Adviento José Una Reflexión de Robert P. Maloney, C.M.
José nos enseña a caminar con Dios
Joseph supo cómo escuchar la Palabra de Dios y actuar con ella.
Dios habló a José en sueños: No tengas miedo en tomar a María como tu esposa — José la acogió en su casa. Lleva al niño y a su madre a Egipto — Marcharon aquella misma noche. Ponte en camino a Israel — él sale inmediatamente. No vayas a Judea — él cambia su ruta y se asienta en Galilea.
El sueño de José, óleo sobre lienzo de Georges de la Tour, hacia 1640
José confió en la providencia de Dios, cada día. Él creía en las palabras reveladoras de Dios y se apresuró a ponerlas en práctica.
José tiene mucho que decir a los que viven en la tradición vicenciana.
San José y el niño Jesús, El Greco, 1599 Detalle (Original en la Casa Provincial de las Hijas de la Caridad, Zaragoza) Para José, la palabra de Dios es de suma importancia. Para Vicente, esta palabra “nunca falla”.
¿Es la palabra de Dios el centro de su vida? ¿Es el agua que le da vida cuando su corazón y su mente están secas? ¿Es un martillo para usted cuando está a punto de ceder? ¿Es comida, más dulce que miel, cuando tiene hambre de saber lo que Dios le pide?
José conoció el dolor y la vergüenza de la pobreza cuando no había espacio en la posada, y tuvo que colocar a su hijo pequeño en un pesebre.
Natividad de Cristo, por Lorenzo Lotto, 1523
José creía que Dios caminaba con él, que Dios es fiel a las promesas, que Dios está vivo, y que podemos encontrar a Dios no sólo en la luz, sino también en la oscuridad.
La palabra de Dios era su fuerza. La Fe profunda era su luz en la oscuridad. ¿Es la Palabra de Dios su fuerza?
¿Ve usted la presencia de Dios, incluso cuando el sufrimiento, las privaciones y la violencia parecen reinar?
Adaptado por Gail Rieth, RSM c. 2006