ¿Eres uno de esos viñadores homicidas que rechazan a Cristo con su rebeldía, incredulidad o indiferencia?
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Plantéate si, muchas veces, acudes a Jesús sólo cuando tienes una necesidad urgente o un problema que requiere una pronta solución o experimentas miedo; cuando te sientes solo, inseguro, sin perspectivas de futuro; cuando los amigos te han fallado; cuando has perdido la salud; cuando has cometido un error…
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Contempla como Jesús te invita cada día, a acogerlo en tu corazón y en tu vida con entusiasmo y alegría, como el gran regalo de Dios que te ama. A abrir tu entendimiento a sus palabras de vida y esperanza. A recibir los dones que tiene para darte con la mejor disposición posible. A llenarte de su amor y su bondad…
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Responde a Jesús que te invita a ser dócil a sus enseñanzas
Responde a Jesús que te invita a ser dócil a sus enseñanzas. A vivir la vida con dignidad. A amar y respetar a todas las personas que encuentras en el camino. A ser honesto, justo y veraz. A dar lugar en tu corazón a la fraternidad. A ser solidario con los que sufren. A hacer de tu vida entera un servicio a los demás.
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acción ¿A qué me comprometo?
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Da gracias a Dios, por todos los beneficios que te ha concedido.
Eres su viña preferida, la que el plantó, cuida y asiste cada día con su gracia.
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Este evangelio te debe llevar a dar gracias a tantos “jornaleros” que el Señor ha puesto en “tu viña”. Una llamada, un mensaje… agrade la bondad de Dios derramada en esos “jornaleros”
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Considera el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre: hasta el punto de llamarnos hijos de Dios; y en verdad lo somos.
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Ponte en camino, no dejes “tu viña” en manos de asalariados
Ponte en camino, no dejes “tu viña” en manos de asalariados. Busca unos buenos “jornaleros” que te ayuden en la formación, en la caridad…
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Cuida la “mejor viña” que Dios te ha dado, tu matrimonio, hijos, familia, amigos… Dedícale un tiempo para hacer crecer los mejores “frutos” del amor de Dios.
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Acoge la tarea que Jesús te ha confiado de humanizar la vida y procura no vivir distraído por otros intereses secundarios.
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En la “viña del Señor” hay muchos “jornaleros” pero también hacen falta muchas manos. Ofrécete para servir en la “viña del Señor” desde caritas, catequesis, pastoral de la salud, pastoral familiar…
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Está atento a los mensajes de amor, de comprensión, de perdón… que el Señor pueda hacerte llegar a través de las distintas personas que se relacionan contigo. FIN
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