“El problema de mi amigo Juan” Miguel-A.

Jorge entra al bar, y ve a su amigo Juan sentado en la barra, con una sonrisa de oreja a oreja. - Juan ¿por qué estás tan contento hoy?. - ¡Jorge, tengo que contártelo todo!.

- Ayer -explica Juan-, estaba en el muelle limpiando mi yate, cuando llega una hermosa morena, pequeñita, pero preciosa, y me dice: "- ¿Me das un paseo en tu yate?." "- ¡Por supuesto que te doy un paseíto en mi yate!". - Y cuando estábamos mar adentro, apagué el motor, y le dije: "- Elige: ¿hacer el amor, o nadar?". - ¡Y la chica no sabía nadar, Jorge! ¡No sabía nadar!.

Al día siguiente, Jorge vuelve al mismo bar, y de nuevo allí está su amigo Juan, con una sonrisa aún mayor que la del día anterior. - ¿Y hoy por qué estás tan contento, Juan?. - ¡Jorge, no me la vas a creer! ¡Tengo que contártelo!.

- Hoy estaba en el muelle, solo - explica Juan-, terminando de limpiar mi yate, cuando llega una hermosa rubia, despampanante, que me dice: "- ¿Me das un paseo en tu hermoso yate?". - "¡Claro, como no, muñeca!. ¡Vamos a dar una vuelta con el yate!". - La llevé mar adentro, y, cuando estábamos allá, apagué el motor, y le dije: "- Elige una de ambas cosas: ¿hacer el amor, o nadar?". - ¡Y la tipa no sabía nadar, Jorge! ¡No sabía nadar!.

Pasan un par de días, y Jorge entra otra vez al bar. Juan está en la barra, semillorando, con una cerveza en la mano. - ¿Qué te pasa Juan? ¿Por qué estás hoy así de triste?. - ¡Bueno, Jorge, a ti no puedo esconderte nada!.

- Ayer, estaba en el muelle nuevamente, solo, limpiando mi yate -explica Juan-, y aparece una estupenda morena súper sexy, y me dice: "- ¿Me das un paseo en tu yate?". "- ¡Cuando quieras, nena!". - Y cuando estábamos allá mar adentro, apagué el motor, y le dije: "- Elige lo que quieras: ¿hacer el amor o nadar?". - Mira, Juan, ¡qué esa historia ya me la has contado dos veces!.

- No, Jorge, no. ¡Ésa no! ¡Esa historia nunca te la he contado! -continua diciendo Juan-. La morena se quitó el top, Jorge. ¡Y qué busto! ¡Tenía unas tetas enoooormes! Luego, se quitó la minifalda que llevaba. ¡Una minifalda chiquiiiitita... más mini que falda!.

- ¡Y era un hombre, Jorge! ¡Era un hombre con un pene enoooorme!... y yo... Jorge... ahora, el que no sabía nadar era yo. ¡Jorge, yo no sé nadar! ¡No sé nadar!.