Te canto un cuento 4º
Érase que se era una familia casi entera: siete cabritillos y su mamá que no estaba como una cabra sino que era una cabra de verdad.
Un buen día la madre se fue a comprar porque los cabritillos no paraban de zampar. - ¡Cuidado con el lobo que os puede devorar! No abráis la puerta, o un susto os vais a llevar.
¡Pom-Pom-Pom! - ¿Quién será? - Soy vuestra mamá.
- Pues la patita nos has de enseñar. - ¡Vaya pies más sucios! - ¿Te acabas de meter en un fangal? - ¡Vete a lavarte ya!
El lobo en harina se bañó y a la casa de los cabritillos volvió.
¡Pom-Pom-Pom! - ¿Eres tú mamá? - Sí, ¡abrid la puerta ya!. - ¡Vaya voz más ronca! - ¿Te crees que somos bobos? - ¡Tú eres el maldito lobo!
Con cincuenta kilos de miel su voz se puso al revés
y los cabritillos engañados le abrieron la puerta al lobo malvado.
Seis cabritillos se zampó y el más pillo en el reloj se escondió.
Pasaron las horas y la madre llegó. ¡Menudo susto se llevó cuando a sus hijos no vio! Pero en ese momento el chiquitillo salió del reloj. -¡Mamá, mamá! ¡El lobo ha venido y a mis hermanos se ha comido!
Pues yo he visto al lobo en el río Guadalfeo leyéndose un tebeo.
Allí se fueron y con una nana al lobo durmieron
Le abrieron la panza y los cabritillos salieron bailando samba. Mientras tanto, le llenaron la tripa de gambas.
Y ya el lobo no hace tantas tonterías pues trabaja en una pescadería. FIN