Oraci ó n matutina de un afligido Autom á tico
Misericordia, Dios m í o, misericordia, que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios alt í simo, al Dios que hace tanto por m í :
desde el cielo me enviar á la salvaci ó n, confundir á a los que ans í an matarme, enviar á su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas, su lengua es una espada afilada.
El é vate sobre el cielo, Dios m í o, y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos, para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa, pero han ca í do en ella.
Mi coraz ó n est á firme, Dios m í o, mi coraz ó n est á firme.
Voy a cantar y a tocar: despierta, gloria m í a;
despertad, c í tara y arpa; despertar é a la aurora.
Te dar é gracias ante los pueblos, Se ñ or; tocar é para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es m á s grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza las nubes.
El é vate sobre el cielo, Dios m í o, y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, al Hijo y al Esp í ritu Santo