Audio: Cortázar. ¿Qué haces por la playa jugando con tu sombra? a cada paso un puntapié en desgano desparrama impacientes ramilletes de nadas. Ornelia Mora
Es un consuelo sí, una cierta paz-gaviota que va a los saltitos por la rubia frontera de la arena reseca con la espuma que moja.
Zapatillas se llevan los granos testigos que estarán en el patio cuando caiga la tarde al llegar a la estancia y al ponerte en descalzo serán pan a la rosa que esperaba su parte.
Es el turno que toca al blanco picaporte como quién entra a un templo lentamente te pierdes en esa distancia que privara a sus ojos de la toalla celeste que te seca la noche.
El sonido de un piano te arrulla los bostezos el libro a tu costado se duerme contigo y una vez más en el sueño dolerás el reproche de por qué no dijiste lo que muerde tu labio: -aunque sea por hoy… no te quiero de amigo.
Ornelia Mora ¿Qué haces por la playa jugando con tu sombra? a cada paso un puntapié en desgano desparrama impacientes ramilletes de nadas. Es un consuelo sí, una cierta paz-gaviota que va a los saltitos por la rubia frontera de la arena reseca con la espuma que moja. Zapatillas se llevan los granos testigos que estarán en el patio cuando caiga la tarde al llegar a la estancia y al ponerte en descalzo serán pan a la rosa que esperaba su parte. Es el turno que toca al blanco picaporte como quién entra a un templo lentamente te pierdes en esa distancia que privara a sus ojos de la toalla celeste que te seca la noche. El sonido de un piano te arrulla los bostezos el libro a tu costado se duerme contigo y una vez más en el sueño dolerás el reproche de por qué no dijiste lo que muerde tu labio: -aunque sea por hoy… no te quiero de amigo. Ergasto©4-09 FIN