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Lazarillo de Tormes … de sus fortunas.

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Presentación del tema: "Lazarillo de Tormes … de sus fortunas."— Transcripción de la presentación:

1 Lazarillo de Tormes … de sus fortunas

2 El Lazarillo como germen de la novela picaresca
1. Origen de la picaresca. El panorama literario de la primera del s. XVI 2. Germen del Lazarillo 2.1 Lo autobiográfico 2.2 Lo picaresco 2.3 Lo folclórico 3. La novedad del Lazarillo. 4. Evolución de la novela picaresca ÍNDICE

3 1. Panorama literario de la primera del s. XVI
[…] ¿qué podía aprender el autor anónimo en la narrativa de tiempos del Emperador? Los manuales acostumbran a clasificarla en diversas modalidades (caballeresca, pastoril, morisca, etc.) y dan la impresión de ilustrar cada una de ella con tan solo la muestra más significativa de un panorama copioso. A la altura del Lazarillo, no hay tal. Quien maneje un inventario de los libros impresos en español en el decenio de 1545 a 1554 no podrá por menos que observar la exigüidad de la prosa de imaginación. Los libros de caballerías son la única variedad fértil y bien establecida; las otras, tan caras a los manuales, o se reducen a alguna flor en el desierto o, sencillamente, todavía no existen. (Ed. de F. Rico, p. 48*)

4 1545 – 1554: “Exigüidad de la prosa imaginación”
Libros de caballerías Novela sentimental Cárcel de amor Cuestión de amor (1513, 1533, 1539, 1554) Proceso de cartas de amores (1553) Lo bizantino Clareo y Florisea (1552) Historia etiópica (1554, en castellano) Lazarillo de Tormes Diana (1559) Abencerraje (1561) 1545 – 1554: “Exigüidad de la prosa imaginación” 1554

5 Manuscrito de las Decretales de Gregorio Magno (British Library, Decretales de Smithfield, f. 217v.)

6 ¿Cómo y oliste la longaniza y no el poste? ¡Olé! ¡Olé! – le dije yo.
Lazarillo de Tormes, ed. de Francisco Rico, p. 130 Lazarillo: “Sus, vamos nuestro camino.” Ciego: Aguija, vamos ayna. ¡Ay que m’e dado mezquino! Lazarillo: Pues que oliste el tocino, ¿cómo no oliste la esquina” Cancionero de Sebastián de Horozco.

7 3. Evolución de la novela picaresca
Grabado de la princeps de La pícara Justina (1605)

8 - El Buscón - La pícara Justina - Segunda parte del
Guzmán de Alfarache - El guitón Onofre Lazarillo de Tormes Guzmán de Alfarache 1554 1599

9 La novela picaresca, ed. de
P. Jauralde Pou, Madrid: Espasa Calpe, 2001, p. XLVII

10 El pícaro Yo, señora, soy de Segovia; mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo (Dios le tenga en el cielo), fue tal como todos dicen, de oficio barbero, aunque eran tan altos sus pensamientos que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa y, según él bebía, es cosa para creer. Estuvo casado con Aldonza de San Pedro, hija de Diego de San Juan y nieta de Andrés de San Cristóbal; sospechábase en el pueblo que no era cristiana vieja. (El Buscón) Pues sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nascimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre; y fue desta manera: mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río […] En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre […] (Lazarillo de Tormes).

11 La autobiografía “La persona del pícaro constituye el solo lazo de unión, el resto es un constante ir y venir de figuras episódicas. Aunque lleguemos a la conclusión de una aventura, nunca termina definitivamente la relación de la vida del protagonista, siempre cabe una continuación, y la lectura de la obra puede empezarse por la mitad y por el capítulo que se quiera. La falta de limitación y de verdadera trabazón interior son ciertamente defectos esenciales de la novela picaresca, pero es innecesario acentuarlos, porque estas historias no son ni puede ser otra cosa que autobiografías.” (Vid. Ludwig Pfandl, Historia de la Literatura Nacional Española en la Edad de Oro).

12 “Si he de decir lo que siento, la vida picaresca es vida, que las otras no merecen este nombre; si los ricos la gustasen, dejarían por ella sus haciendas, como hacían los antiguos filósofos, que por alcanzarla, dejaron lo que poseían; digo por alcanzarla, porque la vida filósofa y picaral es una; sólo se diferencian en que los filósofos dejaban lo que poseían por su amor, y los pícaros, sin dejar nada, la hallan. […] De manera que la vida picaresca es más descansada que la de los reyes, emperadores y papas. Por ello quise caminar como por camino más libre, menos peligroso y nada triste. (Vid. Juan de Luna, Segunda parte del Lazarillo de Tormes, 1620).


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