Todos nosotros deseamos seguridad, felicidad... Mas¿dónde la podemos encontrar? - Muchos la buscan en las COSAS, en los bienes terrenos y, para ello, se dedican febrilmente a empresas grandiosas y lucrativas. A veces basta la simple visita de un ladrón, un fracaso en los negocios, el desempleo, una dolencia... y se pierde lo acumulado...

- Otros buscan seguridad y felicidad en las PERSONAS, y acaban después profundamente decepcionados... Perciben que, lo que este mundo ofrece, no es suficiente para poner aquí la felicidad. Sólo Dios puede hacernos plenamente felices... Las Lecturas bíblicas profundizan esta Verdad:

La 1ª Lectura recuerda que la situación del pueblo se hizo insoportable por el afán de ganancia de los poderosos de entonces. Lo que le llevó al autor sagrado a afirmar: "Vanidad de vanidades, y todo es vanidad". (Eclo 1,2; 2,21-23) * Esa afirmación nos recuerda que las cosas terrenas son una “pompa de jabón" y nos invita al desapego.

En la 2ª Lectura, Pablo nos exhorta a lo mismo: “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba..y no los de la tierra... “ (Col 3, ) En el Evangelio, Cristo denuncia la codicia y la preocupación exagerada por los bienes terrenos... (Lc 12,13-21) - Un desconocido pide a Jesús que resuelva un problema de herencia. - Jesús se niega, porque es difícil hacer justicia cuando existe codicia. Y advierte: “Guardaos de toda clase de CODICIA, la vida de un hombre no depende de sus bienes..."

- Para ilustrar la verdad, cuenta la Parábola del RICO INSENSATO, que construyó graneros para almacenar una cosecha abundante, pensando así tener seguridad para vivir tranquilamente. Pura ilusión: Aquella misma noche iba a morir... y se presentó con las manos vacías ante Dios... - Y Jesús concluyó: "Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios."

La ganancia de los bienes terrenos es la causa de muchos males... - ¡Cuántas peleas y divisiones en la división de la herencia! - ¡Cuántas luchas... para vencer al competidor! - ¡Cuantos fraudes, injusticias y corrupción... en el deseo insacible de bienes! - ¡Cuántas discriminaciones: porque se cree que las personas valen por lo que tienen! Pura ilusión: La fuente de la vida está sólo en Dios... Y la muerte nos convence de esa dura realidad...

La enseñanza de Jesús toca de lleno a los que viven obcecados con los bienes, orientan su vida en el sentido del "tener" y condicionan toda su vida y su hacer. Cristianos viviendo en la riqueza, cuanto muchos hermanos en la fe viven en pobreza, sin experimentar la solidaridad de sus hermanos y hermanas en la fe que viven saciados de bienes terrenales La Palabra de Dios nos cuestiona.

Hoy es muy común tener para todo un seguro... Seguro de vida, del coche, robos, incendios, accidentes... Nuestra vida eterna también debe estar asegurada. Pero no puede estar asegurada con las riquezas de este mundo... y sí con los tesoros reconocidos por Dios.

El dinero nos da la falsa sensación de seguridad. El único fundamento seguro de nuestra existencia es Dios... En Él, hasta el dinero adquire otro sentido: No será más instrumento de SEPARACIÓN, sino de COMUNIÓN, una señal de amor... ¿Dónde estamos depositando nuestra seguridad y construyendo nuestra felicidad? Nuestro corazón ha sido hecho para Dios, Y sólos en Dios encontrará la verdadera y plena felicidad...

Estamos en el mes vocacional. La Vocación es un don gratuito, una llamada, una invitación, una propuesta de Dios, que se presenta a nuestra liberdad y nos pide una toma de decisión. Esa llamada es un gran misterio de amor entre nosotros y Dios, que conoce bien el corazón de cada uno. En este domingo, queremos recordar de modo especial la Vocación Sacerdotal. A nuestros Sacerdotes, nuestra gratitud y nuestra oración... P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS

Meditada por: P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS MI DOMINGO Con la Palabra de Dios Hoy: domingo, 4 de outubro de 2015 las 20:36:59 Se te invita a visitar nuestra página web y a disfrutar de otros mensajes como estos Aquí tiene la dirección Presentación: Nelso Geraldo Ferronatto Traducción: P. José Luis Uranga CMF Música: Hino da CFE 2010