Pedro Martinez Borrego. Pedro Martinez Borrego SIN RATÓN.
“El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”. (1 Juan 4,8)
¡Qué vanidosos los que soñaron con la gloria, el poder y las riquezas!
Yo me guardé en mi esposa.
Una dulce fuente manó de su corazón… Una dulce fuente manó de su corazón
…y todo su ser tremoló en mis entrañas como la yerba fresca a la ligera brisa de otoño. y todo su ser tremoló en mis entrañas como la yerba fresca a la ligera brisa de otoño.
Tendió su mano...
al menesteroso, al desheredado, al emigrante,...al humilde, al menesteroso, al desheredado, al emigrante,
al anciano...al anciano
… y despreció al farsante, al altanero, y al poderoso.
Ahuyentó la tristeza y vimos cómo las flores se abrieron en nuestro jardín…
y cómo la paz del mar...
y las estrellas se gozaron en nuestro corazón.
¡Pero tenía que suceder porque así estaba escrito! ¡
Un día emprendió un sendero inacabado Un día emprendió un sendero inacabado…
y no retornó.
Mientras la tuve que sencillo fue recrearme en el amor y...
exaltar mis deseos,
¡pero ahora, sin ella, sólo me queda refugiarme en el silencio…
y en mi eterna soledad !
EN MI SOLEDAD ¡Qué vanidosos los que soñaron con la gloria, el poder y las riquezas! Yo me guardé en mi esposa. Una dulce fuente manó de su corazón y todo su ser tremoló en mis entrañas como la yerba fresca a la ligera brisa de otoño. Tendió su mano al humilde, al menesteroso, al desheredado, al emigrante, al anciano, y despreció al farsante, al altanero y al poderoso. Ahuyentó la tristeza y vimos cómo las flores se abrieron en nuestro jardín, y cómo la paz del mar y las estrellas se gozaron en nuestro corazón. ¡Pero tenía que suceder porque así estaba escrito! Un día emprendió un sendero inacabado y no retornó. Mientras la tuve que sencillo fue recrearme en el amor y exaltar mis deseos, ¡pero ahora, sin ella, sólo me queda refugiarme en el silencio y en mi eterna soledad! A Nieves, la que fue.
Málaga. Septiembre