Hace tiempo que quería decírtelo.

Aprovecho este día del Amigo para estar más cerca tuyo.

Sé que muchas personas se van a saludar en este día. Algunas tienen una amistad como la nuestra o todavía más profunda. Otras personas se saludan en señal de buen trato, o porque, a veces, “no se ve muy bien que no te saluden”.

No te voy a decir cómo es nuestra amistad. Como bien sabés, a través del tiempo y conociéndonos como nos conocemos, hemos pasado distintas cosas. Te acompañé, me acompañaste, nos hemos divertido muchísimo, tantas veces hemos podido pensar en voz alta, compartir sueños y expectativas. También, porque no, nos hemos amargado y nos hemos enganchado en broncas con o sin sentido.

Pero no quiero dejar pasar este día sin decirte dos cosas: Gracias por tu amistad. Entiendo que va más allá de las cosas que hago bien o mal, me has bancado mucho y generalmente entendés lo que siento o lo que me pasa. ¡Eso no tiene precio!

2. Si hay algo bueno en mi amistad hacia vos, no es cosecha propia. Nadie puede dar lo que no tiene. Y esto viene de mi convicción de fe. Las cosas buenas las he aprendido de y por Jesús. Hace tiempo conocí y aprendí que Dios nos ama y que Jesucristo es el modelo de amigo. No es que yo lo haya alcanzado, pero eso quisiera.

Lo hemos charlado alguna vez, pero como bien sabrás, Dios se hizo uno como nosotros en Jesús, para mostrarnos cómo se vive bien la vida y cómo Dios quiere que la vivamos. No le fue fácil. Hasta lo mataron por eso. Él tuvo muchos amigos y amigas, pero 12 en especial a los que acompañó y sostuvo hasta la muerte. Aún a quienes no lo entendieron o lo traicionaron, aún cuando le hacían preguntas obvias o medio tontas, aún cuando tenían miedo en las situaciones difíciles y huían.

Él les dijo: yo los elegí a Uds y quiero que se quieran (amen) unos otros. Uds. son mis amigos porque yo les he contado todo lo que sé acerca de Dios y el sentido de la vida.

Por la amistad que nos une hace tiempo no quiero, ni puedo dejar de decirte que esto es el centro de mi vida. Creo en Jesucristo y que nuestra amistad también tiene que ver con esto. Creo que Jesús también puede ser el sentido de tu vida.

Cuando tengas ganas lo charlamos, mano a mano O si quisieras, te venís para mi iglesia, donde también hay gente como yo, nadie perfecto, pero que también siente estas cosas.

Con el afecto de años! Tu amigo/a Iglesia Evangélica Metodista Argentina Secretaría de Evangelización