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Figura 1. Detalles de bosques isla residuales en la zona de estudio. Las dos fotos de abajo muestran la intensa transformación en campos de cultivo. Figura.

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1 Figura 1. Detalles de bosques isla residuales en la zona de estudio. Las dos fotos de abajo muestran la intensa transformación en campos de cultivo. Figura 2. Delimitación de la zona de estudio en rojo que se corresponde en su mayoría con la vega del Guadalquivir. Esta zona se encuadra principalmente en el sector biogeográfico Hispalense (provincia Bética) marcado en azul. En negro el contorno de Andalucía. MATERIAL Y MÉTODOS Para este estudio se ha contado, como cartografía de referencia, el Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo de Andalucía (MUCVA), a escala 1:25.000, obtenido a partir del vuelo americano de 1956 (Junta de Andalucía). Como cartografía actual, hemos realizado una cartografía basada en procesos de fotointerpretación con ortoimágenes de 2013 y complementada de diversas fuentes cartográficas (entre otras, el MUCVA de 2007, Cartografía SIOSE Andalucía a escala 1:10.000, actualización 2009 y el Mapa forestal de Andalucía a escala 1:50.000 del 3 er Inventario Forestal Nacional 1997-2007). Mediante el software ArcGis 10.1 hemos calculado el total de polígonos perdidos en estos casi 60 años. Usando la cartografía de usos actual, podemos conocer el destino de las teselas que se hayan perdido. La figura 3 muestra un detalle de la ortofoto en el año 1956 y la cobertura de quercíneas, y su equivalente actual durante el proceso de digitalización. Se ha utilizado como referencia los límites sector biogeográfico Hispalense, de la vega del Guadalquivir. No obstante, se han detectado una serie de zonas en los bordes que no cumplen con los requisitos establecidos ya que en dichos territorios hay un claro dominio de un uso forestal, por lo que no pueden considerarse como zonas aisladas y por tanto como bosques isla, por lo que se ha realizado un proceso de depuración de dichos límites. Igualmente, hemos aplicado un buffer de 1 km para aquellas zonas que estuvieran próximas a zonas forestales y por lo tanto no podrían considerarse como desconectadas. Por otra parte en la zona oriental, se han incrementado los límites en el territorio eminentemente agrícola de la vega del Guadalquivir que no forma parte del sector Hispalense Para el estudio de la fragmentación de los parches de quercíneas y análisis de su conectividad en el paisaje, se ha usado la herramienta CONEFOR 2.6 (http://www.conefor.org/). Dicha metodología está basada en estructuras de grafos, que representa espacialmente el conjunto de parches del paisaje. Conefor calcula el índice PC (índice de la probabilidad de conectividad), que es la probabilidad de que dos puntos situados al azar en el paisaje estén conectados, en un conjunto formado por n parches y sus conexiones (Saura y Rubio 2010). Es un valor único para todo el paisaje, y mide la cantidad de hábitat disponible en el paisaje. Además CONEFOR estima, usando modelos probabilísticos, la contribución a la conectividad de cada parche individualmente: el índice dPC, que es el porcentaje de variación de PC causado por la eliminación de cada parche o tesela en el paisaje. Cada tesela tendrá su propio valor dPC. A mayor índice dPC de un parche, mayor es el papel de este en la conectividad, y por tanto en el paisaje. Para el cálculo de dPC se tiene en cuenta tres factores, reflejados cada uno en un índice: la conectividad interna dentro de cada parche (dPCintra), que representa la propia conexión existente dentro del propio parche (intrapatch) y sus recursos disponibles; el flujo de dispersión directa con el resto de parches (dPCflux), sin pasar por otro parche puente, es lo que se conoce también como interpatch, y por último, la contribución de cada parche como elemento conector o puente (stepping stone) entre el resto del parches del paisaje (dPCconnector). La distancia máxima de dispersión utilizada para todos los estudios fue de 500 m.http://www.conefor.org/ INTRODUCCIÓN La pérdida de hábitat y la fragmentación son consideradas las principales causas de pérdida de diversidad biológica. Formaciones naturales, generalmente bosques, de amplia distribución han sufrido una progresiva transformación quedando reducidas a parches o teselas inconexos encerrados en una matriz hostil (Forman, 1995). Esta transformación ha sido muy frecuente en Europa Occidental y especialmente evidente en la vega del Guadalquivir. Los bosques originales han sido transformados desde antiguo en extensos y fértiles campos de cultivo quedando solo algunas zonas de vegetación natural relegadas a parches inconexos y fuertemente antropizados (figura 1). Estas formaciones residuales, generalmente conocidas como bosques isla (BI) suponen un importante núcleo para la recuperación de algunas zonas abandonadas o para la creación de corredores ecológicos. El área de estudio seleccionada (figura 2) corresponde con el valle del Guadalquivir, que se circunscribe principalmente al sector biogeográfico Hispalense (provincia Bética). Predominantemente agrícola, su extensión va de este a oeste ocupando gran parte de Andalucía. Se trata de un ecosistema mediterráneo, siendo la encina (Quercus ilex L. subsp. ballota [Desf.] Samp.) la principal especie arbórea. Por lo tanto, la zona de estudio comprende principalmente a la serie de vegetación termomediterránea (Smilaco mauritanicae- Querceto rotundifoliae S.) y la mesomediterránea (Paeonio coriaceae-Querceto rotundifoliae S., faciación termófila) de la encina. En menor medida también se pueden encontrar zonas propias de alcornoques (Q. suber L.), acebuches (Olea europaea L. var. sylvestris Brot.) y más raramente quejigo (Q. faginea Lam.). El objetivo principal de este estudio es la evaluación de los BI de quercíneas de esta zona, fundamentalmente encina, perdidos desde mediados del siglo XX (1956) y el incremento de la fragmentación que ha podido generar este cambio de uso. Figura 3. Comparativa de la ortofotografía de 1956 (arriba) y actual (abajo) del suroeste de la ciudad de Córdoba con la delimitación de los bosques isla de quercíneas en rojo. RESULTADOS Y DISCUSIÓN La figura 4 y tabla 1 muestran los resultados del análisis espacial de la zona de estudio en los dos períodos. La superficie se ha reducido en un 57%. Este cambio obedece, principalmente, a la pérdida de numerosos parches que hoy día tienen otro uso. No obstante, de las 11.794 ha de BI actuales, un 37% (4.334 ha) han sido, afortunadamente, de nueva creación, aunque el área media de estas nuevas teselas es de 4,6 ha, bastante baja como para garantizar una buena conectividad ya que son pequeñas o residuales. Estos parches nuevos proceden de zonas reforestadas, matorral abandonado que ha evolucionado a quercíneas o bien a errores en la cartografía del 56 de la que ya no tenemos certeza de si eran quercíneas o no por la deficiente calidad de la imagen. Si nos fijamos en los polígonos actuales en su conjunto, es interesante destacar que el área media de los polígonos actuales se ha reducido en un 52% mientras que el perímetro medio se ha mantenido relativamente constante (solo un 20% de variación). Esto indica que parches más o menos consistentes han quedado relegados a finos setos o linderos o bien que han sido fragmentados en varios. El efecto borde en estos casos se incrementa notablemente. Si calculamos la diferencia entre la superficie original y la perdida y superponemos la capa de usos actual, podemos conocer en qué usos se ha producido el cambio (tabla 2). Casi un 90% de los parches perdidos han quedado convertidos en cultivo, destacando los herbáceos en secano con una ocupación de un 50% del área total y los olivares con aproximadamente un 20%. Solo un 1% está ocupado por bosques (plantación forestal en este caso). Existe un porcentaje relativamente alto (7,2%) de pastizal, matorral y suelo desnudo con potencialidad para ser transformado en BI si se aplicaran las medidas oportunas. Los usos fuertemente antrópicos (urbano, industrial, minas, embalses) suponen sólo un 3,7%. Los resultados de análisis de conectividad indican claramente que el valor de PC (tabla 3) ha disminuido considerablemente (casi un 60%). La zona ha sufrido la pérdida de numerosos elementos, se encuentran peor conectados y el área de cada polígono es menor. Hay por tanto menos disponibilidad de parches que intervengan en la conectividad de las quercíneas en el paisaje. Con respecto a los valores medios de dPC, los resultados indican que el papel de los polígonos actuales es menor con respecto a 1956, para la distancia de dispersión considerada (500 m), fundamentalmente por pérdida de área. La figura 5 muestra un detalle de una zona al suroeste de la ciudad de Córdoba, donde se aprecia la disminución de la conectividad desde el año 1956, según los valores de dPC, al disminuir su número y tamaño. Por contra, en la figura 6 se muestra una zona situada al suroeste de Baena (Córdoba) donde la conectividad es mayor actualmente, mayores valores de dPC, debido a la fusión de fragmentos aislados y a la aparición de nuevos parches. Con respecto a los valores desglosados de dPC, dado que el aislamiento o la fragmentación actual en el paisaje es mayor, el papel de la conectividad interna de los polígonos (dPCintra) ha aumentado al encontrarse más aislados. Las posibilidades de dispersión con otros parches han disminuido y gana relevancia el flujo interno. Sin embargo, los valores de flujo directo y puente entre polígonos (dPCflux y dPCconnect, respectivamente) han descendido, especialmente las conexiones puente. CONCLUSIÓN. La zona se ha antropizado fuertemente en estas últimas décadas, siendo los cultivos el mayor motivo de la pérdida de BI. Estos resultados demuestran el aumento considerable de la fragmentación de los BI de quercíneas persistentes la vega, un incremento del efecto borde y una limitada conectividad entre las teselas remanentes. Este fenómeno de cambio de uso y fragmentación no ha sido generalizado en toda Europa Occidental ya que muchas zonas no aptas para agricultura han mostrado una clara recuperación en los últimos tiempos (Fuchs et al, 2013). Sin embargo, aquellas zonas con clara potencialidad agrícola sí han sufrido una intensa presión y ha supuesto una fuerte barrera para la dispersión de especies. El objetivo último de este estudio sería sentar las bases que permitan establecer medidas para la recuperación de zonas de la depresión del Guadalquivir que aún pueden tener potencialidad de BI y el establecimiento de setos y linderos en las zonas más críticas para el establecimiento de corredores ecológicos. BIBLIOGRAFÍA Forman, R. T. 1995 Land Mosaics, The ecology of Landscapes and Regions. Cambridge University Press. Fuchs, R., Herold, M., Verburg, P.H., Clevers, J.G.P.W., 2013. A high-resolution and harmonized model approach for reconstructing and analysing historic land changes in Europe. Biogeosciences 10, 1543-1559. Saura, S., Rubio L. 2010. A common currency for the different ways in which patches and links can contribute to habitat availability and connectivity in the landscape. Ecography 33: 523-537. FRAGMENTACIÓN Y CONECTIVIDAD DE LOS BOSQUES ISLA DE QUERCÍNEAS EN LA VEGA DEL GUADALQUIVIR: UN ANÁLISIS RETROSPECTIVO. HELENA HERNÁNDEZ CERPA 1, ANTONIO SÁNCHEZ ALMENDRO 1, JAVIER LÓPEZ TIRADO 1, RAFAEL PORRAS ALONSO 2 Y PABLO HIDALGO FERNÁNDEZ 1 1 Departamento de Ciencias Integradas. Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEIMAR) y de Medio Ambiente, Biodiversidad y Cambio Global (CEICAMBIO). Facultad de Ciencias Experimentales. Universidad de Huelva. 21071-Huelva. 2 Biogeos, Estudios Ambientales, SL. Parque Científico Tecnológico Rabanales 21. Córdoba. Bosques Islanº PolígonosÁrea (ha)Área media (ha)Perímetro (m)Perímetro medio (m) 19561.16027.297242.681.3352.311 Actual1.03911.794111.928.6751.856 Perdido12115.50312752.660455 Cambio (%)1057522820 Tabla 1. Análisis de los BI de quercíneas actuales y los existentes en el año 1956. También se muestran los porcentajes de los cambios experimentados. Figura 4. Distribución espacial de los BI de quercíneas en el valle del Guadalquivir. Los parches de color rojo representan los BI de quercíneas que existían en 1956 y que actualmente han desaparecido. De color verde los que han permanecido en estos 60 años junto a otros de nueva creación. Usos de sueloÁrea (%) Cultivo88,1 Pastizal2,8 Matorral2,5 Suelo desnudo1,9 Tejido urbano1,7 Zonas mineras1,3 Plantación forestal1,0 Tejido industrial0,5 Embalses y balsas0,2 Tabla 2. Porcentajes del área de los usos de suelo que han sustituido a los BI de quercíneas desde 1956 hasta la actualidad. PCdPCdPCintradPCfluxdPCconnect 195645.133.7601934012033 Actual19.235.4201774610822 Cambio (%)579-151032 Tabla 3. Valores para una distancia de dispersión de 500 m, de la conectividad global del valle del Guadalquivir (PC), de la suma de la importancia de cada parche en la matriz (dPC) y de sus respectivos factores desglosados en diferentes índices (dPCintra, dPCflux y dPCconnect) del año 1956 y de la actualidad, junto con sus correspondientes porcentajes de cambio en dicho intervalo de tiempo. Figura 5. Detalle de una zona situada al suroeste de la ciudad de Córdoba, del conjunto de teselas de BI de quercíneas. Cada tesela se ha coloreado según el valor categorizado de dPC. Figura 4a.: parches de quercíneas existentes en 1956. Figura 4b.: parches presentes en la actualidad. Figura 6. Detalle de una zona situada al suroeste de Baena (Córdoba), del conjunto de teselas de BI de quercíneas. Cada tesela se ha coloreado según el valor categorizado de dPC. Figura 5a.: parches de quercíneas existentes en 1956. Figura 5b.: parches presentes en la actualidad. Grupo adscrito a:


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