El gran secreto del Rey Eustaquio Víctor Vargas Víctor Vargas y Pablo Rodríguez Pablo Rodríguez
Corría el verano de 1895, en el castillo del Rey Eustaquio, en el pequeño pueblo de Villa Marchita. Era un castillo inmenso, con cuatro grandes torreones en las esquinas, una puerta de madera gigante y ventanucos de vidrio. Pero dentro del castillo pasaban cosas espantosas, cosas que nadie esperaba …
El Rey Eustaquio tenía tres hijos llamados Francisco, Santi y Alfonso. El Rey tenía mujer pero ella estaba en la cárcel ya que él la había acusado de un robo que había cometido él. Pero lo mantenía en secreto …
Un día los niños volvieron un poco más tarde del paseo que habían dado a caballo por el pueblo. Paca, la asistenta del castillo, les pilló y se lo dijo al rey, este se puso furioso: -¿Por qué llegáis tarde?, me lo podéis explicar -Verá padre, es que nos hemos entretenido comprando unos dulces-Dijo Santi. -¿Y dónde están? -Pues …- Respondió Alfonso- Nos los comimos. -¡¿cómo?! Antes de cenar. Lo pagareis caro…
El Rey se fue a su cuarto, y con miedo sus hijos le siguieron, y al llegar a la habitación el Rey les dijo: -¡ Estáis castigados tres meses !, y ahora me voy a la ceremonia de la boda de mi primo. El Rey salió del castillo y Paca le acompañó. Los príncipes aprovecharon para husmear en la habitación de su padre.
Cuando entraron empezaron a mirar por los cajones. Los chicos no encontraron nada interesante y salieron del cuarto, pero Alfonso chocó con la cama y de debajo del colchón salió un diario. Se quedaron parados y mirándose. Ninguno de los tres se atrevía a cogerlo. Francisco nervioso y poco decidido lo cogió y empezó a leer en voz alta las últimas páginas …
-” 23 de febrero de Cada día va peor, ya no me hace caso. No me obedece, delante de otros nobles me pone en evidencia. No soy feliz. Estoy pensando traicionar a mi esposa María Antonieta acusándola de un robo que voy a cometer yo. Además tengo a Paca, ella siempre será mucho mejor, y además me ayudara a cometer el robo.”
Al descubrir que su padre había acusado a su propia mujer, fueron a decírselo a la máxima autoridad del pueblo. El Rey fue detenido por robo y Paca por cómplice. La madre de los chicos fue liberada, y entonces todos se mudaron a otro castillo que no estaba en ningún pueblo y que estaba rodeado por un precioso lago. Vivieron felices para siempre