********************************* Camino a la Verdadera Vida

Presentación del tema: "********************************* Camino a la Verdadera Vida"— Transcripción de la presentación:

1 ********************************* Camino a la Verdadera Vida
Gracias, Señor, porque tu camino me lleva a realizar mis sueños, porque en él encuentro la meta de mis proyectos, porque amplía mi horizonte a veces tan estrecho y tan pequeño, porque da sentido a mis más profundos deseos. Gracias, Señor, porque tu verdad da consistencia a lo que pienso y lo que creo, porque me ayuda a clarificarme entre tanta oscuridad por la que me muevo, porque consigue sacar lo mejor que llevo dentro, porque me ayuda a comprender tanta cosas que no entiendo. Gracias, Señor, porque tu vida me sirve de referencia y de espejo para saber orientarme con tu valores y tus criterios, porque me provoca y me interpela para mantenerme despierto, porque da plenitud a todo lo que espero. Gracias, Señor, por ser el Camino, la Verdad y la Vida que vienes a mi encuentro. Perdón, Señor, porque escucho… “no perdáis la calma”, y el miedo, las dificultades y los contratiempos hacen que mi vida esté agitada. “creed en Dios y creed también en mí”, y dudo, exijo pruebas y me falta confianza. “os llevaré conmigo”, y no termino de entregar mi vida de manera desinteresada. “el que cree en mí, hará las obras que yo hago”, y la comodidad me impide salir de mi vida rutinaria. ********************************* Ayúdanos, Señor… a no desatendernos de lo importante; a ser más sensibles a todo tipo de necesidades. a acercarnos a ti para poner en práctica lo que tú nos mandes. a ser piedras vivas, construyendo con nuestra aportación buenos ambientes en nuestras familias, en nuestro lugares de trabajo, en nuestras comunidades… a sentirnos elegidos, consagrados y llamados por ti para ser anunciadores de tu mensaje. a no perder la calma, a encontrar en ti la fuente donde se serenan todas nuestras ansiedades. a encontrar en tu Camino la Verdad, la Vida y la Luz que ilumine nuestras oscuridades. a conocerte, seguirte y amarte. A abrir camino me llamas . No hay caminos en mi vida, Señor; apenas senderos que hoy abro y mañana desaparecen. Yo estoy en la edad de los caminos: caminos cruzados, caminos paralelos. Yo vivo en encrucijada y mi brújula, Señor, no marca el norte. Yo corro cansado hacia la meta y el polvo del camino se me agarra a cada paso, como la oscuridad a la noche. Yo voy a galope caminando, y a tientas busco un rastro, y sigo unas pisadas. Y me digo: ¿Dónde me lleva el camino? ¿Eres quien ha extendido a lo largo de mi vida un camino? ¿Cuál es el mío? Si Tú me lo has dado, me pertenece. ¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado, quiero saber la meta. Señor, yo busco tu camino y me fío de tu Palabra. Dame fuerza, tesón a cada paso para caminar contigo. Yo busco ahora un camino, Señor. Tú, que eres Camino, da luz verde a mi vida pues a abrir camino Tú me llamas 5º Dom. Pascua. Ciclo A Camino a la Verdadera Vida CUENTA CONMIGO. Álvaro Fraile AFRONTAR LOS CONFLICTOS. Tensiones, discrepancias, divisiones, bandos, posturas cerradas… En cualquier relación humana siempre están presentes los conflictos. También existían en las primeras comunidades cristianas. Lo importante que nos enseñan es cómo hacen para solucionarlos: atención a las necesidades, fijándose en lo que es más importante, poniendo buena disposición para organizarse, saber compaginar los distintos dones y cualidades, nunca imponer nada que no se asuma entre las distintas partes, saber ceder en función de un bien mayor, mediar para encontrar las prioridades … Encuentran soluciones desde la clave del servicio: cada uno dedicado a aquello que ayuda al bien común. Puedo pensar en algún tipo de conflicto en mi vida y pedir a Dios que me ayude a encontrar las claves para resolverlo. ¿Cómo convivo con las diferencias? ¿me ayudan a crecer y superarme? ¿son motivo desamor y resentimiento? SER PIEDRAS VIVAS. Elegidos, consagrados, amados por Dios, llamados… a vivir con otros, para colaborar en la construcción de lugares y espacios de relación y de encuentro, de acogida y escucha, de comprensión y creación de un mundo nuevo…. Cada uno aportar nuestra peculiaridad, nuestro granito de arena, nuestro compromiso pequeño (¿cuál puede ser el mío?): en la familia, en el lugar de trabajo o estudio, en la comunidad a la que pertenezco… Sabiendo que sólo construyo bien si tengo un sólido fundamento, una base estable en Cristo y su evangelio. NO PERDER LA CALMA. Muchas situaciones, experiencias, personas, acontecimientos…. me llevan a perder los nervios, me hacen estar agitado, ir “acelerado” por la vida, creando tensión, generando desconcierto... Jesús me invita a buscar espacios de tranquilidad y sosiego; momentos para hacer pausas en medio del ajetreo, cambiar la perspectiva, hacer “distanciamientos” para verlo todo en su justo medio. Crear confianza en mí mismo, en Dios, en los demás para mejorar las relaciones y centrar la vida en lo esencial. ¿Qué me hace perder la calma? ¿Qué me quita paz? ¿Qué es lo que me inquieta y desasosiega? ¿cómo encontrar el equilibrio interior? VERDADERO CAMINO QUE LLEVA A LA VIDA. La oferta de caminos con los que me encuentro es casi infinita. No todos conducen a lo mejor y más conveniente. No todos me orientan a un buen destino. ¿Quién me sirve de guía? ¿A quién sigo? ¿En qué caminos estoy embarcado en este momento de mi vida? ¿hacia dónde me están llevando? ¿Qué huellas voy dejando a mi paso? ¿El evangelio de Jesús va marcando mi propio itinerario? Como dice el poeta, el camino se hace al andar, pero si no tengo clara la meta no puedo orientar bien mi caminar. ¿A qué metas quiero llegar? “Quien me ve a mí, ve al Padre”, dice Jesús. Quién nos ve a nosotros ¿ve a Jesús, ve a Dios? ¿Qué mostramos con nuestro estilo de vida? ¿Qué vamos reflejando en nuestras conversaciones, en las actividades que realizamos, en las compañías de las que nos rodeamos, en los vínculos afectivos que vamos creando…? Piedras vivas que construyen casas donde la acogida es un hecho y no sólo una palabra. que crean puentes para unir orillas separadas. que en ti están bien fundamentadas.

2 Salmo 32,1-2.4-5.18-19 R/. Que tu misericordia, Señor,
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,1-7): En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron: «No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra». La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe. Salmo 32, R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/. La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/. Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/. 

3 Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2,4-9): Queridos hermanos: Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. Por eso se dice en la Escritura: «Mira, pongo en Sion una piedra angular, elegida y preciosa; quien cree en ella no queda defraudado». Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos. Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.

4 Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-12):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».