CRISTIANISMO VICTORIOSO Lección 2

Una vida basada en un fundamento sólido I. Antes de construir una vida, debe existir una base sólida. A. Nuestra base debe ser la de Dios y no la del hombre. 1. El fundamento del hombre es frágil (Job 4:18-20; 22:15-16). Las bases del hombre equivalen a ninguna base (Lucas 6:49).

2. El fundamento de Dios es seguro (II Ti. 2:19; Prov. 10:25). Las bases de Dios son seguras y eternas.

B. Nuestra base es la roca, Cristo Jesús (Ro. 15:20; I Cor. 3:9-11). 1. Él es una roca ofensiva y una piedra de tropiezo (Ro. 9:33). 2. Es la piedra que los constructores rechazaron (Hechos 4:11-12; Salmo 118:22-23).). 3. Somos bendecidos si no nos ofendemos por Él (Lucas 7:23; Juan 16:1).

Cuando aplicamos correctamente a nuestras vidas los principios de la doctrina de Cristo, conseguimos que nuestra base esté verdaderamente sobre la piedra fundamental de Él. (Heb. 6:1-3).

C. Nuestros fundamentos son la parte más importante del edificio (Salmo 11:3). Una buena base será una gran ayuda para su vida Cristiana. 1. Permitirá que seamos fuerte ante las tormentas de la vida (Mateo 7:25; Colosenses 2:8; I Ti 6:19). 2. Ayudará a establecer nuestra fe (Col. 2:6-7).

D. Nuestras bases serán muy costosas (Lucas 14:28-30). 1. Requiere experimentar la cruz (Lucas 14:27). 2. Requiere la negación de sí mismo (Marcos 8:34-38). 3. Requiere cavar profundo (Lucas 6:48). 4. Requiere perder la vida del alma (Marcos 8:35).

5. Requiere la rendición de todas las pertenencias de la vida (Lucas 18:22-23). No puede existir nada que vaya primero que Jesús. Cualquier cosa que tengamos por encima de nuestra relación con el Señor es una forma de idolatría. Esto incluye, pero sin limitarse a, los siguientes: Algunas pertenencias (automóvil, ropa, casa, etcétera.)

Algunas actividades (pasatiempos, tomar alcohol, entretenimiento, la profesión, etcétera.) Algunos amigos, familiares o conocidos 6. Requiere entregarse a la humildad (Mateo 21:42-44). 7. Requiere un amor total para Dios (Lucas 14:26).

8. Requiere una fijación permanente hacia la meta. (Lucas 9:62). Aun cuando pueda parecer muy costoso, nada es realmente un sacrificio, porque lo que Dios pide que dejemos por El es nada comparado a lo que El nos entrega a cambio (Lucas 18:28-30; Romanos 8:18; II Cor. 4:16-18).