estratégicamente clave: El final de la

Presentación del tema: "estratégicamente clave: El final de la"— Transcripción de la presentación:

1 estratégicamente clave: El final de la
Tercer texto estratégicamente clave: El final de la segunda parte de la Biblia Hebrea Malaquías 3,

2 Otro texto ubicado en un lugar estratégico, en la medida en que
cierra todo el “corpus propheticum” es el final del último de los “profetas posteriores”

3 El texto pone a Moisés junto a Elías –personajes que no por casualidad
aparecen junto a Jesús en la escena de la “transfiguración”– y contiene afirmaciones similares

4 Malaquías 3, (4,4-6) 3, Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb preceptos y normas para todo Israel…

5 3, He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible

6 3,24 Él hará volver el corazón
de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema

7 Este texto concluye –a modo de inclusión con Josué 1– todos los libros proféticos

8 En cuanto a la ley de Moisés, Malaquías 3,22 contiene
–antes del oráculo que anuncia el retorno de Elías– algunas afirmaciones importantes

9 tr:ßAT Wr§k.zI yDI+b.[; hv,ämo ytiy“WIci rva] ‘brExob. AtÜAa
3,22 Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, al que prescribí a él en el Horeb

10 yji(P'v.miW ~yQIßxu laeêr"f.yI-lK'-l[;
preceptos y normas para todo Israel

11 El versículo manda “recordar” la “ley de Moisés”

12 El ministerio de los profetas debe estar al servicio
de “recordar” la Ley de Moisés y reconducir al pueblo infiel a su Dios Varios textos entienden el ministerio profético de este modo, es decir, como un instrumento de la Ley, como un servicio tendiente a lograr la fidelidad de Israel a la Ley de Moisés (aunque no son tan explícitos como Mal 3,22): cf. 2Re 17,13; Jer 25,4; 26,5; 29,19; 35,15. El Señor nunca ha dejado de enviar profetas para exhortar a su pueblo a la conversión (aunque ellos no quisieron escuchar). Por ejemplo, Jer 26,4-6 "Les dirás, pues: «Así dice Yahveh: Si no me oís para andar según mi Ley que os propuse, 5oyendo las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío asiduamente (pero no habéis hecho caso), 6entonces haré con esta Casa como con Silo, y esta ciudad entregaré a la maldición de todas las gentes de la tierra»".

13 Varios textos entienden el ministerio profético de este modo,
es decir, como un instrumento de la Ley, como un servicio tendiente a lograr la fidelidad de Israel a la Ley de Moisés

14 …aunque no son tan explícitos como Malaquías 3,22…
Cf. 2 Reyes 17,13; Jeremías 25,4; 26,5; 29,19; 35,15.

15 El Señor nunca ha dejado de enviar profetas para exhortar a su pueblo
a la conversión Cf. 2 Reyes 17,13; Jeremías 25,4; 26,5; 29,19; 35,15.

16 Por ejemplo, leemos en Jeremías 26,4-6
26,4 Les dirás, pues: «Así dice Yahveh: Si no me oís para andar según mi Ley que os propuse 25,5 oyendo las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío asiduamente (pero no habéis hecho caso)… Cf. 2 Reyes 17,13; Jeremías 25,4; 26,5; 29,19; 35,15.

17 25,6 …entonces haré con esta Casa como con Silo,
Jeremías 26,4-6 25,6 …entonces haré con esta Casa como con Silo, y esta ciudad entregaré a la maldición de todas las gentes de la tierra» Cf. 2 Reyes 17,13; Jeremías 25,4; 26,5; 29,19; 35,15.

18 Su misión es no permitir que se pierda
Los profetas han de ser la “memoria viviente” de Israel Su misión es no permitir que se pierda de vista la herencia dejada por Moisés Este, por cierto, no es el único modo de entender el ministerio profético. De hecho, muchos textos proféticos apuntan al futuro, alentando la espera de tiempos mejores (profecías mesiánicas, visiones escatológicas). Lo que se intenta subrayar aquí es que la configuración canónica de la Escritura favorece una comprensión del profetismo según la cual los profetas son ante todo custodios el intérpretes de la Ley (¡cf. Mat 5,17-20!) De la página

19 Según esta interpretación “canónica” de la Biblia,
la profecía actualiza la ley y, en cuanto don sagrado, la mantiene viva en la memoria de Israel

20 La Ley de Moisés es ley divina Yahweh mismo la ha mandado (3,22b)

21 Su autoridad no es de origen humano sino divino
Es fruto de una revelación no de la razón humana

22 Esta Ley se encuentra sobre todo en el Deuteronomio (3,22c)

23 En este libro, Yahweh aparece en el monte Horeb, no en el monte Sinaí

24 Comparar, por ejemplo, Deuteronomio 5,2 con Éxodo 19,1

25 Deuteronomio 5,2 Yahveh nuestro Dios ha concluido con nosotros una alianza en el Horeb Exodo 19,1 Al tercer mes después de la salida de Egipto, ese mismo día, llegaron los hijos de Israel al desierto de Sinaí

26 es típicamente deuteronomista (cf. Deuteronomio 5,1; 11,32;
Además, la expresión “decretos y normas” es típicamente deuteronomista (cf. Deuteronomio 5,1; 11,32; 12,1; 26,16)

27 Oráculo sobre la venida de Elías
‘ykinOa'( hNEÜhi ~k,êl' x;leävo hY"åliae taeÞ aybi_N"h; 3,23 He aquí que yo os envío a Elías el profeta

28 Oráculo sobre la venida de Elías
aAB… ynE©p.li hw"ëhy> ~Ayæ ar")ANh;w> lAdßG"h; antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible

29 Oráculo sobre la venida de Elías
‘tAba'-ble byviÛhew> ~ynIëB'-l[; ~ynIßB' bleîw> ~t'_Aba]-l[; 3,24 Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres

30 Oráculo sobre la venida de Elías
aAb§a'-!P, ytiîyKehiw> #r<a"ßh'-ta, `~r<xE) no sea que venga a herir la tierra de anatema

31 Sólo Elías es mencionado entre todos los profetas porque es el más
parecido a Moisés

32 y “escuchó a Dios” en la caverna
Como Moisés marchó hacia el Horeb (1 Reyes 19) y “escuchó a Dios” en la caverna

33 Ambos pasaron en soledad “cuarenta días y cuarenta noches”
en la montaña del Señor (Éxodo 24,18; 34,28; Deuteronomio 9,9 y 1 Reyes 19,8)

34 Como Moisés tuvo que enfrentar a un pueblo completamente
alejado de Dios

35 Según la tradición de 2 Reyes 2,1-11,
no murió sino que fue arrebatado al cielo, puede volver y hacer de Israel definitivamente una comunidad de familias que aprenden la Torá, conforme al espíritu de Deuteronomio 6,4-9 Además, el Señor prometió a Moisés que haría surgir en el pueblo un profeta como él (Deut 18,5.18)