Los malos compañeros Proverbios 1:8-19

Introducción Esta es la primera lección sobre la sabiduría en ésta sección del libro (Cap. 1-9). La instrucción de los padres (1:8-9) Ambos tienen la responsabilidad en la crianza. Aquí se pintó un cuadro hermoso, de un padre y una madre comprometidos en la crianza de sus hijos. Para que la disciplina sea eficaz, es imprescindible que los padres estén de acuerdo. Los jóvenes tienen que elegir entre la instrucción de los buenos padres y lo que ofrecen los compañeros del mundo.

I. LO QUE OFRECEN LOS PADRES PIADOSOS (1:8-9) Ofrecen instrucción y dirección que servirán a su hijo todos los días de su vida. Al principio la instrucción y dirección de los padres piadosos no es apreciada: Se debe formar un gusto por la sabiduría, esto requiere persistencia, sensibilidad y atención (cf. Prov. 2:1; 3:1; 2 Tim. 1:5; 3:15). Cuando los “amigos” sufran las consecuencias de sus hechos, entonces el joven prudente apreciará la disciplina.

II. LO QUE OFRECE LA MALA COMPAÑÍA (1:10-19) La pandilla. Asociación. Identificación. Además, la mala compañía ofrece al joven: Poder (1:11-12). Riquezas (1:13). Sentido de pertenencia (1:14). La tentación del joven puede refrenarse con la amonestación y el ejemplo (Ex. 23:2; Prov. 13:20; Sal. 1:1-3; 1 Tes. 5:22; 1 Cor. 15:33). Son varias las ilustraciones bíblicas del mal consejo de parte de amigos y familiares (Ej. Gen. 19:30-38; 2 Sam. 13:1-15)

III. EL FIN DE LAS SELECCIONES El fin de lo que ofrecen los padres piadosos: Una instrucción que adorna al hijo de por vida (1:9). Una conducta apreciada por todos los que ven la prudencia del hijo sabio. El fin de lo que ofrece la mala compañía (1:15-19). Daño y autodestrucción. “No os engañéis; Dios no se deja burlar: porque todo cuanto el hombre sembrare, eso también segará” (Gal. 6:7, VM).

Conclusión Padres, trabajen juntos en la crianza de sus hijos. Ellos valen demasiado para que ustedes los descuiden. Hijos, presten atención a sus padres, por muy duro que les parezca ahora, a fin de cuentas ¡vale la pena! Si usted quiere ser buen padre, venga hoy a la familia de Dios y aprenda del Padre celestial. Si usted no tuvo un buen padre, ahora puede tener uno allá en los cielos.

Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.

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