Domingo 27 del Tiempo Ordinario La fe como un Domingo 27 del Tiempo Ordinario grano de mostaza ¿Tenemos fe?

La Palabra de Dios de este domingo , nos habla de la importancia de la fe.

En la 1ª Lectura, El Profeta HABACUC cuenta su experiencia de fe. Ante la extrema violencia y corrupción, que ve en el pueblo, se queja impaciente: “Hasta cuándo clamaré, Señor,...?" Y el Señor le exhorta a no desanimarse. Él intervendrá en el momento oportuno: “... el justo vivirá por su FE".

Aviva el fuego de la gracia de Dios que recibiste.... En la 2ª Lectura: PABLO anima a Timoteo, cansado y preocupado por las adversidades: Aviva el fuego de la gracia de Dios que recibiste.... No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor... Toma parte en los duros trabajos del evangelio... ... Vive con fe y amor cristiano. Guarda este tesoro...

El Evangelio de hoy tiene dos partes. 1º.- Ante el camino difícil propuesto por Cristo, los Apóstoles están tentados a volver atrás, como muchos ya lo habían hecho y le piden al Señor que aumente su fe.

En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe."

"Si tuvierais fe como un granito de mostaza... Granos de mostaza

diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar ... diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería.

2º.- La gratuidad de la fe. Nuestro servicio y nuestra fidelidad al Señor es de hijos y no de asalariados, exigiendo una recompensa.

“Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer".

La fe no es creer en algo, sino en ALGUIEN. Es una ADHESIÓN DE VIDA al Proyecto de Dios. Un encuentro personal con Dios, en Jesucristo.

Salmo 94 Escucharemos tu voz, Señor.

Escucharemos tu voz, Señor. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, vitoreándolo al son de instrumentos. Escucharemos tu voz, Señor.

Escucharemos tu voz, Señor. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Escucharemos tu voz, Señor.

Escucharemos tu voz, Señor. “No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Masá, en el desierto, cuando vuestros padres me pusieron a prueba, y me tentaron, aunque habían visto mis obras.” Escucharemos tu voz, Señor.

Aleluya La palabra del Señor permanece para siempre; y esa Palabra es el Evangelio que os anunciamos.