Me encanta, Jesús, el comienzo del Evangelio de hoy. Como cualquiera de nosotros tuviste numerosos ascendientes; unos magníficos, otros dudosos y unos cuantos impresentables.
Además de tu madre, Aparecen cuatro mujeres y de ellas ninguna se libra de mancha: Tamar protagonizó con su suegro, Juda, un episodio escabroso; Rahab, prostituta de Jericó, traicionó a sus paisanos; la fiel e intachable Rut, marcada por el estigma de ser moabita; Betsabé, esposa de Urías, sujeto pasivo de la lujuria de David Betsabé, esposa de Urías, sujeto pasivo de la lujuria de David.
Tú, María, quebraste la racha; Dios te llenó de su favor, y concibiendo primero en tu corazón, luego en tu seno, a Jesús, contribuiste al Proyecto divino y anticipaste nuestro destino
Gracias, Jesús, por tu Madre que es también la nuestra...,
...Y, en la fiesta que celebréis en el cielo, José Manuel Valverde