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La Revolución RUSA
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Características de rusia a principios de siglo xx
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La Revolución de 1904
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Peticiones dirigidas al zar por los manifestantes de enero de 1905
« ¡Señor! Nosotros, obreros de San Petersburgo, nuestras mujeres, hijos y ancianos inválidos, llegamos ante ti para pedir justicia y protección. Estamos en la Miseria, oprimidos y cargados con trabajo excesivo, tratados como esclavos que deben soportar pacientemente su amarga suerte y callar. Creemos preferible morir que prolongar insoportables sufrimientos. Hemos abandonado el trabajo y declarado a los patronos nuestro propósito de no reintegrarnos al mismo hasta que satisfagan nuestras demandas. Pedimos pocas cosas. Nuestra primera petición es que los patronos examinen con nosotros las Peticiones. Esto ha sido rechazado, así como el derecho de hablar de nuestras necesidades (...). También han considerado ilegal nuestro deseo de disminuir el horario de trabajo hasta las ocho horas diarias, de convenir el salario (...), de que se mejoren las condiciones de trabajo. Según los patronos todo es ilegal: nuestras demandas, un crimen. ¡Señor! Estamos aquí Más de hombres solamente por sus apariencias y aspecto. Cualquiera que entre nosotros intente elevar su voz para defender los intereses de la clase obrera será aprisionado y deportado (…). ¡Señor!, ¿Esto es conforme con las leyes divinas, en cuya virtud gobernáis? Por esto, nos hemos congregado cerca de los muros de tu palacio. Es aquí donde buscamos el último saludo. No rehúses proteger a tu pueblo. Sácale de la tumba de la arbitrariedad, de la miseria y de la ignorancia. Ordena inmediatamente convocar a los representantes de todas las clases y órdenes del pueblo ruso. Y para esto, manda que las elecciones a la Asamblea Constituyente se hagan según el sufragio universal, secreto e igual. Es nuestra petición más importante.» Apud. VOILLIARD y otros: «Documents d'Histoire, II, Armand Colia, París, 1964, Págs EN: J. González Fernández, Historia del Mundo Contemporáneo, Editorial Edebe, Barcelona 2001, p.152
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Las revoluciones de febrero y octubre de 1917
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La varsoviana (varshavianka)
Hostiles torbellinos soplan sobre nosotros, fuerzas oscuras nos esclavizan con furor. En mortal combate entramos con el enemigo y todavía un extraño destino aguarda. Pero vamos a plantar con orgullo y valor a la heroica bandera del trabajador. Bandera de lucha de todos los pueblos por la libertad y un mundo mejor. A sangrienta batalla, sacra y justa, marcha, marcha, y sigue al frente proletario. Muere de hambre el obrero ¿callaremos, hermanos, por más tiempo? ¿Puede acaso el ver a la horca asustar a nuestros jóvenes camaradas? En gran batalla no serán olvidados los caídos ante el honor de nuestro ideal. Sus nombres estarán en gloriosos cantos y en la memoria de millones de personas. A sangrienta batalla, sacra y justa, marcha, marcha, y sigue al frente proletario. Aborrecemos la tiránica corona; pero honramos las cadenas de la mártir nación. La sangre de personas inundó los tronos y a nuestros rivales bañaremos en sangre. ¡Venganza sin piedad a todo enemigo! ¡A los parásitos de las masas proletarias! ¡Venganza sin piedad a plutócratas y zares! La victoria está más cerca a cada instante. A sangrienta batalla, sacra y justa, marcha, marcha, y sigue al frente pueblo del trabajo.
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El Stalinismo ( )
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La realidad de la Unión soviética
“Tras 1931, la Unión Soviética se hallaba virtualmente en estado de guerra. El pueblo había sudado, sangrado, llorado. Millones de mujeres y niños habían muerto de frío y hambre. Millares de hombres habían pasado por las cortes marciales, habían sido asesinados en las campañas de colectivización o industrialización (…) Lanzado en plena batalla en Magnitogorsk, Siberia occidental, yo formaba parte del frente del hierro y el acero. Decenas de millares de hombres soportaron allí las mayores penalidades para construir los altos hornos. En 1939, en las tiendas de Magnitogorsk no se podían encontrar cigarrillos, se podía obtener de vez en cuando vodka, zapatos y vestidos habían desaparecido totalmente. En 1940, las cartillas de racionamiento de pan fueron restablecidas.” John Scott, Más allá de los Urales (1942)
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La colectivización agraria
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La mecanización de la agricultura
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El culto a stalin
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El culto a la personalidad “¡Oh, Gran Stalin
El culto a la personalidad “¡Oh, Gran Stalin! Nuestro amor, nuestra fidelidad, nuestra fuerza, nuestro corazón, nuestro heroísmo, nuestra vida. Todo es tuyo, cógelos, ¡Oh, Gran Stalin! Todo te pertenece, ¡Oh, líder de la patria! Ordena a tus hijos, son capaces de desplazarse en el aire y en la tierra, en el agua y en la estratosfera. Los seres humanos de todas las épocas y de todas las naciones dirán que tu nombre es el más glorioso, el más fuerte, el más sabio, el más bello de todos.” Gaceta Roja de Leningrado (San Petersburgo), 1935
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