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La casa de Asterión 00. El mito del minotauro

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Presentación del tema: "La casa de Asterión 00. El mito del minotauro"— Transcripción de la presentación:

1 La casa de Asterión 00. El mito del minotauro
0. Declaraciones del autor Varias citas de Ana María Barrenechea (“La casa del Minotauro”, Ciberletras 3, agosto de 2000; DISPONIBLE AQUÍ) CLAVES de la actividad 2. Lo uno y lo infinito (“existencia simultánea de los opuestos, unidos e irreconciliables en tensión oximorónica”, Ana María Barrenechea)

2 CLAVES de la actividad 1. ¿Quién(es) habla(n)?
2a. ¿Qué representa el número “catorce”? 2b. ¿Cómo interpretan el juego preferido de Asterión: imaginar que otro Asterión viene a visitarlo?

3 Respuesta 1 Los paratextos (en tercera persona) están formados por el título, la cita en exergo que sirve de epígrafe, la nota al pie de página, el asterisco y, parcial o totalmente, los fragmentos entre paréntesis. Representan por lo menos una voz diferente a la(s) de la narración del relato. El relato propiamente dicho cuenta con al menos dos voces: la de Asterión, en primera persona, que ocupa la inmensa mayoría del texto; y la de un narrador en tercera persona (¿la misma voz que la de los paratextos?), en las dos últimas líneas del cuento. Estadísticamente hablando, la “voz” de Asterión es la que “domina”. Pero el lector se da cuenta inmediatamente de que, jerárquicamente, su autoridad es inferior a la de la nota al pie de página: “* El original dice catorce, pero sobran motivos para inferir que en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos.” Esta voz no tiene por qué explicar al lector cuáles son estos motivos: se trata de una autoridad, de un enunciador legítimo. ¿Qué le da su legitimidad? El mero hecho de encontrarse en nota a pie de página. (Este cuento, entonces, puede leerse como una parodia de las ediciones críticas de textos antiguos. Pero su alcance es mucho más vasto, pues problematiza las fronteras entre realidad y ficción, “originalidad” y falsedad, verdad y mentira…)

4 Respuesta 2a El número “14” representa lo infinito; al menos, si aceptamos la autoridad de la nota al pie de página. ¡Pero no tenemos más remedio! Podemos “desconfiar” de esta autoridad, pero no rechazar su autoridad… salvo si nos negamos a leer el cuento. El “universo” de Asterión es su “casa”. De la misma manera que las caras de las personas le parecen “descoloridas y aplanadas” pues la única “medida” de referencia que tiene es su propio rostro de toro, su concepción de algo tan abstracto como el “infinito” no puede hacerse salvo concretizándolo en esas catorce paredes de que está formada su “casa”. Lo cual, por cierto, lleva al lector a preguntarse sobre su propia experiencia: ¿es que, realmente, yo soy capaz de concebir “lo infinito”? No sé, no sé…

5 Respuesta 2b Por las razones aducidas más arriba (respuesta 2a) el lector podría tener la impresión de que Asterión “es todavía un niño y que después de cierta cantidad, todo es infinito”. Y sí, en cierto sentido se puede decir que Asterión, si no un niño, en todo caso no ha podido desarrollarse plenamente. Le ha faltado lo que cualquier ser humano requiere para ello: la socialización. La identidad es relacional, es decir: la identidad individual no puede realizarse si no tenemos “semejantes”: es decir, si no formamos parte de identidades colectivas; la identidad en general (individual o colectiva) tampoco puede existir si no estamos en relación con “nuestros” otros: sin “ellos”, tampoco hay “nosotros”. Pero Asterión es único. ¡Lo es, realmente! Y está solo. De ahí su necesidad de imaginar un “ser” que pueda colmar esta doble carencia. Y este ser –semejante pero otro al mismo tiempo- no puede ser sino “otro” Asterión. Todo esto explica la isotopía que articula el texto entre LO UNO, lo infinito y EL DOBLE

6 Mito del Minotauro Picasso. El minotauro

7 Androgeo, hijo del rey Minos de Creta, había muerto en una guerra contra los atenienses. Después de dominar Atenas y como pena por la muerte de su hijo, éste les exigía cada año un tributo de siete jóvenes y siete doncellas para ser sacrificados al Minotauro, bestia con cabeza de toro y cuerpo de hombre. Para mantener al monstruo, había mandado construir un Laberinto, que fue creado por Dédalo. En dicho Laberinto se dejaba a los jóvenes para su sacrificio. Se dice que cuando llegó Minos a Atenas a pedir las víctimas, vio entre la multitud a Teseo y le dijo que si él podía domar al Minotauro, dejaría de exigir el tributo.

8 Teseo se comprometió a hacer que dejaran de sufrir tantas familias por la pérdida de sus jóvenes hijos. Prometió regresar vencedor, cambiando las velas negras del barco que llevaba a las víctimas por blancas. Ofreció un sacrificio a Afrodita, para que lo ayudara. Salió hacia Creta y se presentó ante Minos, quien estaba en la playa esperando el barco de los jóvenes.

9 Teseo aceptó y juró cumplir la promesa.
Ariadna, hija de Minos, se enamoró locamente de Teseo. Le dijo que le ayudaría en todo, con la condición de que la llevara a Atenas a ser su esposa. Teseo aceptó y juró cumplir la promesa. Dédalo le proporcionó a Ariadna una gran madeja de hilo. La joven se quedó en la entrada del Laberinto, soltando la madeja mientras Teseo llevaba la otra punta y la iba jalando conforme avanzaba. Con esto, el héroe podría encontrar el camino de regreso y salir sin problemas. Teseo mató al Minotauro con su espada y regresó hasta donde estaba Ariadna. (Tomado de

10 “Yo trabajé en una revista que se llamaba Los anales de Buenos Aires
“Yo trabajé en una revista que se llamaba Los anales de Buenos Aires ... Cuando teníamos que entrar en prensa, había tres páginas en blanco. Entonces, a mí se me ocurrió un argumento, “La casa de Asterión” ... Aquella noche no salí. Lo escribí antes y después de cenar y a la mañana siguiente. Y a la tarde llevé el cuento. Tomé los datos de un diccionario. Un lindo cuento. Debió influir un óleo del pintor inglés Warch. En ese cuadro, el Minotauro no es un toro griego, es un toro inglés, con los cuernos muy cortos, que está mirando tristemente un jardín. De allí debió venir la idea. Es un cuento ocasional mío. “El jardín del Minotauro” lo escribí en dos días, cosa que no me sucede, ya que yo trabajo muy lentamente: corrijo mucho los borradores. Pero ese cuento, no; tuve que improvisarlo, y más o menos me salió bien esa guitarreada. Digamos esa payasada…” (Declaraciones de Jorge Luis Borges a Juan Gasparini [1984], Clarín, 22 de agosto de 1999)

11 Tres citas clave de Ana María Barrenechea (revista Ciberletras)
Nada es origen, insiste Borges. Siempre se re-pite, se re-lee, se re-escribe. No conocemos quién fue el primero en decir algo. Pero también es necesario -como lo ha señalado- volver sobre esas antiguas intuiciones con una voz que las haga propias. El relato y su paratexto establecen un constante juego de pistas y trampas como desafíos al lector. ... existencia simultánea de los opuestos, unidos e irreconciliables en tensión oximorónica, característica de Borges.


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