Audio: Whinsical Seabird (d/a/i) Arte: S/imágenes web d/a Dos Poemas de: Felipe Benítez Reyes Y “de Caídas” - Ergasto

El soneto nocturno. La luna era ese párpado cerrado que flotaba en el circo de la nada y el niño retenía la mirada su hipnótico vagar de astro cegado. La noche es un jardín narcotizado con esencias de alquimia y sombra helada y tu infancia una estrella disecada en el taller de niebla del pasado. La luna vive ahora en los relojes que lanzan sus saetas venenosas sobre la esfera blanca de este sueño. De este sueño sin fin del que recoges la ceniza dorada de esas cosas de las cuales un día fuiste dueño. Felipe Benítez Reyes

La Condena El que posee el oro añora el barro. El dueño de la luz forja tinieblas. El que adora a su dios teme a su dios. El que no tiene dios tiembla en la noche. Quien encontró el amor no lo buscaba. Quien lo busca se encuentra con su sombra. Quien trazó laberintos pide una rosa blanca. El dueño de la rosa sueña con laberintos. Aquel que halló el lugar piensa en marcharse. El que no lo halló nunca es un desdichado. Aquel que cifró el mundo con palabras desprecia las palabras. Quien busca las palabras lo cifren halla sólo palabras. Nunca la posesión está cumplida. Errático el deseo, el pensamiento. Todo lo que se tiene es una niebla y las vidas ajenas son la vida. Nuestros tesoros son tesoros falsos. Y somos los ladrones de tesoros. Felipe Benítez Reyes

de Caídas Y cae sin poder siquiera ganarle al viento la pulseada. Marioneta que a su antojo lo hace barrilete en el respiro de la madre que lo ignora. Ella gira, gira y gira sin que importe que también es ciega al trompo del traslado. Gota cae y se le aplasta la nariz contra las hojas. (Caer de corazón, sería una zamba). Es la piedad azarosa del otoño que le pone un colchón como mortaja. Ahí nomás, el cercano jardín es un milagro (no creo que sea burla) un perfume de rosas alquimista le inunda despedidas cuando el barro. Pensó que en sí, que en yo, que en mío, tengo, y se olvidó o no supo que algún algo se encuentra en el espejo cuando un otro lo envuelve de regalo. Que basta en una horqueta ser del aire a las manos de ternura de ¿quién sabe? Que suele haber más de una flor y se canta en los aljibes de los patios. Que uno es viaje de roldanas, soga y siempre compañero a todo hombre, mismo viaje. Ergasto

FIN Ergasto-Art