Miguel-A. País de locos “Extraña conducta”
Tres amigos, de profesiones: contable, médico, y abogado, respectivamente, se encuentran pescando en alta mar durante sus vacaciones veraniegas.
De pronto, una fuerte ola voltea el bote De pronto, una fuerte ola voltea el bote. Inmediatamente aparece, desde las profundidades marinas, un gigantesco tiburón, que, casi sin molestarse, engulle al médico de un sólo bocado.
Los dos náufragos restantes nadan desesperadamente hacía la costa, pero, el tiburón, en su ambiente, con poco esfuerzo, no tarda en alcanzarlos. Esta vez, el tiburón atrapa al contable, y lo devora rápidamente.
El abogado entonces se desespera y, abandonando la huida a nado, se resigna a lo aparentemente irremediable. El tiburón se acerca... ya lo alcanza... ya lo toca... El abogado cierra los ojos esperando su final cuanto antes y con el menor dolor posible. Sin embargo, como si fuese un sueño nota que, con delicadeza, el tiburón lo empuja con una aleta hacia la costa. No se lo cree. Duda. Se tira del pelo para sentir que, en lugar de estar soñando, está vivo y despierto. De pronto, toca fondo en la arena de la playa. Aterrorizado, corre a tierra para ponerse definitivamente a salvo.
Ya en tierra, el abogado vuelve la cabeza. toma aire Ya en tierra, el abogado vuelve la cabeza... toma aire... y le grita al tiburón que, para no quedar varado, permanece a cierta distancia: - ¿Y por qué a mí me tratas de diferente manera que a mis amigos?. - ¡Es un pequeño favor! -responde el tiburón-. ¡Gentileza entre colegas!.