Ángel de rizos de Oro, guardián de mi alma y mi andar. Dos Rosas azules tus ojos. Dos alas de brisa y de paz.
Custodio que vistes el alba, de esa pureza sin par. Cual nieve, cuál nube, cual perla... cuan blanca: tu esencia está.
Celoso Guía y Maestro. Sugieres la Virtud y Lealtad; pues: llevas las almas al Cielo; inspiras al Santo la Paz.
Sugieres la Belleza al Poeta y cuidas al niño en su andar.
Revelas al Sabio las Ciencias. Conminas al Soberbio a cambiar. Estimulas la Fuerza al Caído…
Y a los hijos de Eva sugieres: "El suave y dulce rezar".
De Luces dotado Sublime combates las Fuerzas del Mal.
Con Cánticos de Preces Celestes de 'Arpas', 'Trompetas' y 'Violines', que entonan: 'Clemencia al Rebelde'; que musitan: "¡Al Justo la Paz!". Texto: Juan Martín Figuerero
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