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LA BIOGRAFIA DE RICARDO PALMA
Escritor peruano que nació el 7 de febrero de 1833 en Lima. Cursó estudios en la escuela de Antonio Orengo y en la de Clemente Noel. Con sólo quince años fue director de un periódico satírico llamado "El Diablo". El diario "El Comercio" publica sus primeros poemas. En 1849 estudia en el Convictorio de San Carlos y en 1852 estrena "Rodil" y colabora en la hoja satírica titulada "El Burro". Poco tiempo después publica "Corona patriótica" y "Juvenilia (Lima, 1855).
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TEMA CENTRAL DE LA OBRA La obra TRADICIONES PERUANAS lo podemos sintetizar en lo dicho por E.Diez-Canedo “Ricardo Palma no se a propuesto escribir la historia del Perú como los autores de las florecillas, no se propuesto escribir la vida de San Francisco. Esta comparación, esta comparación., a primera vista arriesgada, conviene sin duda al arte que nos dejan ver las tradiciones. Son también “florecillas "arrancadas aquí y allá en un huerto que las ha producido en exuberante profusión, desde las magnificas flores gigantescas de la descabellada aventura y el increíble heroísmo hasta la corolita de pétalos caedizos que se deshace apenas la mano tiende a tomarla: un simple rasgo de arrojo o un guiño de picardía.
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RESUMEN DE LA OBRA TRADICIONES PERUANAS
AL RINCÓN QUITA CALZÓN Esta obra narración del gran tradicionista Ricardo Palma, tiene como personaje principal al obispo de Arequipa, Chávez de la Rosa. Él obispo que tomo gran empeño en el progreso intelectual del seminario . .Una mañana llego el obispo en sus acostumbrada visita y descubrió que el profesor de latín había faltado a clases ,y decidió remplazar al titular , aquellos tiempos regía aquel pensamiento que sentenciaba que la letra con sangre entra y era común el azote a los desaplicados .Un Alumno se equivoco al responder una pregunta y el señor Chávez ordenó:¡AL rincón !¡Quita Calzón!, que significa ser castigado. Luego otro alumno fue condenado ala misma pena y luego fueron una docenas los que tuvieron que pasar ¡AL rincón! ¡Quita Calzón!, hasta que llego el turno a un revejido que ante la pregunta de su señoría, guardó silencio que fue interpretado como ignorancia y nuevamente la frase ¡AL rincón! ¡Quita Calzón! Se dejo escuchar .El chico obedeció murmurando entre dientes, y el obispo intrigado decidió averiguar que mascullaba el pequeño, y le encaró hasta que el muchacho le confeso que el también quería hacer una pregunta y se lanzo al ruedo con la venia de su ilustrísima .La pregunta fue:¿Cuánto Dominus Vobiscum tiene la misa? el obispo no supo responder la pregunta y todos los castigados fueron amnistiados. Desde entonces su señoría se convirtió en protector de aquel niño que era de familia muy pobre. Con el paso de los años aquel niño fue uno de los prohombres de la independencia y uno de nuestros mas prestigiosos oradores. Su nombre fue Francisco Javier de Luna-Pizarro.
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AL PIE DE LA LETRA El capitán Paiva era un hombre fornido de gran estatura. Paiva tenía un problema: que seguía las instrucciones al pie de la letra, es decir, no entendía metáforas o expresiones similares. Este problema fue la causa por la cual Paiva nunca ascendió. Cuentan algunas anécdotas acerca de él: El teniente Salaverry encarga una misión a Paiva que consistía en buscar y apresar a un hombre pero en caso que no lo encontrase debería ir y allanar su casa. Paiva llego y dijo que el mandato estaba listo, entonces fue cuando explico que había derrumbado todas las paredes que allí habían y que el terreno de la casa estaba tan llano como la palma de su mano. Salaverry escondió la risa que le retozaba. Salaverry tenia por asistente a un soldado que tenia por apodo “cuculí”, este abusaba de la confianza de Salaverry, ya que, se habían conocido cuando niños. Llego un momento en el que Salaverry advirtió a Cuculí que si seguía cometiendo tantas barrabasadas él iba mandarlo a fusilar. Hasta que un día debieron darle una gran queja a Salaverry para que ordenase a Paiva fusilar a Cuculí entre dos luces. Media hora después regreso Paiva con la orden cumplida, lo fusilo entre dos faroles. A Salaverry se le escapo una lagrima ya que él solo quería atemorizar a su asistente, él pensaba enviar la orden de indulto antes de rayar el alba o lo que es lo mismo estar entre dos luces. Pocos días antes de una batalla Paiva planeo un ataque que requería de algún lancero, para lo cual necesitaba de la autorización de Salaverry. Paiva insistió mucho en lo de los lanceros, fue tanta su insistencia que Salaverry le contesto que hiciera lo que quisiera y que se mande a matar, lo cual Paiva tomo como orden y al momento que combatía, después de matar a un boliviano y subirlo al caballo (como lo prometió) Paiva llego a donde Salaverry herido por las balas. Ya que Salaverry le dijo mándate a matar y Paiva lo tomo como una orden.
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BEBA PADRE QUE LE DA LA VIDA
En el año 1668 vino un fraile portugués de la orden de San Jerónimo, era el Padre Núñez. En cuanto el padre llega a Lima, la virreina Ana de Borja, recibió un anónimo que denunciaba que el padre era en realidad un espía secreto enviado por Portugal. La virreina convoco a sus oidores y todos opinaron que se le condenara a la horca; la astuta virreina dijo a su audiencia que dejen el caso en sus manos y ella sabría comprobar el autentico cargo de Núñez. Ese mismo día la virreina manda a su mayordomo a preparar una gran comida para el padre Núñez. En el momento de la prueba, doña Ana entra al comedor con los oidores y pudieron comprobar que Núñez era cura por medio de 2 pruebas que fueron fácilmente superadas por el padre Núñez: La primera consistió observar la cantidad de comida que podía comer el padre Núñez, si este era un fraile debía comer demasiado y sin ningún tipo de cargo de conciencia. En esta prueba Núñez comió rápidamente hasta saciarse. Para la segunda prueba se necesito poner un cántaro de barro, lleno de agua. En caso que el padre Núñez fuera realmente fraile, este no debería beber del cántaro con pulcritud ya que en el refectorio no se acostumbraba a tomaron pulcritud. Al terminar las pruebas Doña Ana se levanto de la mesa junto con los oidores y acordaron en dejar libre al sacerdote.
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LAVAPLATOS La hacienda San Borja era bastante grande y pertenecía a los jesuitas pero no disponía de la cantidad suficiente de agua. En el año 1651, el alcalde provincial Dr. Bartolomé de Azaña se propuso a realizar una revisión de todas las haciendas, hablo de esto al virrey Sr. Conde de Salvatierra. Ambos ya estaban acostumbrados a visitar haciendas hasta que llego el turno de San Borja. Después de la inspección a los puntos hidráulicos, los loyo listas no se quedaron atrás y ofrecieron un exquisito almuerzo, pero el virrey se percato que su plato era el único que estaba lavado. Los jesuitas atribuyeron este hecho a la escasez de agua en la hacienda. Y de esta forma consiguieron que les asignen un riego mas para el uso de la cocina. Por esta anécdota el fundo San Borja fue bautizado como Lavaplatos.
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EL INCAS AJEDRECISTAS Los incas ajedrecistas es una de las tradiciones peruanas de don Ricardo Palma que nos transporta como siempre a la agitada vida de los primeros españoles en el Perú. El relato se apoya en una tradición popular del siglo XVI, recogida por un anónimo cronista que da cuenta de cómo una partida de ajedrez y su consejo para mover una pieza, le costó la vida al Inca Atahualpa y a su sucesor, impuesto por sus verdugos, llamado Manco, hijo de su hermano Huáscar a quien había mandado asesinar por el trono. Con el estilo ameno que lo caracteriza, Palma relata las intensas partidas de ajedrez que sostenían los capitanes Hernando de Soto y Juan Riquelme entre otros, en la casa donde estuvo prisionero el Inca Atahualpa, desde 15 de noviembre de 1532 hasta su muerte. Era común ver a los hispanos sentarse frente al tosco tablero y mover las fichas de barro, mientras el Inca aparentemente se sumía en la preocupación de su destino final, sin prestar atención a las partidas. Pero pronto, demostraría que no era así.
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En una de las tardes ajedrecistas de Hernando de Soto y Riquelme, el primero intentó movilizar el caballo, pero el inca lo detuvo diciéndole "No capitán, no....el castillo". Ante la sorpresa general. Después de una breve reflexión, De Soto siguió el consejo y dio un inesperado mate, luego de unas cuantas jugadas. Desde aquella tarde, el inca era invitado a jugar una sola partida por De Soto, quien le cedía las piezas blancas en muestra de gentileza. Atahualpa se convirtió en un buen discípulo. Otros españoles, salvo Riquelme, también lo invitaban, pero el inca declinaba cortésmente a través de su intérprete Felipillo. La tradición popular cuenta que Riquelme no perdonó la intromisión de Atahualpa en su derrota ante De Soto. De los24 jueces convocados por Pizarro, se le condenó por 13 votos contra 11. Riquelme firmó por su muerte, determinaría la pena de muerte al Inca. Pero el ajedrez cobraría nuevamente protagonismo entre los incas y los hispanos...para congraciarse con los nativos, Pizarro entregó la insignia imperial a Manco, un joven de apenas 18 años a quien, como primogénito de Huáscar le correspondía la corona. Sin embargo, en la contienda entre almagristas y pizarristas que se sucedieron por el poder, Manco apoyó a los primeros y los acogió en Vilcabamba, donde había fijado su corte. La convivencia con los almagristas hizo que el nuevo inca se "españolizara" y cogiera sus gustos, entre ellos, el ajedrez y las bochas. Estaba escrito una vez más, que el ajedrez movería sus piezas con el signo de muerte. Una tarde, jugando una partida con un hispano, intentó hacer un enroque prohibido por las reglas del juego. Apenas lo hizo, se escuchó un comentario despectivo de su oponente, al que Manco pasó por alto para seguir defendiendo su jugada. Los ánimos se caldearon y un bofetón del inca al agresor, fue respondido por dos puñaladas que apagaron su vida. Los nativos cobraron venganza y mataron no sólo al verdugo de Manco, sino a cuanto español encontraban en el lugar. Irónicamente, mover las piezas de un noble juego, determinaba una vez más el destino de un inca.
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LA ENTRADA DEL REY Seríamos distraídos si no describimos la entrada a la ciudad de un virrey. El primero que entró con ceremonial fue don Andrés Hurtado de A Mendoza. Llegados de México o España recalaban en Paita y a caballo hasta Santa; de allí, enviaban los pliegos y títulos para el virrey saliente o la Audiencia. La Audiencia los pasaba al Cabildo y al otro día, autoridades y vecinos ilustres salían a la plaza, y entre música y cohetes se pregonaba la noticia. El día de la entrada, alas doce, montaba el virrey en un lujoso coche. La procesión iba por la calle de las Mantas hasta San Sebastián, y luego Monserrate. Allí se le acercaba el mayordomo de la ciudad, y ofrecía le el caballo. Descendía el virrey, subía al tablado y(con su esposa, si la había) sentábase para presenciar el desfile. Llegaban la Inquisición, el Cabildo y aguardaba la Real Audiencia. Parábase el virrey y uno de los regidores, comisionado por el Cabildo dirigíale el discurso de saludo, que finalizaba llamándolo a juramento. El virrey se arrodillaba y el escribano del Cabildo decía: “¿Vuecencia, jura por Dios, Santa María, los Evangelios; por el crucifijo y señal de la cruz, que guardará a la ciudad los fueros que los reyes le han concedido?”. - Así juro y prometo -contestaba el virrey.- Si así lo hiciere, Dios le ayude -decía el más anciano de ellos. Y el pueblo, humildísimo, vasallo, prorrumpía en vítores. La Audiencia se acercaba y montaba el virrey a caballo. Delos balcones arrojaban las señoras flores sobre él. En el atrio de la Catedral, el clero lo recibía y se cantaba un Tedeum. Luego, con los oidores y personalidades entraba en palacio, donde lo recibía el virrey cesante. Las candeladas en las calles, corridas y demás regocijos no se ceñían a programa alguno. La huelga duraba tres días. Ricardo Palma
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OTRAS OBRAS MAS DE RICARDO PALMA EN TRADICIONES PERUANAS
La gruta de las maravillas. La achirana del inca. Palla huarcuna. Hernando de soto. Un cerro que tiene historia. El caballo de Santiago apóstol. El demonio de los andes. Los tres motivos del oidor. Barchilón.v Pasquín y contrapasquin. Un virrey casamentero. Carta canta . El abogado de los abogados. La virgen del sombrerito. Minucias historias, etc.
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INTEGRANTES GRACIAS LOPEZ HINOSTROZA, Maira Yomira
MAURICIO GUTIERREZ, Milagros Edith GRACIAS
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