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Ley del Karma

Inexorable ley de causalidad y retribución, mediante la cual toda acción encuentra su reacción y toda causa su efecto.

Karma es una palabra que proviene del pali, que significa Acción. El karma es la Ley de Causa a Efecto; o, de acción y las consecuencias de dicha acción. Es una Ley natural, tanto como la Ley de Gravedad.

Ley de Gravedad

En realidad, es una particularidad de la Segunda Ley de Newton, de la Física elemental, que dice: “A cada acción corresponde una reacción, de igual intensidad, pero en sentido contrario”

Siempre se ha sabido, que hacer el bien, es la forma de hacer karma positivo.

Lamentablemente, todo hombre lleva en sí el karma, que lo obliga a un trabajo de auto-realización, para tener acceso a los Mundos Superiores.

Los “regalos” de Papá Noel, son, precisamente, el karma de cada niño, que ingresa al alma encarnada por el canal Sushumna de la médula espinal (la “chimenea”)

Ese Karma persigue al Ser a través de sus diferentes encarnaciones, debido a la intensa energía empleada al momento de la muerte, que impregna al Espíritu hasta su siguiente incorporación.

“El que a hierro mata, a hierro muere”

Los efectos del Karma que no son realizados durante la vida que está a punto de terminar, forma el potencial físico (karmasya) de la siguiente existencia.

Las reacciones de nuestras acciones no son inmediatas, sino que se acumulan para próximas encarnaciones, cuando se cumplan las condiciones existenciales para que se pueda expiar determinado Karma.

Recibimos lo que merecemos, esa es la justicia Divina.

Hay tres tipos de Karma: Sanchita: o Karma acumulado en varias vidas pasadas Prárabdha: o las acciones fructificadas, que es el causante del cuerpo físico presente. Kriyámana: o karma de la vida presente.

Es el Karma quien obliga a renacer al individuo en tanto no sea extinguido, para lo cual hay que evitar los deméritos.

Hay que nacer, morir, volver a nacer, volver a morir, para expiar nuestro karma; esa es la Ley del Karma.

Es el Karma quien obliga al individuo a purgar su malas acciones, condicionándolo con su implacable influencia.

La única forma de romper esa cadena de renacimientos (los hindúes le llaman “samsara”) , es mediante la determinación consciente de dejar de sufrir y acceder a la vida eterna.

Y, la mejor forma de realizar este trabajo, es acceder a la Tradición Iniciática, que nació junto con el hombre, para ayudarnos a superar la condición humana.

El Karma opera, pues sobre todos los planos de la existencia; aparece en la esfera moral como Ley de la Ética, según la causación, a través de la cual el hombre construye su carácter, hace su destino y trabaja para su salvación. El Karma no está limitado por el tiempo o el espacio, permanece estrictamente personal en sus consecuencias.

Esta Presentación es una producción de la GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL www.granfraternidaduniversalperu.com