EL EQUIPO A LA LUZ DEL CARISMA DEL PRADO III
La misión de evangelizar a los pobres compete a toda la Iglesia.
Pero el Espíritu suscita diferentes carismas, para impulsar desde dentro, la misión de todos.
El dinamismo del carisma en la Iglesia y el mundo, debería comprenderse, ante todo, desde la dinámica de la parábola de la levadura en la masa.
No se trata de ser un grupo de especialistas
Sino de contribuir con sencillez a que toda la Iglesia tenga en el centro de sus preocupaciones la evangelización de los pobres. No se trata de ser un grupo de especialistas
El P. Chevrier se sintió llamado a tomar la iniciativa para asociarse personas que tuvieran la misma vocación del Señor. 1.- La vida evangélica reclama la vida de equipo
El P. Chevrier se sintió llamado a tomar la iniciativa para asociarse personas que tuvieran la misma vocación del Señor. El 28 de agosto de 1865 escribía que soñaba desde hacía más de10 años con que hubiera sacerdotes pobres en las parroquias, pues le parecía que el tener «sacerdotes pobres según Dios» era lo fundamental (Carta 53). 1.- La vida evangélica reclama la vida de equipo
El Prado no es una simple asociación al servicio de los sacerdotes, para una ayuda mutua… Estamos ante una vocación.
El Verdadero Discípulo es una persona que vive de la escucha del Maestro, que busca conocerlo mejor para que sea él quien viva en él.
No se trata ya de copiar a Jesús ni de seguirlo desde el exterior… Sino de permanecer en Cristo, si seguimos la terminología de Juan.
O bien, que Cristo viva en nosotros, si nos fijamos en la experiencia de Pablo. No se trata ya de copiar a Jesús ni de seguirlo desde el exterior…
Nuestros equipos del Prado están llamados a ser espacios donde escuchamos y acogemos sin cesar, con alegría y sencillez desde nuestra fragilidad, la gracia de una auténtica conversión teologal y misionera.
Puesto que somos convocados, la fidelidad de uno pasa por la fidelidad de los demás.
Música: A Day Without Rain Texto: D. Antonio Bravo