Juan ha empezado ya a follarme y me está jodiendo como si fuera una puta.
No tiene ninguna consideración conmigo. No me pregunta. Sólo actúa.
Pero, por otro lado ¡Ah! Qué gusto que me da lo que me hace. Qué maravilla.
Claro, todas sois iguales. Os gusta que os tratemos como tratamos a las putas.
¡Métela hondo, Juan! Más adentro, por favor. La quiero toda dentro. ¡Ah!
¿Te parece bien así, nena?¡Ah! Pero que gusto que da follaros a las tías.
¡Dios mío! Qué maravilloso es que me folles como si fuera una fulana.
Pues ahora te lo haré por detrás, nena.
Por donde lo hagas es maravilloso.
Jódete, nena. ¡Ah! ¡Ah! Qué bien estoy.
¡Dios mío! ¡Qué placer! Sigue, Juan.
Y ahora súbete encima y haz ejercicio.
Al principio se siente una extraña subidita así y da un poco de miedo. Pero, como es una la que lleva la iniciativa, acaba por gustarnos esta postura. ¡Os lo digo de veras, chicos! Ahora que no me oye.
¡Ay! Chiquilla, ¿que es lo que haces? Creo que me estás abriendo hasta el glande. Vaya, si me la he clavado hasta el fondo. Casi la siento en el estómago. Pero qué bruta eres, Silvia.
Era necesario. Perdóname, Juan. Vale, nena. Ahora ya no me molesta y me da gusto. ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Qué bien lo haces, golfa. Pero, ¿cómo sabes hacer tan bien esta postura?
Pues no lo sé, ya que todo lo he aprendido de ti. Pero esta postura todavía no la había ensayado contigo. Me parece que me estás engañando. Si quieres la verdad, sí. Con mi amiga Cameron.
¿Con Cameron? Sí, con Cameron, una amiga mía de toda la vida. Pues vaya con Cameron, ¿con que es tu amiga? Pues sepas que como es una de mis otras tías también me la he tirado varias veces
No es verdad. Lo sabría. Nos queremos
Cállate y cambia de postura. No me lo puedo creer de Cameron. Venga, cabalga encima de mí como hacías con tu papá: Al paso, al paso, al paso. Al trote, al trote, al trote. A galope, a galope, a galope.
Si desde niñas nos conocemos.
Mira, nena. Deja de pensar en esa tía y juega a ser una jineta. Quiero sentir el placer y el orgullo de verte empalada por mí. Juan, siempre te seré fiel. Quiero ser tuya ya. No hace falta que lo pidas. Ya lo sé.
Esto si que es una declaración, ¿O no?
¿Te gusta, nena? Si que me gusta. Con mi papá lo hacía muy a menudo. Pero, claro, nunca con su polla clavada en mi interior. Vale. Como ya te he dicho las tías sois siempre unas crías inmaduras.
Sigue cabalgando, nena. Esta polla te sujeta a tu macho. No tengas miedo a caerte. Ella te lo impedirá. Juan, eres muy gracioso con eso que dices que cabalgue encima de ti empalada con tu pene.
Restriégate con mi polla. Eso también da mucho gusto. ¡Pruébalo! Es verdad, noto cómo me sube una cosa por el cuerpo que no se puede aguantar. Lo ves, nena. Sin un hombre no sois nada.
Chicos, ved cómo tiene de sucio el ojete del culo y en el coño no le cabe nada más. ¿Verdad chiquilla que esto te gusta más que las bolas que te metía Cameron? Por supuesto. Pero, ¿cómo sabes lo de las bolas?