Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
1
Domingo III PASCUA TORPES
Coment. Evangelio Domingo III Pascua Ciclo A Abril Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: La Misión Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
2
TEXTO BÍBLICO Lc Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaus, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?». Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?». Él les dijo: «¿Qué?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió.
3
Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
4
El síndrome de Emaús es una enfermedad que, a veces, se sufre en la Iglesia cuando en vez de ser una Iglesia en salida y búsqueda es una Iglesia en retirada y huida.
5
Aquellos dos, los de Emaús, iban con todas las desesperanzas posibles que puede albergar el corazón humano y que, de una u otra manera, se llama cruz.
6
La cruz siempre es un escándalo en el corazón humano que parece obstruido para creer y para lanzarse en los brazos amorosos del Padre.
7
El razonamiento nuestro es tan simple como el mecanismo del chupete de un niño. Dios nos quiere mucho cuando todo nos va bien y no nos quiere nada cuando sufrimos y nos va mal.
8
Aquel peregrino de Emaús caminó con ellos.
Les escucha y sencillamente está a su lado en las duras y en las maduras.
9
Son capaces de contar lo que les pasa, pero no son capaces de integrarlo porque les falta la fe que les lance a integrar la cruz en el camino de la vida.
10
“nosotros esperábamos”.
La palabra que dicen todos los desesperados de la vida y que se escucha en todos los Emaús del mundo y de la historia es:
11
Hemos seguido a quienes nos han decepcionado y ahora caminamos sin rumbo hacia no sabemos ni dónde ni cómo.
12
Se ha esfumado todo como un sueño
Se ha esfumado todo como un sueño. Viven en la profunda decepción del corazón.
13
Jesús les da una lección de catecismo
Jesús les da una lección de catecismo. Les explica, a la luz de las Escrituras, su vida y ante las palabras “nosotros esperábamos” de todos los que dicen que buscan y no encuentran, el Señor nos dice que “era necesario”.
14
Todo lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en nuestra vida era necesario “para entrar en su gloria”, para seguir a Jesús en todos los momentos de la vida, cuando amanece o cuando oscurece en nuestra vida, siempre podremos decirle al Señor:
15
“Quédate con nosotros porque atardece y el día declina en nuestras vidas”.
16
la locura de un Amor que se hace pan partido y sangre derramada por la vida del mundo.
Al final del camino, como al pueblo de Israel, el Señor nos alienta con el maná, con el Pan de Vida, con la Eucaristía,
17
Caminaron su vida y, el encuentro con el Peregrino de Emaús, les hizo volver al cenáculo, a la comunidad, a la Iglesia que les va a decir, también a ellos, que Jesús está suelto por ahí, que la meta es Él.
18
Que está vivo y coleando y sólo quien tenga los ojos del corazón abiertos y no torpes a sus inspiraciones, se le puede encontrar en todos los caminos de la vida.
19
¡ES ÉL! Sólo hay que sentarse a su lado y dejar que, partiendo el pan, estalle en nuestros ojos la Luz de su Amor para decir una y otra vez:
20
¡Qué torpes de no reconocerle!
FIN
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.