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Lectio divina del Salmo dominical

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Presentación del tema: "Lectio divina del Salmo dominical"— Transcripción de la presentación:

1 Lectio divina del Salmo dominical
San Pedro y San Pablo Hch 12,1-11: Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes. Sal 33, : El Señor me libró de todas mis ansias. 2Tm 4, : Ahora me aguarda la corona merecida. Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

2 El Señor me libró de todas mis ansias.

3 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

4 El Señor me libró de todas mis ansias.

5 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

6 El Señor me libró de todas mis ansias.

7 Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

8 El Señor me libró de todas mis ansias.

9 El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

10 El Señor me libró de todas mis ansias.

11 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio…
[1 De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue despachado por él y se marchó.] 2 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; 3 mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen  y se alegren. 4 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. 5 Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. 6 Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. 7 Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. 8 El ángel del Señor acampa  en torno a sus fieles y los protege. 9 Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. 10 Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; 11 los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. 12 Venid, hijos, escuchadme:  os instruiré en el temor del Señor; 13 ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? 14 Guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; 15 apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. 16 Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; 17 pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. 18 Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; 19 el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. 20 Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; 21 él cuida de todos sus huesos, y ni uno sólo se quebrará. 22 La maldad da muerte al malvado, los que odian al justo serán castigados. 23 El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él.

12 Lectio ¿Qué dice el texto?
El salmo 33 (34) es un salmo alfabético de carácter sapiencial con elementos de acción de gracias. La enseñanza propuesta no es una doctrina teórica sino la formulación de una experiencia espiritual. Aunque el título del salmo hace referencia a 1Sm 21, 10-15, al tiempo del reinado de Saúl, la composición se puede situar en la época del exilio o tiempo posterior. Su estructura es la siguiente: Vv. 2-11: un “pobre del Señor” (un anawin) alaba y da gracias al Señor que lo ha salvado de una gran tribulación y angustia. A esta alabanza anima a los humildes, a los fieles. Quien alaba y teme al Señor nunca se verá defraudado, será salvado y protegido, no le faltará de nada. Vv : es una reflexión sapiencial sobre la retribución de un sabio anciano: “Venid, hijos, escuchadme…” Lo que enseña es el temor del Señor. Temer al Señor equivale a buscarlo y es sinónimo también de fidelidad. Este temor incluye la observancia de los mandamientos y es fuente de bendiciones y prosperidad. Quien lo guarda experimentará la cercanía de Dios, quien lo rechaza su propia maldad recaerá sobre él. v. 23: es un añadido litúrgico. No parecía bien terminar el salmo con una amenaza. San Juan aplica el versículo 21 de este salmo a Cristo muerto en la cruz (Jn 19, 36), reconociendo la protección del Padre sobre el cuerpo ya muerto de su Hijo. Esta protección no es tardía, antes bien prueba que la protección de Dios supera la muerte.

13 Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto
Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Este bello salmo, el 33 (34), que algunos comentaristas denominan el “Magnificat del Salterio”, nos ayuda a alabar agradecidos al Señor que envía su ángel y libra a san Pedro de todas sus ansias. Y no sólo a san Pedro, también san Pablo confía a Timoteo que el Señor lo libró de la boca del león y que seguirá liberándolo de todo mal, lo salvará y lo llevará a su reino del cielo. Nosotros sabemos que tanto el uno como el otro murieron por proclamar su fe y esperanza en Cristo, por ello los recordamos hoy como columnas de la Iglesia. Muchos a lo largo de la historia y hoy en día también están siendo torturados y llevados a la cárcel e incluso asesinados por su fe en Cristo. Algunos podrían preguntarse pero, ¿dónde está el ángel del Señor para todos ellos, para nosotros mismos, que nos libere de tanta angustia? Ante esta pregunta, ante el sufrimiento del inocente y la maldad en el mundo que tanto nos interpela quizá sólo podemos apoyarnos en estas dos certezas: Cristo murió en la Cruz por amor nuestro, Él es el Inocente (con mayúscula) injustamente ajusticiado. No es un Dios lejano sino el Dios encarnado que acogió en Sí todo el pecado del mundo y con su Resurrección nos abre un horizonte de esperanza y redención. Por tanto, nuestra esperanza en Cristo no termina con esta vida. San Pedro, san Pablo y los mártires de todos los tiempos nos dan prueba de ello. Cada uno de nosotros está llamado a ser “ángel del Señor” para los demás. Dios es Todopoderoso pero también nos llama a ayudarle, a ser su “humanidad suplementaria.” Cada uno de nosotros, por nuestra libertad, podemos ser mensajeros de paz y fraternidad o de todo lo contrario.

14 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?
Bendigo al Señor en todo momento. Ayúdame, Señor, a que este versículo sea una realidad en mi vida y en la de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo. A veces me cuesta aceptar los contratiempos, los imprevistos, todo lo que sucede y no entiendo… y esto me pesa, Señor: mi cortedad de miras, mi fe tan alicaída. San Pedro dormía en la cárcel ¡en vísperas de ser ajusticiado!... Mi confianza en Ti, Señor, es pequeña. Aumenta mi fe y mi esperanza para que, como el salmista, te bendiga en todo momento. ¡Ah! Y bendice al Papa, sucesor de san Pedro, líbralo de todo mal, bendícelo con tu gozo y tu consuelo, y haz que todos los bautizados seamos fieles a Ti como lo fueron san Pablo y san Pedro.

15 Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…
“Y Él me alejó de todas mis tribulaciones. Toda la vida del justo se encuentra entre aflicciones y la vida es estrecha y angosta y muchas son las tribulaciones de los justos. Precisamente por eso dice el Apóstol: en todo he estado atribulado, y también: es preciso que entremos en el Reino de Dios a través de muchas tribulaciones. Ahora bien, Dios libera de las tribulaciones a sus santos, a quienes no abandona en la prueba, sino que les concede una mayor paciencia. Pues si la tribulación produce la paciencia, también la paciencia origina la virtud probada; quien rechaza la tribulación, se priva a sí mismo de la virtud probada. Lo mismo que nadie es coronado si no tiene adversario, así tampoco nadie puede sentirse digno si no es por medio de la tribulación. Por tanto, la frase y Él me alejó de todas mis tribulaciones no permite que no me aflijan, sino que con la prueba me facilita también una salida para que pueda sobrellevarlas. (San Basilio el Grande, Homilías sobre los salmos, 33, 4)

16 Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra
Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Trata de buscar al Señor en todas las circunstancias, sobre todo en los más pequeños. Dios te responderá y te librará de todas tus ansias.


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