La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

GUARDIANES DE LA TRADICIÓN, GENERADORES DEL CAMBIO

Presentaciones similares


Presentación del tema: "GUARDIANES DE LA TRADICIÓN, GENERADORES DEL CAMBIO"— Transcripción de la presentación:

1 GUARDIANES DE LA TRADICIÓN, GENERADORES DEL CAMBIO
Tema para un retiro (95) GUARDIANES DE LA TRADICIÓN, GENERADORES DEL CAMBIO Dirigido a miembros del ELSP, del IFLSPP y a nuestros pastores, Rectores y Asistentes espirituales

2 DEFINICIONES LOS PADRES DE LA IGLESIA Los Padres de la Iglesia son aquellas grandes figuras del Pueblo de Dios de los primeros siglos que, con su testimonio de vida y sobre todo con su doctrina, han configurado la Iglesia así como la conocemos hoy, creando las estructuras que nos permiten plasmar nuestra vida cristiana. La liturgia, los símbolos de fe, la catequesis y la teología constituyen el tesoro que los Padres han legado a la Iglesia, respondiendo de esta forma a la Revelación que Jesús nos dejó por medio de los Apóstoles. PATRÍSTICA Y PATROLOGÍA Patrística: cuando está centrado en el contenido teológico de sus escritos, como fuentes de gran valor para los dogmas. Patrología: cuando se centra en su vida y obras desde el punto de vista literario e histórico.

3 ORIGEN DE LA PALABRA PADRE
El nombre de "Padre" es de origen puramente eclesiástico, y significa, en efecto, la expresión del amor y de la veneración de las comunidades cristianas hacia sus obispos, ya que a éstos correspondía el oficio de enseñar la doctrina de la Iglesia. Por esto el título de "Padre" fue aplicado inicialmente a ellos. Este nombre, aún en el siglo V, se le daba en general sólo a los obispos, pero San Agustín rompió esta barrera al citar un escritor eclesiástico que no fue obispo, San Jerónimo, teniendo en cuenta su doctrina y santidad de vida. Unos años más tarde el Papa Gelasio I hace el primer elenco de los autores cristianos que tienen derecho al apelativo de Padres.

4 EN ORDEN A LA ANTIGÜEDAD
Se Clasifican en tres períodos: • El de los Padres Apostólicos, quienes vivieron en el siglo I y parte del II, y que fueron discípulos de los apóstoles. • El de los Padres Apologistas, quienes vivieron desde mediados del siglo II hasta finales del siglo III. • Finalmente, "La Edad de Oro de los Padres", que es el período comprendido entre el siglo IV y el VIII.

5 PADRES DE LA IGLESIA, SEGÚN CONCILIO DE NICEA.
SEGÚN EL CONCILIO DE NICEA PADRES DE LA IGLESIA, SEGÚN CONCILIO DE NICEA. El primer Concilio ecuménico se celebró en el año 325 en Nicea, Se clasifican en: Los Padres Apostólicos de la iglesia 2. Los Padres Ante-Nicenos. Fueron aquellos quienes vivieron después de los Padres Apostólicos y antes del Concilio de Nicea en 325. 3. Los Padres Pos-Nicenos. Después del Concilio de Nicea en 325

6 Los Padres Orientales Los Padres Orientales son también conocidos indistintamente como los Padres Griegos o como los Padres de la Iglesia de rito griego (es decir, de la Iglesia oriental o de las Iglesias católicas orientales). Los cuatro Padres de la Iglesia griegos son: Atanasio de Alejandría Basilio el Grande Gregorio Nacianceno Juan Crisóstomo

7 Los Padres Occidentales
Los Padres Occidentales son también conocidos como los Padres Latinos o cuatro Padres de la Iglesia de rito latino (es decir de la Iglesia occidental o de la Iglesia católica). Los cuatro Padres de la Iglesia latinos son: Ambrosio de Milán Jerónimo de Estridón Agustín de Hipona Gregorio Magno

8 Padres Apostólicos. Esencialmente conocemos como Padres Apostólicos a figuras prominentes de la Iglesia que desde los inicios de ella, (finales del siglo I, inicios del II) con sus escritos y vida personal de santidad son testigos fieles de Cristo, nuestro Señor. Son también reconocidos como contemporáneos de los Apóstoles, sus discípulos y directos sucesores. Su papel dentro de la Tradición de la Iglesia es fundamental al ser testigos calificados y cualificados de ella.

9 La Tríada Aunque se reconoce más de una manera de clasificar a los Padres de la Iglesia (entre ellos los Padres Apostólicos, Padres del desierto, etc.), nos enfocaremos a la conocida: TRÍADA. Por Tríada nos referimos al grupo de tres grandes cristianos, discípulos de los Apóstoles: San Clemente Romano, San Ignacio de Antioquía y San Policarpo.

10 SAN CLEMENTE ROMANO

11 1. San Clemente Romano Aunque su nacimiento y muerte son desconocidos se sabe que era un judío-helenista convertido; conoció muy bien las Sagradas Escrituras. San Pablo escribió sobre él: “Juntamente con Clemente y los demás colaboradores míos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida” (Fl 4, 3).

12 El Martiryum nos da más referencias sobre su vida y en este caso sobre su actuar como cabeza de la reciente Iglesia de Cristo: “de tal manera sobresalía por el ornamento de sus costumbres que logró hacerse grato a los judíos, a los gentiles y a todos los pueblos cristianos…”

13 Escritos: Indudablemente su principal escrito es la conocida carta a los fieles de la Iglesia de Corinto, y por el cual se le ha acreditado como el primer Padre de la Iglesia. Leamos un fragmento de dicha carta: “¿A qué vienen entre vosotros contiendas y riñas, banderías y guerras? ¿Es que no tenemos un solo Dios y un solo Cristo y un solo espíritu de gracia que fue derramado sobre vosotros? ¿No es uno solo nuestro llamamiento en Cristo? ¿A qué fin desgarrarnos y despedazarnos los miembros de Cristo y nos sublevamos contra nuestro propio cuerpo llegando a tal de que nos olvidamos que somos los unos miembros de los otros”?

14

15 2.- San Ignacio de Antioquía
Es la figura más sobresaliente del siglo I e inicios del II. Poco se sabe de su vida, sólo su último año es lo que se conoce de él por el relato de su martirio, el cual conocemos por las actas y por el Martiryum. Nació por el año 35 de nuestra Era en Antioquía, (hoy Siria), por lo que no conoció personalmente a nuestro Señor pero sí a algunos de los Apóstoles, de los cuales trató por lo menos a San Pedro y San Pablo. Fue coetáneo de San Juan Evangelista e incluso se cree que fue su discípulo pero no existe ningún documento histórico que lo acredite. Los datos concretos sobre San Ignacio parten del año 107. El Crisóstomo afirma que fue consagrado obispo de Antioquía por San Pedro como sucesor suyo.

16 La acusación: Con más de 70 años de vida y siendo obispo le llegó el martirio. La acusación contra Ignacio tuvo éxito por circunstancias propicias del momento. Trajano en su paso por Antioquía lo interrogó y al confesar Ignacio que era cristiano y además obispo fue apresado y notificado que sería trasladado a Roma para ser víctima del circo. El Emperador Trajano recién había derrotado a los Dacios (hoy Rumania), por lo que deseando festejar tal triunfo añadió más espectáculos al circo público. La atracción común era la lucha entre los gladiadores, pero la mayor de ellas era la de hombres contra fieras.

17 Romae via (travesía a Roma): Como prisionero, iba encadenado, sufrio mucho con los tratos bruscos y groseros de sus guardias, «Voy luchando con las fieras, por tierra y mar, de día y de noche, encadenado a diez leopardos, un pelotón de soldados. Éstos, a pesar del bien que reciben, se hacen peores. Con sus malos tratos voy siendo más discípulo [de Cristo]». A cada ciudad que arribaban se acercaban y lo besaban emocionados, «Le recibieron no como un pasajero ni como a un embajador de Cristo, sino como al Señor mismo…»

18 Litterae Romam (Literatura Romana): Contamos con siete cartas dirigidas a esas Iglesias, verdadero tesoro de la Iglesia Universal. Curiosamente escribió una carta a la Iglesia de Roma, siendo que no era paso, sino destino final. Su deseo de ser testigo de Cristo mediante el martirio. Les escribió dicha carta con preocupación. Les aclara que lo que deben pedir por él no es el perdón, sino oración: lo único que para mí habéis de pedir es fuerza, tanto interior como exterior, para que no sólo hable sino esté también decidido… No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo: ellos fueron Apóstoles, yo no soy más que un condenado a muerte: ellos fueron libres; yo hasta el presente soy un esclavo, más si lograra sufrir el martirio quedaré liberto de Jesucristo y resucitaré libre con Él… Reitera su decisión al martirio:

19 Martyrium: El 20 de diciembre del año 107, llegó el día del martirio para Ignacio. Se cumplía para Ignacio su máximo sueño el cual ante sus ruegos no fue evitado: ser víctima propicia de Cristo, su Señor. Ignacio salió a la arena, contempló sereno las gradas, caminó a la fiera elegida, tal vez haya sido un león, lo que sí se sabe es que no tuvo necesidad de azuzarle, la bestia hambrienta se lanzó sobre él y de un sólo zarpazo lo destrozó. Sólo algunos de sus huesos pudieron ser rescatados por cristianos testigos de ello. San Jerónimo escribió que recogieron los huesos triturados, y depositándolos en una caja para no llamar la atención los transportaron a Antioquía como sagradas reliquias y los colocaron en el santuario de la puerta llamada Dafne

20 Escritos: Mencionamos ya sus siete cartas, extraigamos algunas afirmaciones: 1. «Un solo altar, un solo sacrificio, un solo obispo» 2. «Donde está el obispo ahí está la Iglesia universal» 3. «Nada sin el obispo» Es el primero que empleó las palabras: Iglesia Católica o Universal. Insiste en la presencia de Cristo en nosotros y llama a todos los cristianos “Theóforos o Cristóforos”. Presencia de Dios en nosotros.

21

22 3. SAN POLICARPO Nació hacia el año 70 de nuestra Era. Según la tradición fue el mismo San Juan Evangelista que lo consagró obispo de Esmirna. Padres de la Iglesia como San Jerónimo, San Ignacio de Antioquía, San Irineo, escribieron sobre la grandeza de alma de Policarpo, por ejemplo, San Jerónimo escribió: «Fue el principal de toda Asia”»

23 Martiryum: Poseemos también su martiryum, es decir, una corta relación de su último combate por la fe. Su martirio tuvo lugar en Esmirna hacia el año 150, siendo Policarpo ya muy anciano. El fuego, formaba una especia de bóveda, como la vela de un navío henchida por el viento, rodeó por todos lados como una muralla el cuerpo del mártir; y estaba en medio de la llama no como carne que se asa, sino como pan que se cuece o cual oro o plata que se acendra al horno. Y a la verdad, nosotros percibimos un perfume tan intenso cual si se levantara un nube de incienso o de cualquier otro aroma precioso”. Escritos: una carta dirigida a los fieles de Filipos.


Descargar ppt "GUARDIANES DE LA TRADICIÓN, GENERADORES DEL CAMBIO"

Presentaciones similares


Anuncios Google