Lectio divina del Salmo dominical 1R 19,4-8: Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios. Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9: Gustad y ved qué.

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Transcripción de la presentación:

Lectio divina del Salmo dominical 1R 19,4-8: Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios. Sal 33, : Gustad y ved qué bueno es el Señor. Ef 4,30: Vivid en el amor como Cristo. Jn 6,41-51: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Domingo XIX del Tiempo Ordinario Año B: Somos saciados con el Pan que Dios nos da.

Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

Gustad y ved qué bueno es el Señor.

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 33 (34) [ 1 De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue despachado por él y se marchó.] 2 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; 3 mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. 4 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. 5 Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. 6 Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. 7 Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. 8 El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. 9 Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. 10 Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; 11 los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. 12 Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor; 13 ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? 14 Guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; 15 apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. 16 Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; 17 pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. 18 Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; 19 el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. 20 Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; 21 él cuida de todos sus huesos, y ni uno sólo se quebrará. 22 La maldad da muerte al malvado, los que odian al justo serán castigados. 23 El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos º: salmos º: salmos Y 3º: salmos Salmo 33: El Señor, salvación de los justos. Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Dentro del primer libro, el salmo 33 se encuentra en la introducción (salmos 33-36) de la Segunda Colección de David (salmos 33-71) de redacción más antigua que la Primera Colección.

El salmo 33 (34) es un salmo alfabético de carácter sapiencial con elementos de acción de gracias. La enseñanza propuesta no es una doctrina teórica sino la formulación de una experiencia espiritual. Aunque el título del salmo hace referencia a 1Sm 21, 10-15, al tiempo del reinado de Saúl, la composición se puede situar en la época del exilio o tiempo posterior. Su estructura es la siguiente: Vv. 2-11: un “pobre del Señor” (un anawin) alaba y da gracias al Señor que lo ha salvado de una gran tribulación y angustia. A esta alabanza anima a los humildes, a los fieles. Quien alaba y teme al Señor nunca se verá defraudado, será salvado y protegido, no le faltará de nada. Vv : es una reflexión sapiencial sobre la retribución de un sabio anciano: “Venid, hijos, escuchadme…” Lo que enseña es el temor del Señor. Temer al Señor equivale a buscarlo y es sinónimo también de fidelidad. Este temor incluye la observancia de los mandamientos y es fuente de bendiciones y prosperidad. Quien lo guarda experimentará la cercanía de Dios, quien lo rechaza su propia maldad recaerá sobre él. v. 23: es un añadido litúrgico. No parecía bien terminar el salmo con una amenaza. San Juan aplica el versículo 21 de este salmo a Cristo muerto en la cruz (Jn 19, 36), reconociendo la protección del Padre sobre el cuerpo ya muerto de su Hijo. Esta protección no es tardía, antes bien prueba que la protección de Dios supera la muerte. Lectio ¿Qué dice el texto?

Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Prueba a leer este salmo en boca del profeta Elías: contempla su angustia camino del Horeb y cómo el Señor lo reanima por medio de su ángel. ¡Con qué gozo exulta al Señor porque lo ha librado de todos sus temores! Realmente, él reconoció que había gustado y visto la bondad del Señor… ¿Y tú?

En el Evangelio Cristo se nos manifiesta como la plenitud de aquel alimento que dio fortaleza a Elías para caminar cuarenta días y cuarenta noches hacia el monte del Señor. Jesús es el verdadero Pan que ha bajado del cielo, el Pan de vida que cada domingo –y cada día- se nos ofrece en la Eucaristía como prenda de vida eterna. ¿Vivimos de Él o lo criticamos porque no nos entra en la cabeza y el corazón por su extrema sencillez?

No pongamos triste al Espíritu Santo, dejémonos guiar por Él, así gustaremos y bendeciremos al Señor en todo momento. El camino es superior a nuestras fuerzas, comamos el Pan de Dios con respeto y amor. ¡Sin desánimos, se hace camino al andar!

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque en la Eucaristía nos haces gustar y ver tu Bondad: la participación en tu vida divina. Haz que, a pesar de nuestros desánimos, te bendigamos en todo momento y proclamemos al mundo tu alabanza. Amén.

“ Algo nos ha dado ya; nos ha dado en prenda su Espíritu. ¿Qué significa «nos ha dado en prenda»? Este darnos su Espíritu viene a significar esto: «Mira si te daré algo, que ya desde ahora te doy lo que ha de encender la llama de la caridad para que la golosina te empuje a la hartura.» Gustad y ved cuan suave es el Señor. De lo que ahora libáis seréis saciados. Se saciarán de la abundancia de tu casa, dice; y sigue: Porque se halla en ti la fuente de la vida, y en tu luz veremos la luz. ¿Son, acaso, diversa cosa la fuente de la vida y la luz? Dícese de muchos modos esto; mas, dígase como se diga, siempre resulta inefable. Así, pues, animémonos y arda en nosotros la llama del deseo. Dilatárnoslo no es quitárnoslo. Avancemos hacia esa meta sublime: allí encontraremos nuestra hartura, allí la fuente de la vida; esa fuente de la vida que vino a revestirse de nuestra carne es el imán de nuestros deseos. Indignos, regaló su muerte; dignos, nos guarda su vida. ” (S AN A GUSTÍN, Sermón 142, 9)S AN A GUSTÍN Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

Gustad y ved qué bueno es el Señor. Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…